Argentina salió a jugar como una potencia, pero le faltó genialidad

El equipo del Tata Martino salió a aplastar a Paraguay, tuvo la pelota y fue superior al rival, aunque pagó cara su ambición.

Hay dos maneras de pensar a Argentina: como un equipo ofensivo, que juega con tres delanteros, un enganche, un volante organizador y dos laterales que pasan, y que apuesta a la tenencia de la pelota; o como un equipo con tanto talento que, de a ratos, le sobra el sistema porque, como sea, Paraguay está incapacitado, aunque ponga empeño, para sacarle la pelota a sus jugadores. Con un problema: a veces, eso no alcanza para aplastar al rival y, sin genialidades de sus jugadores -apenas por esta vez- y con un Haedo Valdez que con un balazo le puso suspenso al partido.

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Hay dos maneras de pensar porque, en el césped, hay dos maneras distintas de entender el juego: Paraguay sale al campo a defenderse y Argentina sale a ganarlo. Los de Ramón Díaz meten el equipo bien atrás, juntan líneas y no buscan generar peligro en el arco rival. Los de Martino intentan jugar y tienen la difícil tarea de encontrar espacios contra un rival que sólo juega a no darlos. Los goles de Agüero y de Messi cambian el estilo del partido: los paraguayos quedan obligados a buscarlo y los argentinos, por lo tanto, encuentran espacios adelante y, a la vez, ponen en ejercicio de marca a sus defensores y a sus atacantes.

Hay dos maneras de pensar porque la propia dinámica del partido obliga a Argentina a ser dos equipos distintos en dos tiempos distintos: en el primero, sin preocupaciones por el arco propio, en el segundo con las complicaciones de un equipo que arriesga y que, de contra, desbalanceado en la presión y con complicaciones para recuperar rápido, empieza a sufrir. Una variante es cómoda y la otra es incómoda. En la primera, hay que romper con lo estático del rival. En la segunda, hay que cuidarse algo más y ser certero en las contras.

Hay dos maneras de pensar porque en el primero y en el segundo Argentina no fue tan certera en el arco rival y Antony Silva fue una de las figuras del encuentro. No brilló Argentina, pero propuso mucho más que el rival. Al final, desordenado, pagó cara su ambición. La búsqueda vale, aunque faltó magia.

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Fuente: www.ca2015.com | Web Oficial Copa América Chile 2015