No sabemos hablar frente a frente

¿Te cuesta conversar y hacer nuevos vínculos? ¿Te sientes inseguro/a a la hora de entablar un diálogo con alguien que no conoces?

A pesar de estar hipercomunicados, cada vez a más personas les cuesta el contacto directo con los otros.

Las redes sociales y programas para conectarse funcionan muy bien en el ámbito 2.0. En las apps como Instagram, Tinder, Badoo, Facebook, Twitter, Whatsapp, todos decimos cosas sin filtros y escribimos nuestros sentimientos y parecemos muy locuaces, pero ¿qué sucede con la expresividad cara a cara?

Una encuesta realizada en Inglaterra en 2022, reveló que el 73 % de las personas de entre 20 y 45 años, podían relacionarse libremente y dialogar a través de las redes sociales, pero no sabían encarar conversaciones frente a otras personas ni desarrollar temas con seguridad.

Reveló también que uno de los mayores problemas que se reflejaban era el de saber qué decir cuando había silencios en una charla, razón por la cual mirar el móvil era la solución más rápida para salir del apuro.

A esto podemos sumarle la problemática que se interpone en el momento de seducir, o atraer, cuando se quiere entablar un acercamiento amoroso, por lo que la mayoría de los solteros, o separados en búsqueda de pareja, contó que prefiere hacerlo a través de apps especializadas, con resultados no siempre felices.

Una de las habilidades blandas más solicitada actualmente en los puestos de trabajo y empresas es la comunicación asertiva, pero no suele ser la más fácil de aprender y aplicar en la vida cotidiana.

Como mejorar la conversación

Hay técnicas de todo tipo dentro de la oratoria que ayudan a mejorar la seguridad para hablar frente a otras personas, pero claro, como todo aprendizaje requiere tiempo y práctica para cambiar los pensamientos y estos a su vez, cambiar la acción.

Una de las técnicas que puede ayudar es nunca contestar monosílabos frente a las preguntas que se nos hacen.

Si alguien nos pregunta ¿de dónde somos?, no decir simplemente el nombre de nuestra ciudad o pueblo de origen, sino dar una pequeña descripción al respecto para generar temas circundantes con el principal y así generar empatía, para que el otro también aporte más temas. Por ejemplo, se puede contestar: “Soy de un pueblo de España, que queda a 60 km de tal ciudad, dónde hay montañas, lagos, y su principal atracción es salir a hacer senderismo los fines de semana, entre bosques verdes y cascadas, lo cual te hace sentir realmente vivo”.

Este tipo de respuesta es un punto de inicio muy prometedor para generar otro tipo de experiencias comunicativas.

El otro también entonces puede querer contar su propia experiencia, motivado por esta respuesta.

Otra técnica que sirve mucho es hacer una pregunta general, no muy privada, cómo ¿a qué te dedicas?, e ir siguiendo el hilo con repreguntas como, ¿cuál es el rubro de esa empresa?, ¿dónde está ubicada?, ¿cuánto tiempo viajas a diario?, e ir profundizando sutilmente: ¿es un trabajo que te hace feliz?, etc. Es importante escuchar con atención las respuestas manteniendo la mirada en los ojos del otro, asintiendo con la cabeza, lo que muestra interés y hará que se sienta escuchado y valorado. Estas son las mejores emociones que una persona puede sentir para generar rapport con otra, que es conectar emocionalmente.

Otra forma de hacer que la conversación gire en torno a un ambiente de confianza y naturalidad es hacer partícipe a la otra persona de tus propias experiencias. Contar una anécdota que hable de lo que te sucedió en el día, o en el trayecto, o en la última cita, es una forma de hacer que la comunicación sea más fluida y que captes su interés.

Piensa en ideas, nunca en palabras.

Las palabras no son fiables si sueles ponerte nervioso o tímido, y se olvidan fácilmente generando aún más inseguridad.

En cambio, las ideas no se olvidan y dan argumentos para seguir conversando.

Ten en cuenta la finalidad de la conversación: conocer al otro y que te conozca. Nadie te estará juzgando, solo se libre de hablar para que el otro sepa quién eres y puedas también tener vínculos nuevos.

Si hay silencios, no te pongas nervioso/a solo deja que pasen naturalmente. Los silencios son necesarios para mostrar tranquilidad, para ordenar la mente, para pensar en la idea que continúa, y para tener el control de la conversación.

Ley del espejo

Es muy bueno para la mente copiar sutilmente las posiciones y posturas de quién está enfrente, esto ayuda inconscientemente a generar empatía sin que el otro se dé cuenta. Y por último no grites, ni quieras imponer tu idea, trata de imitar el volumen y tono de conversación del otro para estar al mismo nivel comunicativo.

Todo lo demás corre por tu cuenta. Lo más importante es que tengas claro que siempre puedes mejorar tu comunicación y que tomes la decisión de empezar a hacer nuevas relaciones sin sentir que la timidez o inseguridad se adueñan de tu vida.

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Gentileza, María Belén Castellino, Especialista en Oratoria y Kinésica | IG: @belucastellino