Eres el dueño

Fragmento del libro "Gente tóxica", de Bernardo Stamateas

Resumen

¡No permitas que nadie tenga el control de tu vida ni boicotee tus sueños!

Conéctate con la gente correcta, confía en ti. ¡Estás capacitado para hacerlo! Si tienes en claro tu propósito y tus sueños podrás tener el control de tus emociones y de decidir a quienes quieres elegir para que te acompañen. El problema se suscita cuando decidimos quién nos acompañará mucho antes de tener en claro adonde queremos llegar. El propósito de tu vida es tuyo y sólo a ti te pertenece diseñarlo. La solución está en ti. Desafíate cada día a más, a mucho más.

Habrá personas que darán valor a tus sueños. Otras menospreciarán todo lo que te propusiste. No valores ninguna de aquellas palabras o sugerencias que provienen de “los tóxicos.”

El que no se alegra de tu avance o de tus sueños, que diga lo que quiera, tú prosigue hacia la meta, no te amarres a quienes no se alegran con tus éxitos. Desprecia la opinión de la gente tóxica, sé libre de los críticos y serás libre de cada una de sus palabras y de sus acciones.

Los mete-culpas

Cada uno de nosotros hemos nacido con un propósito único y especial, con un sueño que sólo nosotros mismos podemos cumplir.

Cuando una de las áreas de nuestras vidas no alcanza toda su capacidad de expresión nos sentimos con culpa, nos volvemos vulnerables a la queja, a las demandas y a la manipulación. Si le damos permiso a la culpa que para que crezca y ocupe cada vez más espacio dentro de nuestras emociones, ésta se convertirá en la causante de una depresión que sabremos dónde comienza pero no dónde termina.

Todo lo que hayas dejado de lado para conformar a los demás puede ser recuperado si te lo propones y decides no postergar más tu deseo. Muchas veces no somos felices porque estamos ocupados tratando de agradar a los otros o encargándonos de responsabilidades equivocadas, que pertenecen a terceros. Consumimos todo nuestro tiempo erróneamente y cuando queremos saber a dónde se fueron tantos años de nuestra vida, cuando necesitamos apuntar lo que hicimos en el transcurso de la misma, nos damos cuenta de que malgastamos el tiempo que necesitábamos para ocuparnos de lo prioritario e importante: nosotros mismos.

El envidioso

Envidia sana o enfermiza, podrás tratar de buscarle una justificación, pero sea cual fuere el caso, es necesario que mires hacia tu propia vida y observes: ¿qué es lo que hizo el otro para llegar a determinado lugar que yo no hice? Esta reflexión no tiene como fin cargarte de culpas y reproches, sino ponerte ante un nuevo planteo acerca de la forma y las estrategias que debes accionar para llegar a tus objetivos. Lo que el resto de las personas adquirieron no es casualidad ni suerte, sino acción, decisión y ejecución de lo dispuesto.

La envidia no vive sola sino que convive con la crítica, la murmuración, el chisme, la dependencia, el desgano, todas actitudes que consumen nuestras fuerzas, convirtiéndonos en excelentes opinólogos pero en pobres constructores de nuestra propia vida.

Desperdiciamos tanto tiempo en los otros que cuando tenemos que ocuparnos de nosotros mismos ya estamos desganados, y entonces decimos: “Se me pasó el tiempo, lo hago mañana”, pero mañana tendrá el mismo resultado si no rompes el circuito de la crítica y el enjuiciamiento.

“El silencio del envidioso está lleno de ruidos.” Khalil Gibran

No compitas con nadie, no tienes que demostrarle nada a nadie. No tienes que llegar adonde el otro llegó, sólo superar tus logros y tus propios límites.

“Una demostración de envidia es un insulto a uno mismo.” Yevgeny Yevtushenko

Necesitamos aprender a celebrar y festejar los éxitos ajenos. Si puedes hacerlo, significa que estás en condiciones de anticipar que lo mejor, y bendiciones aún mayores, están por llegar a tu vida.

Cada logro del otro debe ser un desafío para ti. El éxito del otro no debe ser motivo de envidia, sino fuente de inspiración.

Las grandes bendiciones, los grandes éxitos, suelen llegar de a poco, para que tus enemigos no te destruyan a causa de la envidia.

