Los pequeños gigantes de la solidaridad

La enorme fuerza de voluntad por ejercer la solidaridad para los niños de la Escuela Nº 485 no tiene límites, ni fronteras
Cuando los valores se ejercen, abandonando su condición de palabras o de conceptos políticamente correctos, el mundo cambia, mejora y se convierte en un escenario más equitativo.
 
En una pequeña escuela rural en el Paraje La Estancia de Belén, en la Provincia de Catamarca, niños y niñas están cambiando el mundo. Junto a sus docentes, los alumnos de la Escuela Nº 485 “La Estancia” crearon una biblioteca abierta a la comunidad, desarrollada y gestionada por los mismos estudiantes, quienes llevan adelante un programa de alfabetización para adultos y talleres de lectura, artesanía y cocina.
 
La enorme fuerza de voluntad por ejercer la solidaridad para los niños de la Escuela Nº 485 no tiene límites, ni fronteras. Aquellas personas o familias que por encontrarse en parajes alejados no pueden concurrir hasta allí también tienen la posibilidad de aprende ya que son los mismos alumnos quienes le acercan los libros y los ayudan a su desarrollo educativo y cultural.
 
La “Biblioteca Móvil” tiende un puente entre los deseos y necesidades de quienes valoran y aprenden a través de la educación y un grupo de alumnos que lo hace posible. La solidaridad impactó con fuerza en cada una de las voluntades que forman parte de esta acción. En el Paraje La Estancia de Belén sus habitantes gozan de su derecho a la educación y los alumnos de la Escuela Nº 485 que participan de los distintos programas mejoraron su rendimiento escolar.
 
En una entrañable y ejemplar escuela de la provincia de Catamarca no se dictan clases de solidaridad, no es necesario. La ayuda mutua se ejerce y se expresa con fuerza y convicción y cada día de sus vidas los niños ponen en práctica los valores como una acción cotidiana.
 
Sin darse cuenta, en silencio, estos pequeños gigantes están cambiando el mundo. 

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Por Eugenia Plano