Belgrano Educador

Desarrollo económico librecambista fundado en la educación moderna y gratuita eran para Belgrano los ingredientes indispensables para el desarrollo del país

La educación es el factor determinante e indispensable para que, tanto un individuo o una sociedad, aspiren a alcanzar un desarrollo integral, sustentable, inclusivo y próspero. Sin niveles adecuados de educación, el ciudadano carece de las herramientas que le permiten un verdadero ejercicio de la libertad, se acentúa la dependencia a poderes autoritarios y se disminuyen las posibilidades de vivir en democracia.

No por haber sido tantas veces afirmado, debe dejar de destacarse que la educación es el requisito prioritario para cualquier Nación que aspire a la superación, felicidad e igualdad de oportunidades para sus habitantes, Mientras no exista una política educativa abarcativa y eficaz, no habrá paz, ni desarrollo real.

Vemos habitualmente como nuestros gobernantes dan preeminencia a cuestiones que "otorgan rédito electoral inmediato" como lo puede ser televisar futbol en calidad digital a toda hora o la inauguración de alguna que otra obra frente a las cámaras, a inversiones estratégicas y planes educativos a mediano y largo plazo consensuadas entre los actores sociales involucrados.

Este tema debería ser prioritario y la dirigencia hace mucho que debe ejemplos de generosidad e inteligencia para construir verdaderas políticas educativas de Estado que no se alteren con el cambio de cada elenco gobernante. Así como es mucho más probable que una persona con un nivel de educación adecuado desarrolle sus potencialidades, tenga un mejor empleo y viva una vida de más calidad, con las naciones sucede lo mismo y uno lo comprueba fácilmente fronteras afuera. Muchas de las brechas que caracterizan a una sociedad como la nuestra se acentuarán, de no impulsarse políticas inteligentes e inversión en la educación de los argentinos.

La vida cotidiana en la sociedad contemporánea y la que se anticipa en el futuro próximo demanda no sólo tecnología, sino poblaciones educadas. Para participar de las ventajas que ofrece la globalización de la ciencia y la cultura, se requiere educación. Para tener mejores niveles de productividad y de competitividad, se necesita educación.

Manuel Belgrano, un visionario

Cuando pensamos en Manuel Belgrano se nos representa el prócer ante todo como creador de la bandera nacional aquí en Rosario, hace ya casi 200 años, ante las baterías Libertad e Independencia. También como uno de los principales líderes de la insurrección de Mayo y participando de la declaración definitiva de la independencia argentina en San Miguel de Tucumán, el 9 de julio de 1816. La secuencia continúa cuando lo vemos participar como vocal de la primera junta, como general de ejércitos enviados al norte, al Paraguay, también a Montevideo.

General más que por vocación y formación militar, por vocación de servicio y sacrificio por la Patria. También lo recordamos por aquélla gran gesta del éxodo jujeño y por las derrotas de Vilcapujio y Ayohuma. Pero si se investiga un poco más y uno se adentra en su historia personal, podemos notar como Belgrano concebía la educación como motor del desarrollo individual y social. Fue éste un pensamiento siempre central y presente en él. Un tres de Junio de 1770 nace el prócer en la Buenos Aires colonial.

A los 19 años se traslada con su hermano Franscisco a España con el objetivo de estudiar leyes en Salamanca y se le otorga un diploma de bachiller en leyes en Valladolid. Tiempo después el Papa Pío VI le da permiso para leer "libros prohibidos y heréticos" ;así tuvo la oportunidad de leer entre otros a Montesquieu y a Rousseau, las nuevas ideas que luego se traslucen claramente en su accionar al regresar al Río de la Plata. Eran tiempos donde la Revolución Francesa era tema siempre presente y objeto de duras polémicas, como así también los cuestionamientos al derecho divino de los reyes y la puesta en vigencia de los principios de igualdad y libertad.

En su autobiografía anota "durante aquella época se apoderaron de mí las ideas de libertad igualdad, seguridad, propiedad y solo veía tiranos en lo que se oponía a que el hombre, fuese donde fuese, no disfrutase los derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido,,,,". A los 23 años se gradúa de abogado en Valladolid. A comienzos de 1794 se crea el Consulado de Buenos Aires y ya en Junio asume su secretaria ejerciéndola hasta poco antes de la Revolución de Mayo.