“Te lo daré poco a poco para que las fieras del campo no te devoren.” La Biblia

Hoy, ocúpate de ti:

  • Valora que te tienes a ti mismo
  • No esperes nada de nadie
  • Rompe tus límites
  • Pelea sólo por cosas que valgan la pena
  • Tómate tiempo para descansar
  • Busca consejos de gente sabia
  • Demuestra el amor y la ternura a los seres que amas

El descalificador

Muchas personas desperdician a diario minutos y horas de su tiempo tratando de descalificar a todo aquellos que se encuentran a su alrededor. Pareciera ser que disfrutan al menospreciar y rebajar a los demás, sea cual fuere la tarea que están realizando o el vínculo que tengan con las víctimas.

El descalificador tiene como objetivo controlar nuestra autoestima, hacernos sentir “nada” ante los demás, para que de esta forma, él pueda brillar y ser el centro del universo.

Si haces algo, el descalificador te criticará por accionar y si no accionas, te juzgará por no hacerlo.

Son seres que proyectan en los otros todas las frustraciones e inseguridades que no les permitieron crecer ni desarrollar su potencial y sus sueños.

“El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele.” Marco Aurelio.

El agresivo verbal

El agresivo verbal tendrá como objetivo hacerte sentir poca cosa, incapaz, débil e inseguro. Su fin es que creas que él sabe todo y que, además de saber más, tiene la capacidad y la autoridad para llevar a cabo lo que se proponga.

Todo lo que te diga, hasta una adulación, la hará en tono irónico. Si le preguntas qué le pareció el trabajo que hiciste, es probable que te responda: “Está bien, pero daba para mucho más; hubieras puesto esto, aquello, etc.”

La agresión verbal extenderá tu mente o la limitará según cómo la proceses: el ataque verbal intentará bloquear tu potencial y los sueños que tienes por delante.

El falso

Conocerse es saber que siempre puedes un poco más, que siempre hay nuevas oportunidades y posibilidades.

Es fundamental que entiendas que si no logras romper con las máscaras nunca llegarás a ser quien verdaderamente eres, no podrás parir ese “gen” que está dentro tuyo esperando ser descubierto.

El psicópata

Psicópata no es solamente un estafador, un asesino serial, sino que puede ser una persona que está en el trabajo, en la escuela, en la iglesia, en cualquiera de los ámbitos donde nos movemos. Los psicópatas son expertos en la mentira y en los engaños y tienen como fin traicionar y arruinar tu vida.

Para comenzar, tengamos en claro que los psicópatas representan a las personas que no tienen culpa ni angustia, que mienten, engañan, roban y no sienten absolutamente nada por el daño que causan.

“Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía” Anaxágoras

El mediocre

Una de las cosas que hemos perdido, en esa bendita urgencia por cumplir con lo que se nos pide a diario, es el hábito de apartar el tiempo que necesitamos para capacitarnos y mejorar continuamente.

Los seres humanos tendemos a conformarnos y a aferramos a lo conocido por miedo a perder lo que ya hemos conseguido.

Te levantas, cumples con la rutina diaria, vas al trabajo o a la universidad, cumples el horario laboral fijado, tomas el subte o el medio de transporte que uses y vuelves a tu casa; si eres mujer, seguramente te ocupas de los niños, y si no, como la mayoría de los hombres, preguntas qué es lo que hay para comer, prendes la televisión, comes… y a dormir. Y así pasan tus días, inmersos en una red vacía donde el estímulo, los sueños, los éxitos y lo trascendental no tienen lugar.

“El milagro no es que hagamos un determinado trabajo, sino que estemos contentos de hacerlo” Teresa de Calcuta.

Todo lo que necesitas para triunfar está dentro de ti. Tus emociones te pertenecen: dependerá de ti ser el generador de cada logro que alcances. Toma la determinación de ser el hombre o la mujer que quieres ser. No esperes que los otros cambien para que puedan acompañarte en el camino de tus sueños, comienza a moverte tú primero; si te siguen, ¡mejor!, de lo contrario nadie podrá robarte el placer y la felicidad que se siente al haber alcanzado todo lo que te propusiste por tus propios medios. Eres el dueño de tu mente, de tu cuerpo, de tus emociones, no el inquilino.

Renueva tu mirada interior y proyéctate a lo que quieres ser.

El chismoso

Cuando uno habla de aquello cuya fuente original no ha confirmado, se transforma, no en un comunicador, sino en un cómplice del chisme, en un chismoso.

Aquellos que siguen hablando del chisme después de haberlo escuchado son tan responsables como su autor.

