Nélida, una abuela que cumplió su sueño, terminar la primaria a los 92 años

De niña, Nélida comenzó a trabajar y no tuvo la posibilidad de terminar la escuela. Apenas había comenzado sus estudios, debió ayudar económicamente a su familia.
Su historia es el fiel testimonio de una generación cuya infancia daba paso a la adultez de manera inmediata. El trabajo comenzaba en la niñez ante la necesidad familiar de sumar recursos.

El sacrificio de toda una generación cuyo estandarte y sentido de su identidad fue la cultura del trabajo, puede narrarse y personalizarse en la biografía de Nélida Alonso, una abuela oriunda de la Argentina que con sus 92 años decidió inscribirse en la escuela para finalizar sus estudios primarios.

De niña, Nélida comenzó a trabajar y no tuvo la posibilidad de terminar la escuela. Apenas había comenzado sus estudios, debió ayudar económicamente a su familia y en plena infancia empezó a construir su amor por el aprendizaje.

Si bien, no podía concurrir a la escuela nunca dejó de leer cuanto libro encontrara y su amor por el arte y el teatro, la acompañó toda su adolescencia y juventud. Nélida disfrutaba de los museos y se interesaba por las biografías de cada uno de los pintores que admiraba desde niña.

Su sueño por finalizar sus estudios primarios siempre la acompañó, pero por diversas circunstancias no pudo cumplirlo. Nélida enviudó muy joven, su esposo era joyero y realizaba trabajos en su hogar y por lo tanto, al no recibir una pensión por el fallecimiento de su esposo, quedo a cargo de dos niños pequeños, de 1 y 3 años, viéndose obligada a trabajar en la Compañía Phillips, de Buenos Aires, Argentina.

Pero el tiempo suele acompañar a los perseverantes. Hoy con sus 92 años Nélida vive en México junto a sus hijos quienes fueron los principales impulsores en cumplir el deseo de su madre.

Su hija, Nancy Quiroz, es maestra voluntaria de la Plaza Comunitaria de la Universidad de Colima y acompañó a su mamá a inscribirse en las clases y a ayudarla a estudiar.

Finalmente, el próximo 28 de marzo, Nélida recibirá su título, de la mano de su hija. El sueño está cumplido, pero su historia de sacrificio continúa ya que está considerando la posibilidad de seguir estudiando.

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Por Eugenia Plano