Nuestras grietas valen oro

Con el espíritu del libro «Historias con semilla que pueden cambiar al mundo», de Claudio Penso

En Japón se practica un arte llamado Kintsugi. Más que una técnica es una filosofía, ya que se trata de resaltar las imperfecciones de un objeto valioso que se ha roto, rellenando las costuras con oro.

Al reparar una pieza que tiene una historia, ellos enaltecen la zona dañada porque saben que se vuelve más hermosa. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, estos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza.

Este arte resignifica el concepto de pérdida y destrucción, dándole un nuevo enfoque, con lo que el objeto es ahora, en su nueva dimensión.

Nos enseñaron a disimular las grietas, a mostrar nuestros aspectos sin fisuras.

¿Es esto auténtico?

Como las arrugas o las canas, nuestras heridas nos acompañan. Esto es lo que somos, por eso, usar el Kintsugi sobre nuestra propia vida, nos hace aún más hermosos.

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Por Claudio Penso Consultores