El hígado: el órgano polifuncional que se regenera y es fundamental para nuestra salud

El hígado, el mayor órgano interno, es el que más funciones realiza para el organismo.

El hígado, el mayor órgano interno, es el que más funciones realiza para el organismo. A pesar de que el hígado no sea glamoroso ni sentimental, pues no se ha escrito ninguna canción de amor sobre un hígado roto, este órgano desempeña simultáneamente funciones vitales tanto para el metabolismo, como para la digestión y la regulación del cuerpo humano.

Un informe especial de la Mayo Clinic Health destacó las funciones del hígado, los tipos de enfermedades hepáticas y sus tratamientos.

El hígado es polifuncional

Entre las múltiples funciones del hígado están la regularización de los niveles de glucosa sanguínea, conversión de las grasas consumidas en energía útil para las células y transformación de grasas y azúcares en los componentes básicos de las proteínas.

El hígado también convierte el colesterol de los alimentos en ácidos biliares que ayudan en la digestión y este órgano, además, metaboliza las hormonas.

Ciertas células especiales del hígado atrapan las bacterias y toxinas que llegan en el torrente sanguíneo para descomponerlas, desactivarlas y luego secretarlas hacia la bilis a fin de eliminarlas.

El hígado se regenera

Este órgano, a diferencia de otros, es capaz de regenerarse completamente. Dada esa singular capacidad, cada vez aumenta más su función en los transplantes hepáticos de donante vivo, en los cuales el donante regala un buen pedazo de su hígado al receptor. Después de un trasplante exitoso, en cuestión de dos meses, el hígado crece nuevamente hasta alcanzar un tamaño normal, tanto en el donante como en el receptor.

Las enfermedades hepáticas: existen muchas causas para las enfermedades hepáticas y éstas son de tipo diferente. Generalmente, los síntomas pasan desapercibidos hasta que la enfermedad se encuentra en estado avanzado porque, a menudo, imitan los de otras dolencias más benignas.

Entre las señales y síntomas podrían estar cansancio, sensación de debilidad o malestar general, pérdida del apetito, ligera pérdida de peso, náusea, fiebre, dolor abdominal, orina de color oscuro y heces claras, sanguinolentas o negras. En ocasiones, sólo realizando pruebas específicas es posible confirmar una enfermedad del hígado, la misma que si no se trata puede avanzar hasta la insuficiencia hepática.

Algunas sugerencias sanas para el hígado: las enfermedades infecciosas, como la hepatitis A, B y C se transmiten mediante líquidos corporales o sangre. A fin de disminuir el riesgo de sufrir enfermedades del hígado, es preciso evitar conductas peligrosas, como mantener relaciones sexuales sin protección o utilizar agujas contaminadas. Además, existen vacunas para prevenir la hepatitis A y B.

Otra sugerencia sana es reducir al mínimo la exposición a toxinas, entre ellas, sustancias químicas domésticas o de jardinería y humo del cigarrillo. Es importante también mantener un peso sano. Alimentarse con alta cantidad de calorías y grasas saturadas puede abrumar la capacidad del hígado de procesar la grasas, lo que a su vez provoca inflamación, que constituye la etapa inicial de la enfermedad hepática.

Minimizar el consumo de alcohol es provechoso para el hígado, pues un consumo excesivo puede inundarlo y evitar que funcione eficazmente.

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Redacción Vida Positiva