En el mes de la mujer algunos consejos de nutrición

La construcción de una estabilidad emocional, es parte de una nutrición, es un proceso para cambiar hábitos alimenticios que repercute tanto emocional como físicamente en todas las etapas de la vida de la mujer.

Por Agustina Murcho
Lic. en Nutrición
@nutricion.ag

En el sentido fisiológico, una buena nutrición nos hace sentir mejor, tenemos energía, dormimos bien, no pasamos hambre, pero en la parte de la aceptación, la imagen corporal, no siempre tiene que ver directamente con lo que se come, sino que hay varios factores que hacen que la persona se sienta mal. Empecemos porque la sociedad en la que vivimos no ayuda, porque nos imponen siempre, estar flacas y ser perfectas, y si la persona es vulnerable a padecer un trastorno alimentario, lo puede llegar a desarrollar por más que tenga una buena nutrición. La comida y las emociones van de la mano, por lo tanto hay que tener muy en cuenta ambas cosas para estar bien.

Muchas veces las mujeres por verse bien comienzan a hacer dietas mágicas, a cuidarse restringidamente con la comida y/o a hacer ejercicio excesivo. Si la comida y el ejercicio empiezan a condicionar la vida de la persona, deja de ser sano y se comienzan a generar trastornos alimenticios.

Existen dos trastornos muy poco conocidos y que hoy en día están bien vistos:

Uno es la ORTOREXIA que es la obsesión de comer 100% saludable, llegando al punto de no querer compartir eventos sociales con amigos porque la persona no se queda tranquila si no sabe cómo está compuesto el alimento. Creen que van a enfermarse si no controlan absolutamente todos los ingredientes. Desde ya hay que comer sano, pero cuando eso pasa el límite y condiciona la vida de la persona, pasa a ser patológico y es necesario consultar con un profesional.

El otro trastorno es la VIGOREXIA, que se lo conoce como “anorexia reversa”. La persona se ve muy delgada a pesar de tener exceso de masa muscular. Esto hace que se haga ejercicio Físico de manera excesiva, con uso de esteroides, suplementos en grandes cantidades, quemadores de grasa, lo cual son dañinos para la salud. Como vemos, la línea entre lo sano y lo no sano es muy fina.

Si se detecta qué hay algo que nos condiciona y no nos deja la cabeza tranquila y nos aísla, hay que pedir ayuda, porque cualquiera de todos estos trastornos puede ser mortales o dejar secuelas muy graves.

Por eso en el mes de la mujer queremos recordarles a todas que es importante quererse y valorarse para lograr una vida sana y equilibrada en todos los aspectos. Nunca se deben hacer dietas de hambre, restringir alimentos, porque a la larga o a la corta ese peso se recupera y cuanto más crecemos más difícil va a resultar la pérdida del mismo, por el ahorro de energía que generan las dietas.

María Agustina Murcho
NutricionistaMN 7888 /MP 3196, autora del libro “Podemos comer de Todo”

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