Lo que no te contaron sobre cómo tratar el trastorno obsesivo compulsivo

Descubre cómo controlar el TOC con tratamientos efectivos, terapias especializadas y estrategias que mejoran la calidad de vida.

Los síntomas del TOC explicados como nunca antes los viste.

Cómo controlar el TOC: las claves que realmente ayudan a vivir mejor

Cómo controlar el TOC es una pregunta que se hacen miles de personas todos los días. Revisar cerraduras varias veces, lavarse las manos de forma excesiva o repetir mentalmente frases para “evitar desgracias” pueden parecer gestos insignificantes, pero cuando se repiten de forma compulsiva, interfieren con la vida diaria y generan angustia, podrían ser señales de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

En México, más de dos millones de adultos —cerca del 2% de la población— conviven con esta condición, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque suele aparecer en la adolescencia o durante la juventud, muchas personas reciben el diagnóstico varios años después. Reconocer los síntomas y saber cómo controlar el TOC a tiempo es fundamental para evitar que se cronifique y recuperar el bienestar emocional.

“Si usted o un familiar tiene TOC, sepa que hay esperanza. Hoy contamos con tratamientos eficaces para las personas con TOC”, asegura Sabine Wilhelm, psicóloga y directora del Centro para el TOC y Trastornos Relacionados del Massachusetts General Hospital.

Qué es el TOC y por qué no es solo una manía

El trastorno obsesivo compulsivo no tiene que ver con manías o rasgos de personalidad. Se trata de un trastorno psiquiátrico donde aparecen obsesiones, es decir, pensamientos o imágenes mentales no deseadas que causan malestar, y compulsiones, que son acciones repetitivas que se realizan para calmar esa ansiedad.

“Las obsesiones provocan gran angustia, y la persona intenta neutralizarlas a través de rituales compulsivos”, explica Wilhelm. Por ejemplo, si alguien tiene la creencia persistente de que puede enfermar por tocar una superficie, probablemente sentirá la necesidad de lavarse las manos una y otra vez para sentir alivio.

Cómo identificar los factores que lo activan

Cada persona con TOC puede tener desencadenantes distintos. Un simple objeto, una situación o incluso un recuerdo puede activar los síntomas. Algunos pacientes reaccionan al ver una imagen, otros con solo escuchar una palabra o tener un pensamiento intrusivo.

Es común confundir el TOC con otros diagnósticos como los trastornos de ansiedad o el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad (TOCP). Pero hay una diferencia clave: en el TOC, los síntomas son angustiantes e involuntarios, mientras que en el TOCP son parte del estilo de personalidad, como el perfeccionismo extremo o la rigidez.

Por qué aparece el TOC: causas más allá del comportamiento

El origen del TOC no es único. Hay un fuerte componente genético, neurológico y psicológico. “Sabemos que el TOC tiende a aparecer en familias. Si un pariente cercano lo tiene, el riesgo aumenta”, indica Wilhelm.

Los estudios muestran que ciertas áreas cerebrales de las personas con TOC presentan una sobreactividad, especialmente las asociadas a la toma de decisiones y la regulación de la ansiedad. También hay un desequilibrio en neurotransmisores como la serotonina, que regula el estado de ánimo. Además, experiencias traumáticas o situaciones de estrés intenso pueden detonar o intensificar los síntomas.

Tratamientos más eficaces para controlar el TOC

Existen dos tipos de tratamiento principales que han demostrado ser efectivos para controlar el TOC:

1. Medicación (farmacoterapia)
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son el tipo de medicamento más utilizado. Estos ayudan a corregir los desequilibrios en el cerebro. Deben ser recetados por un psiquiatra, y es común que se combinen con terapia para lograr mejores resultados.

2. Terapia cognitivo-conductual (TCC)
Es el tratamiento psicológico más efectivo. Ayuda a los pacientes a identificar pensamientos disfuncionales, y a romper el ciclo entre obsesión y compulsión. Una de sus técnicas más eficaces es la Exposición y Prevención de Respuesta (EPR). Consiste en enfrentar, de forma gradual, los estímulos que provocan ansiedad, sin ejecutar la compulsión posterior. Según Wilhelm, este proceso suele durar entre 16 y 20 sesiones.

En muchos casos, la combinación de medicamentos y terapia ofrece mejores resultados, especialmente en personas adultas que han convivido durante años con el trastorno.

Cómo se realiza el diagnóstico

Para diagnosticar TOC, se requiere una entrevista clínica con un profesional de salud mental. El especialista preguntará sobre los pensamientos obsesivos, las conductas compulsivas y el impacto que estas tienen en la vida cotidiana. También puede aplicar cuestionarios estandarizados y revisar si hay otros trastornos coexistentes como ansiedad, depresión, trastornos alimentarios o conductas compulsivas como la tricotilomanía (arrancarse el cabello) o la excoriación (rascarse la piel hasta hacerse daño).

Cómo acompañar a alguien con TOC sin empeorar los síntomas

Quienes conviven con una persona con TOC pueden, sin saberlo, reforzar sus síntomas. Acceder a participar en sus rituales o evitar ciertos temas para no activar obsesiones no ayuda a largo plazo.

“La mejor forma de apoyar es mostrando empatía, no juicio, y alentando a la persona a seguir su tratamiento”, señala Wilhelm. También es importante establecer rutinas claras, evitar el estrés en casa y no minimizar los síntomas con frases como “solo relájate” o “dejá de pensar en eso”.

Participar en sesiones o acompañar al paciente en los ejercicios recomendados por su terapeuta es una forma activa de ayudar.

Vivir con TOC: hábitos que hacen la diferencia

Aunque el TOC no tiene cura definitiva, sí puede controlarse de manera efectiva. Existen estrategias cotidianas que complementan el tratamiento y mejoran la calidad de vida:

• Establecer horarios de sueño regulares.
Un descanso adecuado ayuda a reducir la ansiedad y mantener estabilidad emocional.

• Hacer ejercicio físico.
El movimiento libera endorfinas, que contrarrestan el estrés y mejoran el estado de ánimo.

• Limitar el consumo de cafeína y alcohol.
Estas sustancias pueden incrementar los niveles de ansiedad y empeorar los síntomas.

• Participar en grupos de apoyo.
Compartir experiencias con otras personas que atraviesan situaciones similares puede aliviar la carga emocional y ofrecer nuevas herramientas para afrontar el trastorno.

• Registrar los progresos.
Anotar los logros, por pequeños que sean, ayuda a reforzar la motivación y visualizar el avance terapéutico.

Aprender cómo controlar el TOC requiere compromiso, tiempo y acompañamiento profesional. Pero es posible retomar el control sobre los pensamientos, las emociones y la vida diaria.

“El TOC no define a la persona. Con el tratamiento adecuado y un entorno que acompañe, se puede lograr una vida plena y funcional”, concluye Wilhelm.

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Redacción Vida Positiva