Todos los rumores, en algún momento, mueren pero, mientras eso sucede, también pueden mortificarse muchas vidas. Aprendamos a ponerles límite y no permitamos que sigan haciendo estragos. Frente a ellos tomemos actitudes positivas que nos permitan desintoxicarnos y ser libres de los chismes y de sus comunicadores.

El jefe autoritario

Basados en el temor del empleado a perder el trabajo o en su necesidad de tener un salario “sí o sí”, este estilo de jefes acrecientan su figura con autoritarismo con el fin de sacar ventaja de su posición y de que su voluntad sea cumplida sin ser cuestionada ni objetada.

Este estilo de líderes busca el logro permanente de sus objetivos más allá del pensamiento en equipo, de la búsqueda de superación y el beneficio para todos, para poder alcanzar las metas propuestas.

Un jefe autoritario no guía, sino que hostiga, no logra que su equipo obedezca voluntariamente, sino que obtiene el control imponiendo su autoridad, inspirando temor en lugar de confianza, transformando al trabajo en una carga pesada en lugar de presentarlo como un proyecto interesante, motivador y beneficioso para todos.

Un líder es una persona que tiene visión y sueños, y su misma visión genera el engranaje que se necesita para estar siempre motivado. Un líder sabe adónde quiere llegar, no depende de sus sentimientos ni de sus estados de ánimo, sino que se apoya en su determinación, su objetivo y su eficacia. La autoestima te dice: “Me gusta”, la eficacia dice: “Yo sé que puedo”. Un líder no trabaja ni se esfuerza en vano: sabe que su trabajo y su dedicación sí o sí tendrán una recompensa.

“Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son.” Abraham Lincoln

Embarázate de tu visión: las mujeres, cuando se embarazan, no ven al bebé hasta que nace, pero lo esperan, lo sueñan, lo anhelan, aguardan el día del nacimiento para abrazarlo. Así debe ser tu visión, como un embarazo, para que cuando “nazca” puedas abrazar fuerte ese sueño que anhelabas en tu corazón. La visión llegará a tu vida y tu fe se encargará de cumplirla. Visión es ver adentro lo que luego se verá afuera; es visualizar lo que otros no ven y oírlo antes de que suene.

“Hay gente tan sumamente pobre que solamente tiene dinero.” Anónimo

El neurótico

Los neuróticos buscan la perfección en todo lo que realizan y cuando no lo logran son presas de sus propias angustias y tensiones. Su intenso temor frente a las críticas y al error los llevan a pensar que, de no hacer sus tareas en forma casi perfecta, serán el hazme reír de quienes los rodean y además serán abandonados por ellos.

La persona neurótica no sólo vive angustiada por lo que dice y hace, sino también por lo que no dice y por lo que no hace. La incertidumbre que lo acompaña suele generarle una serie de síntomas físicos (tales como ahogos, mareos, transpiración, temblores, palpitaciones, dolor de pecho, etc.) que rompe con los parámetros normales de toda angustia.

Los neuróticos son personas que hoy están bien, y mañana están mal, que cambian de humor permanentemente, de manera tal que cuando tú te contagies de su mal humor, ellos se pondrán bien, estarán mejor y serán capaces de preguntarte: “¿Por qué tienes esa cara?, ¿qué te pasa?”

El manipulador

Los manipuladores son personas que quieren tener control sobre tu vida. Si ven lo valioso que eres, que tienes éxito o simplemente perciben en tu vida algo que ellos no tienen, querrán sacártelo.

Para ejercer control sobre tu vida, el manipulador se va a valer de distintas armas.

En un principio utilizará la seducción, hasta lograr tenerte en sus manos. El manipulador suele aparecer como alguien que es protector, bueno, que te quiere amar, que te da, pero después, todo lo que te da, no tengas duda de que te lo va a querer cobrar.

El que te da sinceramente, nunca te va a pedir nada a cambio; en cambio el manipulador te dará para después venir a pedirte su recompensa.

Exigirá que estés en todo momento para satisfacer sus necesidades, pero nunca estará ahí para cuando tú lo necesites.

Tan hábil es que de apoco utilizará con mayor frecuencia la crítica, el maltrato y la culpa para manipularte. Te hará creer todo el tiempo que él vale más que tú para que te dé miedo perderlo y quieras retenerlo, cuando en realidad es él quien está manipulándote porque quiere quitarte lo que tú tienes.

El orgulloso

“El orgullo es el complemento de la ignorancia.” Bernard de Fontenelle
“Si el hombre orgulloso supiese lo ridículo que aparece ante quien le conoce, por orgullo sería humilde.” Mariano Aguiló

El orgulloso termina, en muchas ocasiones, humillado. Cuando nos sentimos imprescindibles en determinadas áreas, seguramente aparecerá alguien que hará mejor que nosotros las cosas y se llevará el premio.

