La transformación digital en salud

Se afianza la Medicina On Demand y la Historia Clínica Electrónica como paso previo a un paradigma de salud preventiva.

Una de las enseñanzas que nos ha dejado el 2020, y lo transcurrido del 2021, es que los pacientes se han convertido en los actores principales de la nueva ¨transformación". La adopción tecnológica en la que éstos últimos han sido insertos, y en muchos casos obligados a aceptar, crea un nuevo paradigma de paciente, que no sólo está informado, además tiene nuevas demandas y es un activo protagonista en el cuidado de su salud.

Esta demanda puede ser una herramienta muy poderosa para la retroalimentación, análisis y optimización de recursos por parte de las organizaciones de salud. Y también, un punto focal a nivel de vulnerabilidades de los equipos de seguridad informática.

La Historia Clínica Electrónica, es una de las herramientas principales en esta orientación. Sin embargo, puede ser un gran objetivo para la ciberdelincuencia, de acceso y adquisición en la darkweb, o en el mercado de la información robada. Imaginemos lo que puede representar para una organización toda esa información de sus pacientes, o bien lo que representaría para una figura pública que su historia clínica esté al alcance de personas ajenas a la medicina.

Por otro lado, la Medicina On Demand se fue extendiendo gracias a la pandemia, y se espera que esta experiencia se complejice a medida de cada paciente, permitiendo así la medicina de precisión. Esta propuesta parte de la variabilidad genética individual, el entorno, el estilo de vida, entre otros factores, los cuales serán obtenidos por biosensores, u otros dispositivos móviles; facilitando así la implementación de estrategias proactivas de prevención, tratamientos más certeros y el desarrollo de nuevas terapias, abriendo un horizonte de nuevos servicios y prestaciones para las organizaciones.

La tecnología permitirá recopilar la mayor cantidad de parámetros posibles, desde los dispositivos móviles hasta herramientas de monitoreo en autos que se constituirán como medios informativos en tenencia de los pacientes y que posibilitarán la conexión con los prestadores o centros de salud. El desafío mayor estará en el uso de esa información y la protección de la privacidad de los pacientes.

Finalmente, también está la descentralización de los servicios de salud. El contexto actual ha generado un cambio de rumbo sobre el paradigma médico; al igual que en todos los rubros, la pandemia ha dejado grandes demandas en la optimización operativa. Esto requerirá que las grandes estructuras se adapten a formas más dinámicas, capilares y descentralizadas, avanzando sobre modelos de accesos compartidos por el paciente y los profesionales a redes interoperativas y disciplinarias exentas de estas estructuras, demandando mayor comunicación y acceso a la información compartida.

Toda esta disponibilidad de información tiene un gran valor para los ciberdelincuentes, pero también afectará directamente a las organizaciones de salud en el plano de lo económico: una vulnerabilidad en un aplicativo podría generar una pérdida sustancial en la credibilidad y la desconfianza por el manejo de los datos digitales sensibles.

Sin dudas, la tendencia en salud avanza proyectada por un contexto pandémico mundial, obligando a la mayoría de los prestadores privados -y también públicos- a incorporar nuevos servicios y a implementar otros recursos acompañando la transformación digital. La clave está en las estrategias que cada organización implemente para evitar ser víctimas de un mercado negro de la información que mueve millones de dólares al año. Y la salud es, sin dudas, un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes.

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Por Emanuel Hermosilla, Named Account Manager en Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia en F5 LATAM.