Allí, en dicha actuación, queda plasmada y evidente su preocupación por la educación. Concentra gran parte de sus esfuerzos en impulsar la instrucción pública. De Campomanes había aprendido que "La autentica riqueza de los pueblos se hallaba en su inteligencia y en su educación". No le fue fácil imponer esta visión superadora; debió batallar dentro del Consulado mismo con aquellos que no deseaban innovaciones de ningún tipo por tener intereses personales que adherían a las viejas ideas y al comercio monopólico con Cádiz.

Belgrano librecambista, estaba convencido de que tal era el camino para desarrollar a la sociedad y otorgar oportunidades al conjunto de los comerciantes y no solo a un grupo privilegiado. En su gran y visionaria labor educativa desde el Consulado crea gran cantidad de institutos como la Escuela de Náutica, la Academia de Geometría y Dibujo y bregó por las de agricultura, escuelas para mujeres, de comercio y arquitectura. Permanentemente monitoreaba el desarrollo y funcionamiento de estos establecimientos hasta que en 1803 se los manda a cerrar por "ser un lujo innecesario para una colonia" a lo que Belgrano indignado respondía "estas escuelas no pueden menos que disgustar a los que fundan su interés en la ignorancia y el abatimiento de sus naturales" y "sin enseñanza no hay adelantamientos, se deben establecer escuelas gratuitas para la misma prosperidad del Estado", también expresaba: "el origen verdadero de la felicidad pública es la educación" y " a la falta de establecimientos educativos y de la formación en valores debemos atribuir los horrores que hoy observamos" Belgrano estaba convencido: " ni el labrador, ni el comerciante ni el artista deben ignorar lo que les corresponde".

Las escuelas donadas

En 1813, la Asamblea Constituyente otorgó a Belgrano por su victoria en Salta un premio de 40.000 pesos, cifra muy importante, Basta pensar que representaba un poco más del cuatro por ciento de las exportaciones del país o el equivalente a 80 kilogramos de oro. Es difícil estimar qué monto representa hoy ese legado a valores constantes. Pero ese mismo porcentaje en el volumen que hoy tienen las exportaciones equivale aproximadamente a más de mil millones de dólares.

El prócer decidió destinar ese dinero a la creación de cuatro escuelas situadas en Tarija, Tucumán, Santiago del Estero y Jujuy. Con fondos propios, la escuela santiagueña se construyó en 1822, pero funcionó sólo cuatro años. La de Tarija se levantó en 1974 y la de Tucumán en 1998.

La cuarta a duras penas se terminó en 2005 con ciento noventa y un años de demora. El proyecto educativo de Belgrano era muy detallado e incluía, además, un reglamento de cómo tenían que ser utilizados esos fondos, cuánto se le debía pagar a un docente, cuánto se podía gastar en papel y tinta y hasta los días feriados. La expresión de estas ideas Promover el periodismo libre como medio para la expresión y difusión de estas ideas de avanzada fue también motivo de preocupación y acción de Belgrano.

Así con la publicación del primer periódico de Buenos Aires, el Telégrafo Mercantil, que llegó a tirar unos doscientos números, después de varios problemas con las autoridades coloniales. Luego el Correo de Comercio de Buenos Aires impulsando a través de ésta y otras publicaciones "las nuevas ideas y la revolución" tal como él mismo lo detalla en su autobiografía.

Desarrollo económico librecambista fundado en la educación moderna y gratuita eran para Belgrano los ingredientes indispensables para el desarrollo del país. En tiempos de crisis y todo tipo de enfrentamientos intestinos y egoístas, estos pensamientos de un prócer visionario, austero y generoso merecerían ser recordados y tenidos en cuenta a fin de dilucidar si estemos o no del lado de las sociedades educadas, las que tienen una cita esperanzadora con el futuro y el bienestar de sus habitantes.

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Por Miguel J. Culaciati. Miembro del Instituto Belgraniano de Rosario