La aventura del hombre

Yvon Chouinard es un empresario atípico. Escalador y entrenador de halcones, surfea con sus emplados en horas de trabajo.

Por Gabriela Cicero | LA NACION

¿Qué diferencia existe entre un pesimista que no se preocupa por hacer nada porque cree que está todo perdido y un optimista que tampoco se preocupa por hacer algo porque dice que va a estar todo bien? El interrogante es el de un gran pesimista que hace: Yvon Chouinard, un empresario norteamericano poco convencional, montañista, piragüista, kayakista, pescador con mosca o un viejo surfista, como se autodefine, que a sus 75 años se siente hecho con su empresa Patagonia (de indumentaria para deportes silenciosos en la naturaleza), pero continúa al frente de su negocio porque se propone contagiar a otras empresas en su compromiso con el medio ambiente, que tiene como fundamento reducir al máximo el impacto tóxico. Su lema esConstruir el mejor producto, causando el menor daño posible.

¿Por qué este hombre, que pasó por Buenos Aires camino al sur de Esquel para ir de pesca con amigos, se considera un gran pesimista? Porque se lamenta de los altos niveles de consumo, que hacen que en la actualidad se estén usando los recursos de tres planetas y medio, y asegura que si continuamos con los mismos niveles, para 2030 estaremos utilizando los recursos de cinco planetas y medio. "Vamos a destruir el mundo, no estamos haciendo nada frente al recalentamiento global, la temperatura subirá 3° al final de este siglo, en los tiempos de mi nieta. Un completo desastre. Pero puedo dormir, porque con mi compañía somos parte de un proceso de intentar hacer algo." Chouinard está convencido de que el mal supera al bien cuando hay tanta gente que se queda mirando cruzada de brazos, "porque para hacer el bien hay que hacer algo", remarca.

Desde 1985 dona el 1% del total de sus ventas, tenga pérdidas o ganancias, como un autoimpuesto por hacer negocios sirviéndose del planeta, con el fin de destinarlo a organizaciones dedicadas a causas ambientales. Y ya consiguió que lo sigan 1200 empresas. "Por polucionar, usar recursos no renovables, hay que pagar el precio." Y cree que muchas más lo harán, aunque les sirva sólo como marketing, que es una manera de empezar.

Sin contar con una formación académica -dedicó su vida a los deportes extremos- es convocado para dar charlas en universidades para exponer su visión de negocio e imaginar economías más amigables con el mundo. Hace pocos años, este antiempresario fue tapa de la revista Fortune, como el CEO de la empresa más cool del mundo, aunque él, en su aspecto personal, que es el de un hombre común.

  • La revista Fortune definió a su empresa como cool. ¿Usted como la considera?

Yo no dije eso, fue el periodista (se ríe). Mi trabajo está terminado. Nunca quise ser un hombre de negocios ni me vinculo con ellos. Tengo todo el dinero que quiero o necesito, aunque mi mujer y yo tenemos una vida muy simple. Apuesto a que mi auto es más viejo que el suyo. La única razón por la que sigo es porque uso la compañía como una herramienta para influir a otras compañías. Tratamos de conducirlos con el ejemplo. No decimos hay que hacer esto. Decimos hicimos esto.Hay muchas empresas ahora que están tratando de hacer las cosas bien, de ser responsables. Creo que somos una de las empresas más responsables del mundo, no sustentable, sino responsable. Ahora estoy muy interesado en el negocio de los alimentos. El negocio de la comida necesita una revolución. Actualmente estamos trabajando con el salmón. A diferencia de la ropa, que uno sabe de dónde viene, pero cuando comprás salmón, nadie sabe de dónde proviene. ¿De un río donde quedan sólo 10 o de uno que tiene 200.000? Nuestros salmones sí sabemos de dónde vienen. Cada producto que haremos tendrá la calidad más alta, responsabilidad y una cuestión social. Salmón pescado por aborígenes, que los capturan cuando van a reproducirse, sabemos cuántos agarrar.

  • Los desafíos y riesgos forman parte de su vida. ¿Cómo lo impactó haber aprendido a los 12 años a entrenar halcones y también muy temprano convertirse en un escalador?

