¿Cuáles fueron los tres deseos que hemos pedido al apagar las velas en nuestro último cumpleaños?

El inolvidable Eduardo Chaktoura y su visión sobre el significado de la palabra "Ojalá".

Diccionario emocional: "Ojalá" implica sueños, esperanza y optimismo, pero sin atribuirle todo a la fortuna que implicaría una falta de compromiso vital.

Si Dios quiere (law sha'a Allah) diría un árabe a la hora de que algo bueno ocurra.

Ojalá se impone, amorosamente como la interjección más esperanzada.

¿Cuáles fueron los tres deseos que hemos pedido a la hora de apagar las velas de nuestro último cumpleaños? ¿Se han cumplido?

Ojalá implica sueños, esperanza, optimismo. Inevitablemente, el ojalá precisa de una mirada positiva.

Eso sí, para evitar sensaciones de angustia y fracaso es conveniente sintonizar con el grado de posibilidad de que ese algo "ojaloso" ocurra. Antes que nada, definamos (redefinamos o confirmemos): ¿qué es eso que tanto deseamos que se haga realidad?.

De nada servirá quedarnos en el ojalá de aquello que puede ser imposible. En este sentido, el ojalá quedará reducido a la espera de un milagro.

No perdamos la fe. Pero no echemos la culpa a Dios (al Allah de aquel árabe etimológico) si es que no llega a concretarse lo extremadamente incierto o posible. Una vez precisados los deseos y sus posibilidades de concretarse surgirán otras preguntas. ¿Cuánto nos preocupa? ¿Cuán obsesivos vivimos a expensas de nuestros deseos?

Muchas veces, al ponerlo todo al servicio exclusivo de ese algo, corremos el riesgo de no descubrir la alternativa que siempre nos ofrece la vida. No hay peor ciego que el que no quiere (o no puede) ver.

¿Cuánto hemos hecho (o estamos haciendo) para que nuestros ojalá se hagan realidad?

Esperar una lluvia de ojalás habla de quien atribuye todo a la fortuna, de quien no motoriza, de quien no busca. Una vida llena de ojalás puede darnos cuenta de la inacción o la falta de compromiso vital.

No deberíamos, al mismo tiempo, dejar de lado el motivo o la intencionalidad de nuestro ojalá para los otros.

Que te lleve el diablo (y tantos otros similares) será, sin dudarlo, un ojalá orientado hacia la izquierda de la recta numérica del cero.

¿A quiénes solemos (cuánto y cada cuánto) dedicarles nuestro aspecto negativo del deseo?

Ojalá logren desteñirse aquellos que viven pintando ojalás en tinta negra. Ojalá descubran los beneficios físicos y emocionales que la ciencia ha descubierto sobre los que experimentan el optimismo de la buena esperanza.

Ojalá (complete la frase) ...

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Por Eduardo Chaktoura (1971-2015)