Monumentos claves que se pueden visitar

Con la llegada del nuevo milenio y seis de las siete antiguas maravillas ya destruidas, una votación mundial que duró siete años finalmente eligió una nueva lista de monumentos claves que sí se pueden conocer.

Una sola de las antiguas siete maravillas del mundo hoy está en pie: las Pirámides de Gizeh, en Egipto. Por eso, el millonario, cineasta y explorador suizo Bernard Weber decidió en el año 2000 crear una fundación (www.new7wonders.com) y lanzar una votación mundial por Internet para elegir las sucesoras. A partir de esta iniciativa privada (la UNESCO no tuvo influencia), siete años más tarde (el 07/07/2007), y con más de 100 millones de votos, se definió la nueva lista y estos son, finalmente, los monumentos culturales, globales y colectivos que representan lo más significativo de nuestro patrimonio moderno.

El Taj Mahal

Detrás de este maravilloso monumento en la ciudad de Agra, en la India, hay una historia de amor. El complejo de edificios, sus jardines y sus fuentes fueron construidos entre 1631 y 1654 por orden del emperador musulmán Sha Jahan para honrar a Mumtaz Mahal, su esposa favorita, que murió después de dar a luz a su 14° hijo. Tanta era su tristeza, que en su memoria, contrató a 20.000 obreros para construir el mausoleo más grande del mundo con los mejores materiales. Si bien el estilo es mongol, se incluyeron elementos de la arquitectura islámica, persa, india y turca, y la simetría típicamente musulmana se evidencia en los jardines. Cuenta la leyenda que Sha ordenó matar a la esposa del arquitecto con la idea de que este experimente el mismo dolor y lo plasmara en el diseño.

La Gran Muralla China

Conocida también como Chángchéng (larga fortaleza), fue construida por la dinastía Qin para protegerse de los ataques de lo que hoy es Mongolia. El emperador Quin Shi Huangdi unificó el imperio en el año 221 a. C. y uno de sus propósitos fue unir los trechos de muralla que se habían construido previamente. La reconstrucción duró 1000 años, hasta el siglo XVII, y sirvió como puesto de vigilancia y para proporcionar a los ejércitos un rápido sistema de alerta desde sus torres. Al Este, la muralla está hecha de ladrillos y piedras talladas, pero hacia el Oeste se utilizaron materiales menos duraderos como arcilla o tierra comprimida reforzada con ramas de árboles, por eso gran parte hoy está en ruinas. A través de los siglos, llegó a tener 7300 km de longitud y en ella trabajaron más de 1 millón de personas, muchas de las cuales dejaron allí sus vidas, por eso el lugar tiene fama de ser el cementerio más grande del mundo. Hoy, las partes que se pueden recorrer fueron realizadas entre los siglos XVI y XVII. Sin dudas, es la construcción más grande de la humanidad, y si la intención es recorrerla caminando, se necesitan 100 días.

Chichén Itzá

La historia del pueblo maya tiene miles de años; fueron una de las culturas precolombinas más importantes por su legado científico y astronómico, y contrario a lo que se piensa, nunca desaparecieron porque algunos de sus descendientes viven aún en la región. La ciudad de Chichén Itzá está ubicada al norte de la Península de Yucatán, en México, y refleja el pasado más glorioso de los mayas porque fue el centro político y económico de esta civilización entre los años 750 y 1200. El dios para quien fue construido este centro ceremonial es Kukulcán, representación maya de Quetzalcóatl. A lo largo de los años, varias fueron las etapas de construcción y la influencia según los pueblos que habitaron la ciudad, pero los edificios que quedaron en pie y que son emblemáticos del yacimiento arqueológico —como "El Castillo" o "Templo de Kukulcán", "Juego de pelota" y "El templo de los guerreros", entre otros—, tienen una clara influencia de la arquitectura, el arte y la simbología tolteca. Si bien al principio fue un enclave en el que los mayas buscaron la paz y el desarrollo de su cultura y sus artes, hacia 1194 las sangrientas luchas con sus enemigos lograron destruirlos y perdieron su dominio del lugar, que más tarde fue abandonado.