Entrenar halcones fue una gran lección en management, porque todo tiene que ser pensado en positivo. El halcón no hace lo que uno quiere, menos pegándole y diciéndole malo, malo. Si no hace lo que uno quiere hay que evitarlo. Nunca te van a querer como lo haría un perro. Se quedan sólo porque les das de comer, por eso si se quiere que hagan algo, les das de comer. Es simple, pero es una gran lección. Yo jamás les pegué a mis chicos y criarlos fue como entrenar halcones. En los negocios es lo mismo. A los 14 me convertí en escalador. Primero aprendí a bajar. No tenía idea sobre escalar. Como era el más chico del grupo me mandaban a ver el nido de los halcones para ver cómo estaban y un día, mientras bajaba, vi uno que subía. Y pensé. esto es fantástico. El montañismo fue una parte muy importante de mi vida. Fui un estudiante de la filosofía zen. Algunas personas lo practican mediante la contemplación, otras como yo lo practican por medio de la acción. Para escalar una montaña, el foco no está en la cumbre, sino cómo llegar ahí de la manera más pura y elegante. Y eso también lo apliqué en los negocios. Si me preguntás cuáles fueron los beneficios del año último, te digo, no lo sé, me olvidé. Tampoco sé cómo funcionaron las ventas. Sólo estoy interesado en el proceso. Escalar me lo enseñó, ya que cuando llegás arriba., ¡no hay nada ahí! No hay oro ni un viejo sabio con todas las respuestas. Y si lo hacés en un estilo puro, cuando bajás sos una persona diferente, a nivel físico y espiritual.

  • En 1972, antes de vender indumentaria, con Chouniard Equipments había logrado ser el mayor proveedor de herramientas para alpinismo de los Estados Unidos. ¿Qué lo condujo a apostar por la escalada limpia?

Cuando era chico, mis padres me decían si hiciste un lío, lo arreglás. Mirá las grandes corporaciones de hoy: generan grandes desastres, como contaminar un río, y se desentienden. La escalada limpia llega cuando nos dimos cuenta de que lo que estábamos usando dañaba la roca. ¿Nosotros lo hicimos? Nosotros lo arreglamos. Toda mi vida tuve un gran sentido de la responsabilidad.

Chouinard llegó a la cima de todos los continentes, además de sumarse a cuanta expedición surgiera que le diera una excusa para adentrarse en la naturaleza y, al mismo tiempo, probar sus productos en condiciones extremas. Solía pasar 250 días al año en la intemperie, en una bolsa de dormir. No usó carpa hasta los 40 años. Siempre descubría cuevas y lugares con reparo en las montañas. Y en ese contacto estrecho con diferentes geografías, pudo palpar la devastación ambiental y social, problemática que comenzó a obsesionarlo. En su libro Que mi gente vaya a hacer surf , lo relata: "Empecé a detectar por primera vez aquel deterioro cada vez que volvía a escalar, a hacer surf o a pescar en lugares conocidos, como Nepal, África o Polinesia, y veía lo que había ocurrido desde la última vez que había estado allí. En África, bosques y sabanas desaparecían a medida que la población iba aumentando. El calentamiento global derretía glaciares que habían formado parte de la historia alpinística del continente.

  • ¿Qué será revolucionario en este nuevo siglo?