Tener confianza en nosotros mismos y en los demás es muy bueno y productivo, sin embargo necesitamos dejar un margen necesario para mejorar, cuestionar, reconocer los errores, superarnos, darle un lugar a la equivocación y romper con el perfeccionismo que nos encierra en latas herméticas que no permiten que nada de lo nuevo y de lo mejor penetre en ellas. Seamos excelentes en todo lo que hacemos, la perfección sólo nos detendrá a mirar los detalles.

Sólo las mentes abiertas son capaces de comprender que todo puede ser mejorado, y que siempre podemos ir por más. El problema más grande que padecen los seres humanos es la parálisis mental, parálisis que les impide seguir soñando.

El quejoso

La queja sólo produce insatisfacción, siempre mostrará descontento, resentimiento, disgusto; refleja una emoción encapsulada que termina enfermando no sólo tus pensamientos, sino también tu cuerpo.

El quejarse es producto de una acumulación de emociones reprimidas actuales y pasadas, muchas veces por no decir nada, y otras tantas por hablar en demasía.

En la sociedad en la que vivimos hay muchas personas que se quejan todo el tiempo. Necesitamos romper con esas costumbres, ese mal hábito, y ser libres de ese parloteo continuo que sólo nos trae más dolores de cabeza.

El tiempo que perdemos quejándonos podríamos aprovecharlo buscando soluciones y sacándole provecho a la situación por la que estamos pasando. Revierte todo lo que esté a tu alcance y busca el lado bueno a tus circunstancias.

Es importante que nuestras mentes estén siempre ocupadas, ya sea trabajando, estudiando o perfeccionándonos. Procura hacer siempre algo productivo de manera tal que la queja no tenga espacio en tu vida. No dejemos nuestra mente ociosa. Mantente ocupado, con la visión en tus sueños, libera tu potencial y usa toda la creatividad que tienes a favor tuyo. Olvida la queja, erradícala de tu vida, y verás que todo te va a salir como lo estás esperando.

El poder de las palabras

Cuando somos capaces de llevar a cabo lo que hemos prometido, nuestras relaciones, sean familiares, laborales o sociales son cada vez más óptimas. Un hombre fiel a sus palabras es confiable y apto para estar en niveles de poder y liderazgo.

Controlemos lo que sí podemos controlar: nuestras palabras. Porque aquello en lo que más piensas y de lo que hablas, en eso te conviertes. No funcionemos por emoción, sino por convicción.

“Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.” Proverbio hindú
“Decir “no” significa, ante todo, decirse “sí” a uno mismo y proteger aquello que uno valora.” William Ury

No dejemos que nuestras palabras nos condenen ni condenen, nos juzguen o enjuicien. Llenémonos de palabras de vida, de pasión, de aliento, de estima, de motivación, de anhelos, de deseos y accionemos de acuerdo a ellas. Aprendamos a hablar en positivo y no en negativo.

Libres de la gente

Ser libre de la gente no quiere decir encerrarnos en una burbuja y no tener contacto con nada que tenga que ver con las personas, sino elegir con quiénes hemos de relacionarnos.

Nuestra meta es poder elegir eficazmente a quienes nos acompañarán en el camino hacia nuestros sueños. Son las conexiones y personas de oro que potenciarán nuestras capacidades al ciento por ciento.

El único ser que podrá limitar lo que eres capaz de alcanzar eres “tú mismo”.

Cuanto mayor sea el tiempo que le dediques a escuchar tu propia voz interior, cuanto más te detengas a observar tu reloj interno y a prestar atención a lo que dice tu corazón, mayores serán los éxitos que vas a cosechar.

“Tantas veces nos pasa que vivimos la vida encadenados y ni siquiera nos enteramos de que tenemos la llave del candado.” The Eagles

Si te dicen que no vale la pena, tú insiste, porque seguramente en la negativa está escondida tu prosperidad.

No te enfoques en las personas, enfócate en los objetivos. No te detengas a evaluar ni a entender a nadie. Tu objetivo no es comprender ni justificar las actitudes de los otros, sino las tuyas, lograr la visión correctiva necesaria y seguir hacia la meta.

“Lo único que puedes cambiar del mundo es a ti mismo, y eso hace toda la diferencia del mundo.” Cher.

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Autor: Bernardo Stamateas