Ciudad de Petra

Este santuario religioso, político y cultural, tallado literalmente en la roca, es un importante enclave arqueológico y el primer destino turístico de Jordania. En griego, su nombre significa simplemente "piedra" y fue fundada en la Antigüedad, en el siglo VIII a. C. por los edomitas, pero fueron los nabateos los que la hicieron progresar, hasta llegar a los 30.000 habitantes, y la convirtieron en un fundamental paso en la ruta de las caravanas que llevaban incienso, especias y productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo. Era un asentamiento muy dinámico, con mucha actividad y vida social, pero fue abandonado en el siglo VIII y cayó en el olvido hasta que en 1812, Jean Louis Burckhardt, un viajero suizo disfrazado de árabe para poder explorar la zona, la redescubrió. Ubicada a mitad de camino entre el Golfo de Aqaba y el Mar Muerto, este tesoro de la arquitectura rupestre está a más de mil metros sobre el nivel del mar en un valle montañoso. La mayoría de los edificios, como el Monasterio y el Tesoro, fueron construidos en las terrazas naturales a lo largo de las paredes del valle o excavados en la piedra roja, y mezclan influencias grecorromanas, egipcias, orientales y locales; una verdadera obra de arte.

El Cristo Redentor

Ícono por excelencia de Río de Janeiro, en Brasil, este monumental Jesús de Nazaret con los brazos abiertos hacia la ciudad carioca está situado en el Parque Nacional de la Tijuca, en la cima del cerro del Corcovado. Impulsada por la Iglesia católica para celebrar el centenario de la Independencia brasileña, esta construcción art déco de 38 m de hormigón armado —la más grande del mundo en su estilo—, se inauguró el 12 de octubre de 1931. En principio, el proyecto del Cristo que diseñó el ingeniero Heitor da Silva Costa llevaba una cruz en la mano izquierda y en la derecha, una esfera del mundo. Pero más tarde, el pintor Carlos Oswald realizó varios bocetos pensando en cómo se vería el monumento durante las distintas estaciones del año, y así surgió la modificación de poner los brazos en cruz e inclinar la cabeza hacia adelante. Da Silva Costa viajó a Francia para buscar inspiración y también contratar a un escultor, Paul Landowski, que realizó la cabeza y las manos en su taller. Entre los logros de este magnífico trabajo que duró cinco años, se encuentra el hecho de que nadie murió durante el proceso. Además de ser un mirador privilegiado para cualquier turista que decida subir a la cima, también funciona como uno de los lugares de peregrinación más concurridos del mundo.

Machu Picchu

En julio de 1911, el explorador estadounidense Hiram Bingham descubrió las ruinas de Machu Picchu ("montaña antigua"), una ciudadela inca construida a mediados del siglo XV por orden de Pachacútec, el gran soberano del Imperio durante su época de expansión, a 80 km de Cusco. La increíble ciudad fue levantada, habitada y abandonada en menos de cien años. Esta breve historia, el desconocimiento o la poca importancia que le dieron los españoles y la imposibilidad de determinar con qué fin fue construida, ayudan a propagar el misterio. Sin embargo, los especialistas concluyeron que lejos de ser una fortaleza militar o sólo una residencia de descanso, fue usada como santuario religioso por el carácter ceremonial de sus palacios y templos. También es probable que haya sido un monasterio para preparar a las niñas que iban a estar al servicio del Inca, porque de los 135 cuerpos encontrados, 109 eran de mujeres. Tras la invasión española, todos huyeron, y como sólo era conocida por las castas superiores, no pudieron volver. Recién tres siglos después, esta "ciudad perdida", considerada una obra magnífica de la arquitectura y la ingeniería, se convirtió en el destino más visitado de Perú y en uno de los más interesantes del mundo.

El Coliseo de Roma

Este impresionante anfiteatro es quizá la obra más grandiosa de la arquitectura del Imperio romano y fue sin duda modelo de muchos estadios deportivos modernos por la combinación de técnicas y su ingenioso diseño. Ubicado en el centro de la ciudad, fue construido junto al Foro Romano por orden de Vespasiano en el año 70 y se completó en el 80 por el emperador Tito. En realidad, su nombre original era Anfiteatro Flavio, pero pasó a ser conocido como Coliseo por una enorme estatua del Coloso de Nerón que estaba junto a él pero que ya no se conserva. Durante más de 500 años se usó para espectáculos públicos que podían presenciar más de 50 mil espectadores, pelea de gladiadores, juegos olímpicos, obras de teatro y también para ejecuciones. En la última parte de la Edad Media, pasó a funcionar como refugio, fábrica, lugar de reunión de los católicos y fortaleza, pero a causa de los terremotos y por la extracción de piedras y materiales para construir otros edificios quedó en ruinas. En 1749, finalmente, el Papa Benedicto XIV lo declaró lugar santo en memoria de los mártires ejecutados y esto significó el primer paso para la preservación del monumento. En el siglo XIX se hicieron reformas, y aunque durante la Segunda Guerra Mundial sufrió los efectos de los bombardeos, ya se convirtió en un bien cultural de la ciudad.

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Por Guadalupe Rodríguez / www.revistasusana.com