Capaces, únicos, talentosos

“Conjunto de recursos y aptitudes que tiene un individuo para desempeñar una determinada tarea o cometido”, bajo la definición de capacidad se infieren las infinitas posibilidades de talentos, vocaciones y virtudes que todo ser humano posee para ejercer un trabajo, un oficio o una profesión
  21 de mayo 2013.

Poner en práctica una o varias capacidades no depende de lo genético, lo biológico, del lugar de nacimiento o de la historia de origen de una persona como condicionantes en las posibilidades de desarrollo futuro. Entonces, ¿de qué depende la maximización de las capacidades? El esfuerzo, la perseverancia, la visión y el apasionado sacrificio de querer y creer en los recursos y aptitudes propias son el arma más poderosa para la realización profesional, laboral o personal.

Hasta la ciencia ha corroborado esta teoría. Investigaciones recientes han demostrado que el concepto popular de inteligencia como una cualidad innata y por lo tanto, propia de algunos “iluminados” sólo es una falacia cultural. Ser más o menos inteligente depende de la dedicación intelectual y la capitalización de este cúmulo de conocimiento en los ámbitos relacionados con la educación, la profesión, el trabajo pero también en la vida personal.

Ser inteligente o capaz no es una condición innata sino adquirida y por lo tanto, todos y cada uno de los seres humanos pueden desarrollarse en sus talentos, habilidades, oficios o profesiones.

En este contexto, una de las mayores causas pendientes, todavía hoy en pleno siglo XXI, es la inclusión de las personas con capacidades especiales al mundo del trabajo. En la Argentina, el 80% de los hombres y mujeres con distintas discapacidades físicas se encuentran desocupadas y es importante destacar, que todas estas personas podrían ocupar diversos puestos a partir del desarrollo sus plenas capacidades para el trabajo y actividad intelectual.

Tal como lo expresa su nombre las capacidades especiales no inhabilitan a las personas en todos los aspectos de la vida social, cultural, educativa o profesional, sino más bien todo lo contario. Ellos son quienes redoblan la apuesta y realizan enormes esfuerzos para superar sus limitaciones. El sacrificio es su cualidad y la perseverancia es el alma de sus acciones.

Organizaciones que dan el ejemplo

A pesar del alto porcentaje de desocupación de personas con discapacidad en el país, existen ONG´s, empresas privadas y entidades de carácter público que valoran y reconocen al ser humano en sus capacidades y no en sus limitaciones. Una organización emblema en este sentido es la Fundación Discar que desde hace más 2 décadas brinda a las personas con discapacidad intelectual las herramientas para el desarrollo de sus potencialidades, favoreciendo a su integración social, educativa y laboral.

A través el Programa Empleo de Apoyo son más de 30 empresas las que han brindado empleo a 149 jóvenes con capacidades especiales en la Capital Federal y en la Provincia de Buenos Aires.

Discar favorece al proceso de inserción laboral a través de un equipo de profesionales que brindan toda la información, el apoyo y la sistematización necesaria para que tanto la persona contratada como la empresa maximicen la oportunidad de compartir una experiencia laboral positiva e inclusiva. La compañías que participan del programa poseen altos niveles de rentabilidad, prestigio y cuentan con una política y gestión exitosa de Responsabilidad Social Empresaria. Algunas de estas empresas son Mc Donald´s, Banco Itaú, Banco Galicia, Falabella, Prosegur, Fravega y Farmacity, entre otras.

Cabe destacar, que el 81% de las personas con capacidades especiales que comenzaron a trabajar en las distintas compañías, en las cuáles la Fundación Discar fue el nexo, no sólo siguen trabajando allí sino que además han progresado y fueron avanzando en su trayectorias laborales.

Una distinción que enorgullece

En el ámbito público también existen ámbitos inclusivos y con personas que han construido a partir de su esfuerzo y sacrificio una carrera ejemplar. Este es el caso de Noelia Herbas, una joven de 25 años, no vidente que hoy fue reconocida por la jueza en lo Civil y Comercial de 51º Nominación, Claudia Zalazar, por “el empeño y dedicación en las tareas".

Noelia es abogada, egresó en el año 2010 y recibió un diploma de honor por sus altas calificaciones durante su cursada en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Cuando finalizó su carrera, Noelia decidió que era tiempo de desafiar a la única discapacidad que inhabilita, creer que “no se puede”. Con una gran entereza, tranquilidad y confianza se presentó al concurso celebrado en el Poder Judicial. Rindió su examen y una vez más le rindió honor a su enorme capacidad.

Noelia ingresó como meritoria en noviembre de 2011 y hoy es asistenta de la jueza, realizando proyectos de resoluciones y otras tareas propias del cargo. La jueza Claudia Zalazar destacó en el boletín oficial dónde formaliza la distinción para Noelía, que ella es una persona de “una gran responsabilidad, entusiasmo e interés por aprender y demuestra siempre un afán de crecimiento, que supera ampliamente la barrera de su discapacidad”.

Las capacidades se definen en función del desarrollo, el sacrificio, el esfuerzo y sobre todo por la fuerza de voluntad y superación, cualidades que no de manera casual tienen las personas diferentes, únicas y especiales cuya misión es mejorar el mundo.

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Eugenia Plano | www.vidapositiva.com