Covid 19: Sólo nos ayudará la responsabilidad personal

Son tiempos para historias cortas, de síntesis. El lector, muchas veces, no pasa del titular y copete o bajada de la noticia.

Por Omar Romano
:: Europa ::

Son tiempos de redes sociales y de pandemia. Son tiempos de opinadores. Del uso gramatical del potencial: “ podría, habría, parecería, supondría”. Nunca como en estos días vemos tantas comunicaciones hipotéticas sobre el coronavirus.

Supuestos técnicos. Diferentes medios periodísticos. Algunos ciudadanos de a pie. Todos tienen algo que decir y la posición política, en algunos casos, marcará la tendencia del mensaje. James Russell Lowell fue un poeta, crítico, editor y diplomático estadounidense; en 1877 fue nombrado embajador en España y acuño una interesante frase valida para estos tiempos: "Bienaventurados los que no tienen nada que decir, y que resisten la tentación de decirlo".

Observo, como periodista corresponsal en España estas fotos de Madrid.

Fase cero

Desde su implementación a hoy se ve respeto, sobre todo en los horarios de salida de los mayores. Hay distancia social, mascarillas y criterios de solidaridad cudadadana para los paseos diarios.

A partir de las las 20 horas comienza un aquelarre protagonizado por -no todos ni todas- los que salen a correr, a hacer ejercicio. Allí, salvo muchos que hacen las cosas bien, los hay para quienes no corresponde ni distancia social ni criterios de solidaridad. Tampoco mascarillas. Es un "sálvese quien pueda" que obliga, futbolísticamente hablando, a un dribleo esquivando a los maratonistas que, tanto caminando o corriendo, consideran que son los únicos habitantes de ese espacio. Como la información estadística habla que los jóvenes son los menos propicios al contagio, una gran parte caminan o corren a su aire. Nuevamente sin distancia social, mascarillas y ningún criterio solidario.

Solo nos ayudará la responsabilidad personal

Detrás de cada dato, cada cifra, cada curado, contagiado o fallecido, hay personas con nombres y apellidos, familias enteras pendientes del coronavirus y toda una sociedad que vive en vilo la evolución de esta pandemia que ha obligado a quedarse en casa a millones de personas, que se ha tomado vidas y que pone en peligro la supervivencia de muchos negocios grandes, pequeños y de autónomos.

Ante todo pues, la solidaridad con el prójimo y el respeto a los demás, ha de ser el comportamiento personal más sagrado de cada uno de nosotros. Porque al margen de la idoneidad de las medidas decretadas por los gobiernos, todos tenemos una responsabilidad individual que está por encima de cualquier disposición o decreto que puedan ordenar o decretar las administraciones. Dice la OMS que el virus no está en el aire y que es más peligroso el contacto con cualquier superficie no garantizada, sin el posterior lavado de manos y que se puede circular por la calle si se respeta el distanciamiento social preceptivo.

En resumen, seamos responsables, cada uno, de nuestros movimientos porque en ello nos va nuestra salud personal y la de toda la sociedad.

Finalmente, diré que el gran pueblo español siempre se caracterizó por un profundo respeto y cumplimiento de las normas. Que estas fotos sean solo temporarias y predomine el sentido común y la responsabilidad cívica.

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