El secreto perdido

Un viejo conocimiento perdido en la memoria nos otorgaría el poder para cambiar la realidad de nuestras vidas. Aplicando estos principios se podrían revertir procesos de enfermedades, adquirir bienestar masivo, superar obstáculos y realizar los sueños más deseados.

Existen legados muy antiguos que nos ofrecen métodos para sanar el mundo y a nosotros mismos. Muchos de estos secretos fueron mantenidos ocultos a los ojos de los no iniciados y eran preservados por antiguas escuelas del conocimiento esotérico. Tienen sus orígenes en tiempos muy remotos y comenzaron a salir a la luz de manos de los egipcios y de los antiguos esenios, y su origen pudo rastrearse justamente hasta el antiguo Egipto.

El Kybalion es uno de estos legados ancestrales del conocimiento secreto cuyos principios detallan los llamados principios Herméticos o Leyes Universales. En uno de sus pasajes nos enseña cómo el verdadero sabio, conociendo la naturaleza del universo, emplea la Ley contra las leyes: las superiores contra las inferiores, y por medio de la alquimia transmuta lo que no es deseable, y de esta manera triunfa. La maestría consiste en el empleo de las fuerzas superiores de la naturaleza contra las inferiores vibrando en los tonos más elevados de lo creado. La transmutación (no la negación presuntuosa), es el arma del Maestro. Recientemente un film llamado +El secreto+, producido por la productora Prime Time y dirigido por Rhonda Byrne, expone a maestros del conocimiento, filósofos, físicos cuánticos, líderes del mundo de los negocios y del espectáculo contando los secretos de los principios de las ciencias Herméticas, en especial la llamada Ley de Atracción. Según lo presentado, al aplicar estos principios se podrían revertir procesos de enfermedades, adquirir bienestar masivo, superar obstáculos y realizar los sueños más deseados.

La Ley de Atracción

La Ley de Atracción es un principio natural que establece que toda vibración atrae una vibración de igual frecuencia e intensidad. Según esta ley, los seres humanos emitimos vibraciones a través de nuestros pensamientos y emociones; en consecuencia, atraemos a nuestra realidad lo mismo que pensamos y sentimos. Esto significa que somos nosotros los creadores y responsables de todo lo que acontece en nuestra vida. Todo pensamiento vibra, todo pensamiento irradia una señal y todo pensamiento atrae una señal equivalente como respuesta. Es así como se inicia un ciclo de sincronicidad en el que las personas, situaciones e ideas empiezan a integrarse como la respuesta a ese pensamiento y vibración que emitimos. Cuando somos conscientes de esta ley y comenzamos a utilizarla, empezamos a emitir señales a través de nuestros pensamientos -y especialmente con nuestras emociones-, para que nos apoyen en el logro de lo que queremos para nuestra vida. Cuando tenemos un deseo que aún no se ha manifestado, la razón por la que no se manifiesta es porque nuestras vibraciones no están en la misma frecuencia e intensidad del deseo que tenemos.

Generalmente nos enfocamos en la ausencia, en el "no tener" lo que deseamos; por esta razón las vibraciones que emitimos son diferentes del deseo que queremos materializar. Entonces, ¿cómo podemos utilizar la Ley de Atracción a nuestro favor?

Existen 4 pasos básicos para hacerlo:

  1. Elegir la situación deseada.
  2. Emitir vibraciones acordes con la elección hecha.
  3. Mantener una emoción que apoye mi elección.
  4. Permitir y disfrutar la manifestación del deseo en nuestra mente.

La tan en boga Física Cuántica, a través de la Mecánica Cuántica, establece que esto es real y que el Universo responde a las elecciones que realizamos, tanto personal como colectivamente, como especie.

La Ley del Mentalismo

Tal como estableciera Max Planck, padre de la física cuántica, en 1944, "No existe la materia como tal. Lo que observamos como materia es energía, la cual se mantiene unida por una mente consciente e inteligente universal". Este principio encierra la verdad de que "todo es mente", es decir que toda la realidad física -o universo de la materia-, sería una manifestación mental de una realidad que nos contiene, una Matrix en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Este principio, al establecer la naturaleza mental del universo, daría sentido al poder que posee la mente para afectar la realidad material.