La agricultura. Y que la economía que no destruya el planeta. Ahora lo estamos haciendo. No podemos continuar en la misma dirección, la única solución es llevar una vida muy simple. Digo a la gente que si quiere ser responsable respecto de la ropa, que compre la usada. En nuestros negocios de Estados Unidos estamos vendiendo ropa usada Patagonia. También enseñamos a nuestros clientes cómo arreglarse la ropa con un kit de reparación. Pero la máxima revolución será la comida, por eso estoy interesado en ese tema. Porque el principal problema que tenemos es alimentar a la gente, y va a ser mucho peor. La revolución verde es un desastre. Están destruyendo miles de hectáreas con la soja aquí en las tierras norteñas, no se puede hacer crecer nada allí. Tenemos que volver a la vieja manera de cultivo que emplea más gente, produce mejor calidad de alimentos y genera la mejor tierra. El trigo de ahora no es el de antes. De hecho, mucha gente es alérgica al nuevo trigo. En Kansas empezaron a plantar el viejo trigo, las raíces miden de 5 a 8 metros, requiere poca agua, se mantiene bien en un lugar seco, crece siempre solo y los nutrientes son mejores. Hay que regresar a la vieja usanza de cultivar como antes. Hoy los pollos están criados en una caja chica, con alimento, antibióticos y hormonas ... ¡Ajjj! Tenemos que comer poco pollo. Es la única solución. Esto de que todo tiene que crecer y crecer está matando el planeta. Todo exige crecer, las empresas públicas, las privadas. Nadie quiere hablar de eso. En Japón la población está cayendo y su gobierno alienta a que la gente tenga más hijos. Están locos. Deberían estar felices. Las empresas consideran que si no crecen un 10 %, no es beneficio. Si mi compañía no crece tiene ganancia, porque es eficiente. No da pérdidas. Con un 2 % está bien. Las empresas se imponen crecer todo el tiempo.

A este antiempresario tampoco se lo encuentra por celular. No tiene computadora. Su tarjeta personal todavía lleva un número de télex y asegura que es más rápido que su secretaria en encontrar un teléfono con su agenda de papel. "En la era de la información, la mayoría de la información es innecesaria. Es mi elección personal." Pero sus amigos bromean. Le dicen que detrás de cada hombre antitecnológico hay una mujer con una computadora. Y ella es Malinda, su compañera de toda la vida.

  • En Que mi gente vaya a hacer surf habla sobre la independencia y flexibilidad de sus empleados.

No me gusta dirigir gente, no me gusta que me digan qué es lo que tengo que hacer. Por lo que lo mejor que hice fue contratar gente independiente y dejarla sola. Gente automotivada. No tenemos jefes diciéndoles qué hay que hacer. Psicólogos que los estuvieron estudiando me dijeron que son tan independientes que jamás trabajarían para otra compañía. Si entran más tarde porque tuvieron que llevar a su hijo al doctor, no me importa. Lo único que importa es que el trabajo esté hecho. Si querés trabajar desde tu casa porque tenés algún problema, bien. Nunca nadie tomó ventajas sobre este asunto. Bueno, un poquito, nada más. Suelo verlos surfeando y también el sábado trabajando, cuando nadie dice que lo hagan. Evito contratar gente con masters en empresas, a menos que tenga que hacerlo. Hombres comunes de negocios no calzan en la compañía, especialmente cuando esperan que se les diga qué tienen que hacer. Entre lo mejor que se puede encontrar son mujeres que se dedicaron a su familia, nunca trabajaron, los chicos se fueron, no tienen nada que hacer. Ellas saben de presupuesto, cómo gestionar, son agresivas, fantásticas. Y casi nadie las contrata porque no tienen experiencia. Son las mejores. Tenemos un 80% de mujeres, y elmanagement está a cargo de ellas.

  • ¿Es verdad que surfea con sus empleados en horas de trabajo?

Sí, no importa la hora, es el surf el que dice cuándo ir.

  • ¿Continúa escalando?

Todavía hago un poco. Y hago pesca con mosca, que me resulta muy emocionante. Hace un tiempo le enseñé una técnica a una nena de 9 años, en 5 minutos, y capturó 17 truchas ¡sola!

  • ¿Qué necesita para ser feliz?

Mi familia, en primer lugar, que es lo que dice todo el mundo. Y el cambio. Yo sé que a muchos no les gusta, pero es lo que a mí me hace feliz. Como los chinos veo muchas oportunidades. Como deportista hice todos los tipos de escaladas. Y siempre alcancé el 75% de rendimiento en cada disciplina hasta dejar, porque ese 25% que hace falta para ser el primero me aburre.

PING PONG

Un lugar en el mundo: La Patagonia. "Ahí sentado con un fuego, tomando mate y conversando con un gaucho que no fue a la escuela. Es fantástico."

Una comida: Almejas, mejillones, comida del mar.

Música: Jorge Cafrune, ópera, clásica, blues.

Literatura: Libros de aventura del siglo XIX..

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Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1714362-la-aventura-del-hombre