Investigadores están desarrollando una máscara que se enciende cuando detecta Covid-19

Equipos de Harvard y MIT han avanzado con la implementación de sensores que detectan fácilmente el tipo de virus a través de las partículas respiratorias de los infectados.

Por Barbi Alloatti
@barbialloatti
:: Argentina ::

En los últimos años, equipos de bioingenieros de Harvard y MIT (Massachusetts Institute of Technology) trabajaron para implementar sensores que puedan detectar distintos tipos de virus, incluidos los que producen Zika y Ébola de una manera sencilla y rápida.

Los investigadores continuaron ampliando y adaptando su tecnología para hacer frente a las nuevas dificultades que se presentan en las distintas emergencias, tal como sucede actualmente con la crisis sanitaria de la pandemia del Coronavirus.

La meta del equipo en este desarrollo es lograr aplicar estos sensores en los barbijos que se usan en todos los países, de manera que se enciendan cuando una persona infectada respire, tosa o estornude.

Con esta tecnología, la mascarilla produce una señal fluorescente en contacto con el virus, y se espera que este método pueda complementar las fallas asociadas con los demás sistemas de detección que se implementan actualmente.

Por ejemplo, una gran diferencia con los controles de temperatura es que éstos pasan por alto una gran cantidad de infecciones, así como los pacientes asintomáticos, o que presentan síntomas que no son febriles.

En el caso de los sensores, éstos podrían identificar directamente el tipo de virus en sí, en lugar de detectar los síntomas asociados normalmente con la enfermedad.

De esta manera, se espera que esta metodología se pueda utilizar comúnmente en aeropuertos antes de abordar los aviones, en los pasillos de hospitales para evitar la propagación del virus, e incluso en la entrada y salida de cada trabajo de forma rutinaria y sencilla.

También, los investigadores están esperanzados de que esta tecnología pueda ser usada por los doctores, para así lograr diagnósticos simples y rápidos, y evitar las pruebas de laboratorio que usualmente implican tiempo y recursos valiosos.

En este sentido, las herramientas que logran un diagnóstico rápido son esenciales en la tarea de disminuir lo más posible los brotes y de controlar la propagación del virus a lo largo de los países.

Si bien este desarrollo se encuentra en sus etapas iniciales, los resultados son prometedores. El equipo ha estado probando la capacidad de los sensores de detectar Covid-19 en muestras de saliva de forma exitosa.

A su vez, los bioingenieros están actuando sobre el diseño: actualmente están debatiendo si los sensores deben estar incrustados en el interior de los barbijos o bien, si deberían desarrollar un pequeño dispositivo que se pueda conectar a cualquier máscara de venta libre.

El próximo paso, una vez desarrollado el prototipo adecuado, es testear sobre los casos de individuos afectados por el virus. Estos ensayos permitirán saber si el diseño se puede llevar e implementar en el mundo real.

En lo técnico, los sensores necesitan de la humedad que se encuentra en las partículas de la respiración como la saliva para activarse. Además, es prioritario que puedan detectar la secuencia genética del virus.

Los sensores desarrollados en estos años por el equipo son altamente específicos, ya que pueden detectar también las distintas cepas de un virus. En el caso del Zika, los dispositivos detectaron dos cepas de África, una de Asia y otra de América.

Aunque el laboratorio aún está desarrollando la especificidad del sensor para la detección del Coronavirus, hay una probabilidad grande de que la tecnología finalmente logre identificar las diferencias de cepas.

El laboratorio aspira a que puedan fabricar y distribuir públicamente las máscaras con los sensores para después de mitad de año y así colaborar con la disminución de la propagación del Covid-19.

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