La comprensión de este principio hermético de mentalismo era el secreto comprendido por un número selecto de iniciados que lo utilizaban para producir las transformaciones alquímicas de la realidad. Algo muy similar a la Escuela de Magia de la saga de Harry Potter. Los estudiantes de las antiguas escuelas iniciáticas de Egipto podían emplear conscientemente las grandes leyes mentales en vez de usarlas por casualidad o ser usados por ellas. Con la clave maestra en su poder, el discípulo podía abrir las puertas del templo del conocimiento mental y psíquico y entrar en el mismo libre e inteligentemente. Este principio explica la verdadera naturaleza de la energía, de la fuerza y de la materia, y el cómo y el porqué están todas subordinadas al dominio de la mente.

Uno de los antiguos Maestros dejó escrito en el Kybalión: "El que comprenda la verdad de que el universo es mental está muy avanzado en el sendero de la maestría". Y estas palabras resultan tan verdaderas hoy en día como lo eran cuando fueron escritas. Sin esta clave maestra la maestría es imposible, y el estudiante que no la posea, en vano llamará a la puerta del Templo.

Las imágenes de nuestra mente

Si comprendemos este principio sabremos que todo es atraído por virtud de las imágenes que tenemos en nuestras mentes. Lo que estás pensando... cualquier cosa que esté sucediendo en tu mente, la estás atrayendo. Ya sea positiva... ¡o negativa!
A la vez que dejamos de lado los miedos y los pensamientos de desdicha y de temor, debemos poner en nuestras mentes imágenes de paz, amor y abundancia y sintonizar nuestras emociones con ellas, sin importar cuál sea nuestra realidad actual. Debemos enfocarnos en aquello que queremos y no lamentarnos por aquello que no tenemos. Una forma de lograrlo es escribir en algún espacio a nuestro alcance aquello que deseamos atraer, acompañarlo de imágenes y dedicarnos a diario a visualizarlas como parte de nuestras vidas, darles energía mental y sentir la emoción que nos causa "sentir" que ya son parte de nuestra realidad.

No es necesario que nos dediquemos a monitorear nuestros pensamientos todo el tiempo para saber si estamos atrayendo hacia nosotros cosas buenas o malas, nuestros sentimientos son los mejores ayudantes, ya que ellos nos indicarán cuando estemos sintiéndonos bien y estemos atrayendo cosas positivas como la felicidad, alegría, optimismo, amor, pasión, esperanza, emoción, risas, compasión. Si fuese todo lo contrario estaríamos atrayendo cosas negativas como enojos, envidia, rabia, depresión, tristeza, preocupación, soledad, culpa, vergüenza, odio, miedo, apatía. Si queremos saber qué tipo de realidad estamos atrayendo debemos preguntarnos cómo nos sentimos y qué tipo de pensamientos tenemos en la cabeza. Ahí encontraremos la respuesta a todo lo que nos sucede... Si todo el tiempo estamos de mal humor es lógico que solo recibamos lo que no deseamos, o que nuestras condiciones de vida no sean las que desearíamos.

Si todo es mente, debemos despojarnos del condicionamiento mental creado por la misma realidad que nos rodea y que los medios de comunicación masivos se ocupan tanto de difundir. Si logramos trasmutar nuestros pensamientos estaremos dando el primer paso para cambiar nuestra propia realidad; cuando seamos muchos los que alcancemos este logro, la realidad colectiva cambiará por sí sola; si tenemos pensamientos positivos y vivimos mentalmente nuestra propia felicidad nos convertiremos en un canal abierto para recibir las cosas que tanto hemos deseado. Entonces todo comenzará a cambiar.

NOTA ORIGINAL PUBLICADA EN LA REVISTA EL PLANETA URBANO, SECCION PLANETA-X

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Por Brad Hunter