Mes del compostaje: La basura no existe

30 días para concientizar sobre esta acción familiar contra la cultura del descarte.

En Argentina hay 5 mil basurales a cielo abierto. Se calcula que, en promedio, cada habitante genera 500 gramos de residuos orgánicos por día. Esto significa 22 mil toneladas diarias de nutrientes que tomamos de la Tierra y no devolvemos, los convertimos en contaminación, en liberación de metano -gas estrella del efecto invernadero de nuestra atmósfera-. Efectos de la pereza y la cultura del descarte.

En la naturaleza todo lo orgánico se descompone en nutrientes, en humus. Se trata de aprender a gestionar nuestros restos domésticos, industriales, los de jardines y parques, patios y balcones, los de la producción de alimentos, los residuos de las industrias.

El Mes del Compostaje es una campaña de difusión y educación ambiental descentralizada y horizontal en la que se invita y convoca a la sociedad en su conjunto, organismos gubernamentales, ONGs, Organizaciones Sociales, Clubes, Escuelas y a trabajadores del sector a fomentar, visibilizar y promover la costumbre del compostaje en todas sus expresiones: doméstica, comunitaria, municipal, agropecuaria e industrial.

El paradigma tan esparcido en el mundo sobre Basura 0 es posible y tiene que ver con gestión y consumo. Dentro de la gestión, el compostaje es el milagro cotidiano del planeta en el que vivimos. Sólo necesitamos organizarlo y, para eso, conocerlo y aprender.

¿Para qué sirve hacer compost?

Es un arte tan simple que todo el mundo puede hacerlo en su casa, y a la vez el proceso alquímico que ocurre en él contiene el misterio insondable de la vida. Y propone todas estas soluciones:

  • Eliminar basurales. Al retirar la materia orgánica de los residuos, todo el resto es reciclable o debería ser reutilizado por otras industrias.
  • Crear abonos orgánicos, para huertas, macetas, incluso para la regeneración de suelos degradados.
  • Reducir gases de efecto invernadero. Al compostar en casa se evita que la materia orgánica viaje hasta la disposición final. Kilómetros y kilómetros recorridos por camiones, y la reducción de la putrefacción en los basurales, que también liberan gases, y atraen vectores de enfermedades.
  • Recuperar lo que es alimento y se está tirando, y compostar lo que es residuo, devolviendo también la dignidad de las personas que recuperan alimento de lo que se echa como basura.
  • Entrar en contacto con la Tierra. El 93 por ciento de la población argentina es de zonas urbanas y no tenemos la costumbre de tocar la tierra con nuestras manos. Aprender a compostar te lleva a eso. Te devuelve un poco a la Pachamama, te transforma en un agente regenerativo de la Vida.
  • Comprender la importancia de los insectos, de las bacterias y los hongos, aliados indispensables en la trama de la vida.
  • Conocer la vida de los microorganismos también nos hace reflexionar sobre nuestra propia existencia.
  • Ocuparnos del compostaje con seriedad puede ser el nacimiento de una nueva industria sana, verde. Una industria y un sector esencial de los procesos productivos, domésticos y comunitarios.
  • Desarrollar estudios, incentivar la investigación, desarrollar una nueva cultura, una costumbre colectiva.

Durante este mes, que comenzó el 22 de marzo (Día Mundial del Agua) y finaliza el 22 de abril, el Día de la Tierra, la invitación es compartir y seguir información en redes con los hashtags #LaBasuraNoExiste #YoComposto #MesDelCompostaje

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