8 rasgos en común de quienes «casi» logran las cosas… pero no lo hacen

Hay personas que tienen, sin que lo sepan, un meta-programa de fracaso interno. Viven por fuera como si fuesen exitosos, aunque nunca llegan a alcanzar totalmente el resultado.

Por Daniel Colombo
@danielcolombopr
Master Coach Internacional

Por lo general son los que traducen lo que les pasa en frases como “Tengo mala suerte”, “¡Quién iba a decir que me iba a ir mal, si puse todo!”, “Seguro que los demás están acomodados”, “Fraude electoral, no puede ser que haya perdido”, y tantas otras que caracterizan a los que están siempre a punto de lograrlo, y, sin embargo, fracasan.

Por mi labor en el mundo, desde hace más de 25 años trabajo como coach de altos ejecutivos, presidentes de países, grandes corporaciones y profesionales de prácticamente todos los ámbitos, y he encontrado un patrón en común que se repite en aquellos que, indefectiblemente, “casi” logran sus anhelos más profundos. Son los que, en lenguaje cotidiano, les falta 5 para el peso; se esfuerzan, incluso se sacrifican demasiado, y, por algún motivo, no lo logran.

¿Conoces personas así? ¿Eres una de ellas?

Aquí describo los 8 rasgos en común que tienen, sin importar su nivel de instrucción, finanzas, jerarquía o posiciones de poder.También comparto los aspectos profundos que es necesario trabajar intensamente para superar ese aspecto de limitación. Quienes los reconocen y se esfuerzan, lo logran.

  1. Se creen más que los demás: Detrás de una máscara construida por los años, han desarrollado cierto magnetismo que la gente confunde con carisma. El magnetismo atrae, el carisma, enamora. Suelen mostrarse fuertes, decididos, claros y temperamentales. Hay una gran diferencia. Internamente se creen superiores o predestinados al éxito -aunque nunca lo alcanzan del todo-. Pueden tener notoriedad, fama y dinero; lo que no logran construir es prestigio y éxito. Necesitan trabajar: la humildad.
  2. Son impuntuales y desorganizados. La indisciplina es una constante. La inmensa mayoría tienen muy poco rigor profesional a la hora de ejercer sus actividades, y uno de los puntos flacos es el de la desorganización en todos los aspectos, desde lo personal hasta la impuntualidad crónica. Para ellos, por ejemplo, “está bien hacerse esperar”, como si eso les diese mayor credibilidad. Como se sienten superiores, hacen que los demás los padezcan hasta límites humillantes. Necesitan trabajar: disciplina en todos los ámbitos.
  3. Desprecian al que los llaman a consciencia. Si bien escuchan los consejos de algún buen amigo, generalmente de la época en que eran jóvenes y aún lograron conservarlo, se rodean de “los amigos del campeón”, esos que aparecen y desaparecen con la notoriedad. Se rodean de obsecuentes.Tienen una gran imposibilidad de mirarse hacia dentro, profundizar en su ser, conectarse y transformarse de raíz. Necesitan trabajar: su autoconocimiento.
  4. Se maltratan. Así como son dañinos en los vínculos con muchas personas, por su egos, narcisismo y soberbia, se descuidan por dentro. Es frecuente que no sigan las indicaciones de un médico o terapeuta, se alimenten mal, tengan algunos vicios y mantengan una relación negativa con sus pensamientos, que no les permite proyectarse en positivo hacia los logros por los que se esfuerzan. Necesitan trabajar: su cuidado personal de todo tipo.
  5. Creen que alcanza con su don especial. Tienen una autoimagen distorsionada, porque piensan que lo que proyectan hábilmente a los demás, éstos lo reciben tal cual. El problema es que siempre hay una gran distorsión. Necesitan trabajar: la autoconfianza y su conexión interna esencial.
  6. No cumplen sus promesas. Tienen poca palabra para hacerse cargo de lo que dicen, si bien son seductores y convincentes. Necesitan trabajar: la actitud de servicio y cooperación con sí mismos y con los demás.
  7. Son inconstantes. Les falta perseverancia. Si bien son arrolladores en su capacidad de trabajo, llegado un punto en que las cosas no salen como esperaban, se abandonan sin más, dejando a todo el mundo descolocados. Como padecen del síndrome de la aprobación de los demás, viven pendientes de si les levantan o bajan el pulgar. Se preocupan en exceso por la mirada externa, y cuando ésta no coincide con su expectativa, caen en bajones anímicos pronunciados y problemas de salud diversa, por lo general, psicosomáticos. Necesitan trabajar: la constancia y la terapéutica apropiada a cada situación.
  8. Buscan el resultado rápido. En cada actividad que encaran quieren ganar cueste lo que cueste. En el mundo real esto no siempre es posible, porque se cruzan muchas variables. La búsqueda de la velocidad en el resultado los sume en un vértigo que su mente y su cuerpo quizás no esté dispuesto a tolerar; más aún con el andamiaje de mentira interna que también los caracteriza: van tapando una mentira con otra. Es un enorme esfuerzo psíquico para mantenerse en acción. Necesitan trabajar: la paciencia y la aceptación.

Como se observa, el proceso para constituirse en alguien que acepte al éxito necesitará corregir estos desvíos. Con constancia, disciplina, perseverancia y una profunda mirada interna, es posible lograrlo en el tiempo, si verdaderamente se anhela una transformación profunda. Si no, es más maquillaje.

Daniel Colombo
Master Coach especializado en CEO, alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; autor de 21 libros, comunicador profesional.

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