Cuernavaca de Pilar, una historia con muchos protagonistas

La noche pilarense tuvo su lugar emblemático en Cuernavaca, creado por un grupo de amigos que durante 7 años marcaron tendencia.
Jorge Alfredo

En 1966 un golpe de estado destituía a un notable presidente y estadista argentino Arturo Illia; y llegaban al poder militares, que iniciarían uno de los periodos mas trágicos de la historia del país. En Pilar y de la mano del hoy arquitecto Alfredo "Fredy" Llosa abría sus puertas un "boliche nocturno" que se bautizaría como Cuernavaca, tal vez con nostalgias mexicanas. La idea de poner en marcha la noche bailable pilarense, con un lugar diferente estaba en marcha.

Llosa decide en 1968 venderle el fondo de comercio a dos muchachos que no eran de Pilar, pero que tenían una visión estratégica natural de crecimiento, a pesar de no venir del negocio bailable: Jorge “Tato “Elías y Pedro Lacoste, el primero de Villa Devoto y el segundo de Morón. El hoy Dr. Jorge Alfredo Elías, reconocido medico veterinario a nivel internacional, especialista en avicultura, nos da su versión de la historia inicial de Cuernavaca en modo sintético:

Empezamos con más entusiasmo y actitud que conocimiento del negocio. Llegamos a Pilar con Pedro en un Fiat 600 que a duras penas nos acercó, fuimos a conocer el lugar de noche, lindo ambiente pero muy poca gente.

Con los días empezamos a conversar con Fredy, que tenia el foco puesto en otros negocios y llegamos a un acuerdo para comprarle el fondo de comercio. Nuestro ciclo a cargo del boliche fue de 1968 a 1975, año en que nos salimos del negocio.

Fueron siete años intensos, maravillosos, cuando nos iniciamos abríamos todos los días y el local tenia capacidad para unas ochenta personas. Empezamos a invitar a nuestros contactos del rugby de Hurlingham y otros lugares, así como gente del ámbito universitario. Yo comenzaba mi carrera de veterinaria.

«Si visita Cuernavaca, conozca Pilar» ¡Una frase mía que me traje de la costa atlántica!

Cuernavaca en los años 70

Fuimos ampliando la capacidad hasta llegar a mas de 200 personas. Años después le vendimos el 10% de Cuernavaca al recordado Eduardo “gordo” Manzione, quien se recibió después de veterinario.

La argentina era otra. Una noche con mucha fiesta pero con códigos y menos peligros que hoy. Fueron los tiempos en que los hermanos Lata Liste abrían el emblemático Mau Mau, verdadera catedral de la noche porteña.

Inauguramos el concepto de la noche con “canilla libre” y fuimos el receptor de las fiestas locales mas importantes. El ambiente del rugby, el polo y gente de las quintas se daban cita. poniendo un toque particular a la noche.

Fue el lugar donde creamos el Del Pilar Rugby Club, un sueño hermoso que aporto una alternativa al deporte en familia, que lamentablemente no prosperó. Vivíamos las 24 horas para Cuernavaca, así y todo pude recibirme de veterinario y hoy recordar esa etapa con alegría.

La historia de Cuernavaca merecía este reconocimiento a sus socios fundadores, quienes pusieron la impronta a un lugar nocturno, que tras muchas transformaciones, hoy continua vigente.

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Por Omar Romano