La carne porcina, un alimento saludable

Pero, entonces ¿el cerdo no tiene grasa?

Durante muchos años se ha afirmado que el consumo de carne porcina podía atentar contra la salud y además, podría ser una de las principales fuentes calóricas.

Nada más lejos de la realidad, ya que se ha comprobado científicamente que la carne porcina es una de las principales fuentes de hierro, fósforo, zinc y Vitamina B. Además, su alto contenido proteico es fundamental para la composición de una dieta saludable y de bajo contenido calórico. Este dato se presenta como una revelación ya que popularmente, se argumentaba que el cerdo contenía un alto porcentaje de grasa. Una investigación realizada por la U.S. Meat Export Federatión, en los Estados Unidos, confirmó que la carne porcina posee cortes magros, ayuda a la protección de los órganos y favorece a la absorción de las vitaminas A. D, E y K en todo el organismo.

El consumo de carne de cerdo fresco es por lo tanto favorable a un régimen alimenticio saludable y funcional para aquellos pacientes que realizan dietas de bajo contenido calórico. Pero, entonces ¿el cerdo no tiene grasa? Estudios recientes han ratificado que sobre el total de la grasa presente en la carne porcina, el 48% es mono insaturada o grasa buena y un 42% es saturada. Además, en comparación con la carne vacuna, el cerdo contiene menor cantidad de grasa saturada y por lo tanto, se presenta como una de las opciones de mejor calidad. En este marco, la carne porcina posee cortes totalmente magros e inclusive, el cerdo es el tipo de carne que tiene el corte con menor contenido graso. El lomo de cerdo sólo contiene 138 calorías, cada 100g, siendo incluso más magro que una pechuga de pollo sin piel.

Es decir, el mito que indica que la carne de cerdo afecta a la salud y además implica un gran aporte de grasa, es falso. Una dieta equilibrada y saludable se calcula en un consumo promedio diario de 2.000 a 2.400 calorías, una porción de 150 g de cerdo sólo contiene 172 calorías. Además de poseer cortes con bajo contenido calórico, la carne porcina también es una de las mayores fuentes de alimenticias en la prevención de enfermedades y en la optimización de la salud. El consumo de cerdo implica la incorporación al organismo de vitamina (B1), vitamina B6, fósforo y niacina (B3), potasio, zinc y Omega 3. La combinación de estos nutrientes favorece al sistema nervioso, al buen funcionamiento del cerebro y además, la presencia de ácido oleico evita patologías del tipo cardiovascular.

Los beneficios están saliendo a la luz y aunque todavía a nivel popular, el pollo es la carne favorita en la elección de los alimentos considerados “sanos y dietéticos”, el cerdo avanza a paso firme y sostenido. El consumidor actual ya no confía ciegamente en los mitos o creencias sino que ha tomado una posición más activa, investigando e informándose sobre las verdaderas propiedades de los productos. La carne porcina se ha convertido en el alimento innovador entre las preferencias de quienes optan por una dieta más saludable ¿Las razones? Bajo contenido calórico, su sabor es mayor al de la carne de pollo en cuanto a la elección de carnes magras, es una alta fuente de proteínas y puede conseguirse a un costo más económico que la carne vacuna.

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