Murió Nelson Mandela, el máximo héroe en la lucha por los derechos civiles y la reivindicación de la inclusión y la igualdad en Sudáfrica

La lucha valiente y permanente fue el símbolo que definió a Mandela como un ser que hasta los últimos días reivindicó la vida, afrontando su enfermedad con entereza y coraje

Tras largos meses de luchar por su vida, el primer presidente negro sudafricano y Premio Nobel de la Paz falleció hoy a los 95 años en su vivienda de Johannesburgo tras una larga infección pulmonar. La noticia de su muerte fue anunciada por el jefe de Estado, Jacob Zuma, en un mensaje televisivo.

"Nuestra nación ha perdido a su mayor hijo. Nelson Mandela nos unió y juntos nos despedimos de él", expresó Jacob Zuma quien además informó que las banderas serán izadas a media asta a partir del viernes y hasta los funerales.

Nelson Mandela había sido internado el 8 de junio pasado en el hospital de Pretoria a causa de una grave pulmonía, donde permaneció durante casi tres meses. Finalmente, desde septiembre se encontraba en su casa de Johanesburgo, donde fue cuidado y asistido por un cuerpo de 22 médicos.

La lucha valiente y permanente fue el símbolo que definió a Mandela como un ser que hasta los últimos días reivindicó la vida, afrontando su enfermedad con entereza y coraje.

Mandela sin dudas fue un hombre que cambió el mundo, lo convirtió en un sitio más justo e inclusivo y donde los seres humanos gozan de los mismos derechos y garantías. Fue un héroe de cuerpo y alma que eligió la paz como el camino más efectivo y sólido para poner un punto final al apartheid y así defender los derechos civiles de la comunidad negra en su país.

Nació en 1918 en Umtata, Transkei y su primer gran gesto de coherencia e integridad se produjo cuándo renunció a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xosa y decidió convertirse en abogado para luchar por la libertad y la igualdad en su país.

En 1944 ingresó en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión racial. En 1948 con la Asunción en Sudáfrica del Partido Nacional, se decretó la segregación racial creando el régimen del apartheid.

Tomando como modelo de referencia e inspiración a Gandhi, Mandela se propuso crear un estandarte de lucha sustentando en métodos no violentos y así organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas, siempre con la paz como el valor supremo de su ideología.

Nelson Mandela fue detenido y liberado de manera constante durante su reivindicación por los derechos civiles pero fue en 1964 cuando fue condenado a cadena perpetua tras convertirse en el máximo emblema de los Derechos Humanos en el mundo.

Fueron 27 años de cárcel y sobre esta experiencia quedó el testimonio “Conversaciones conmigo mismo” en el cuál Mandela materializó aquellos años de lucha desde el cautiverio. "Uno de los problemas que más me preocupaba cuando estaba en la cárcel era la falsa imagen que sin querer había proyectado en el mundo. Se me consideraba como un santo. Nunca lo fui, incluso si se refiere a la definición según la cual un santo es un pecador que trata de mejorarse”, confesó.

En 1984 Mandela tuvo la opción de obtener su libertad, pero dijo no. Por aquel entonces, el gobierno tuvo como objetivo acabar con su lucha ofreciéndole su excarcelación a cambio de que aceptara establecerse en uno de los bantustanes, "territorios independientes", donde se segregaban a los negros. Mandela rechazó el ofrecimiento y continuó desde su reclusión reivindicando la legitimidad absoluta de derechos para todos.

Seis años después el presidente de la República por el Partido Nacional, Frederik De Klerk, liberó a Nelson Mandela tras 27 años de reclusión, y lo designó como interlocutor para negociar el proceso de democratización. Así fue como en 1993, Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz.

En 1994 Mandela se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica y tras su triunfo fueron inolvidables sus palabras:"Nunca más sucederá que esta hermosa tierra experimente la opresión del uno sobre el otro".

Hoy los 5 continentes despiden al hombre cuya única arma para cambiar al mundo fue la paz.

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