Vince Lombardi y el juego de la vida

"¡Ganar no es lo más importante, es lo único!" - Vince Lombardi
Vince Lombardi nació en el seno de una familia católica de origen italiano dedicada al comercio en Brooklyn, Nueva York, el 11 junio de 1913. Fue la educación que recibió durante sus primeros años la que le formó en muchos de los principios, valores y hábitos que determinaron su filosofía y forma de actuar, que más tarde trasladaría al terreno de juego. En 1933, aceptó una beca para estudiar en la Universidad Jesuita de Fordham, en el Bronx, en la que fue entrenado por el Coach Jim Crowley y en la que también se graduó como abogado con honores, lo que pone de manifiesto el equilibrio desarrollado entre su cuerpo, mente y espíritu. Tras varios años dedicados a la enseñanza en el Instituto de Santa Cecilia en New Jersey, en el que también entrenó a los equipos de futbol americano, baloncesto y beisbol, Lombardi comenzó a trabajar exclusivamente en el futbol americano en 1947, cuando fue llamado por su alma mater como entrenador en jefe. Dos años después dio el salto hacia la Academia Militar de los Estados Unidos, donde aprendió de uno de los grandes entrenadores de la historia del futbol colegial, Earl Blaik.

- La cultura jesuita tiene una consigna simple: magis, que en latín quiere decir "más, siempre algo más".

Esta consigna les ha llevado a construir la compañía religiosa más exitosa de la historia, al poner el esfuerzo total del equipo al servicio de algo que es más grande que cualquier individuo. La educación formativa que recibió Lombardi, con un fuerte enfoque al desarrollo de competencias de liderazgo, sentaron las bases de su filosofía para extenderla al hablar del "Segundo Esfuerzo" y convertirse en el coach más importante de la historia del Futbol Americano y tal vez de todos los deportes, tanto por sus resultados como por su filosofía, actitud, actividad y estilo de vida que se manifestaron concretamente en su trabajo con los Empacadores de Green Bay de 1959-67, ya que con ellos ganó cinco campeonatos de la liga en estos 9 años.

- Lombardi asimiló la idea de insistir con simples jugadas ejecutadas con la máxima precisión, un concepto que le reportaría numerosos éxitos en la NFL.

También aprovechó las ideas y métodos de otros entrenadores, pero nadie jamás ejecutó lo básico tan magistralmente como Lombardi. Justo cuando este deporte se estaba tornando más complejo, él lo simplificó. Con sus éxitos, los demás empezaron a prestar atención a lo básico. Su increíble determinación y deseo por ganar dejaron una huella tan profunda en sus jugadores y por extensión en toda la liga, lo cual nadie jamás ha podido igualar. Como coach de los Empacadores, tuvo la virtud de cambiar la mentalidad perdedora de la franquicia, ya que supo transmitir que los verdaderos valores de la vida son la honestidad, la lealtad, el sacrificio y la humildad.
Ser exitoso no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer cosas ordinarias extraordinariamente bien. (Jim Rohn)
Fue el primero en utilizar el término "Segundo Esfuerzo"; con el que invitaba a sus jugadores a dar el "extra" en los momentos de mayor presión o cuando se sentían derrotados. La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario es precisamente ese extra, el secreto de la excelencia es excederse, dar un Segundo Esfuerzo cuando todo "parece" indicar que estamos al límite. Años más tarde, la mayor parte de los entrenadores de este deporte, tomaron esta frase como la motivación esencial para sus escuadras.

El legado de Lombardi trascendió más allá de su deporte; en cualquier ámbito de la vida se puede aplicar la premisa del Segundo Esfuerzo, pues la perseverancia siempre será una virtud necesaria para alcanzar el éxito y la satisfacción; el hambre de triunfo y la sed de victoria deben ser características de los seres humanos, sea cual sea su profesión, ya que un síndrome bastante común que ataca a la gente es el "síndrome de lo estrictamente necesario", que consiste en dar lo mínimo con tal de seguir en la zona de confort y no arriesgar, sometiéndose a una vida de mediocridad y conformismo, por ejemplo a un trabajo que apenas nos da lo suficiente para sobrevivir, porque "al menos se tiene algo". Para saltar a la excelencia es necesario excederse, dar un segundo esfuerzo, correr y asumir riesgos.

Para él, la búsqueda de la excelencia y el esfuerzo para conseguirlo, fue una realidad de la vida, los hombres son competitivos por naturaleza; y ante todo, la victoria debe conseguirse de forma limpia, honesta y decente, de acuerdo con principios, valores y reglas.
¡Ganar no es lo más importante, es lo único!
¿Qué sentido tan vacío tiene participar si no se tiene la firme convicción de conquistar la victoria? Al final del día seremos juzgados por nuestros resultados. Sólo hay un lugar en el juego, y ése es el primero, porque en la vida no hay espacio para un segundo lugar. Nunca se ganará un partido si no hemos vencido nuestros miedos, si no hemos dado nuestro mejor esfuerzo como una forma de honrar a Dios. El marcador es para los aficionados, lo primero que debemos ganar son nuestras propias batallas. Al final, ya sea que se gane o se pierda, habremos cumplido y debemos sentirnos satisfechos si hemos dado nuestro mejor esfuerzo, si hemos hecho todo lo posible y de la mejor forma posible.
Si crees que el problema está allá afuera, ése es el problema. (Stephen R. Covey)
Compromiso, sacrificio y fortaleza mental, son la esencia del éxito. Las batallas se ganan primero en los corazones de los hombres. La diferencia entre el éxito y el fracaso radica en el deseo vehemente o en la falta del mismo. Si sabemos lo que queremos y luchamos por ello a pesar del sacrificio, dolor y de las opiniones adversas, estaremos en la ruta de la victoria. Pero necesitamos jugar con el corazón, con cada fibra de nuestro cuerpo para dar nuestro mayor esfuerzo.
El hombre puede porque cree que puede. (Virgilio)
Si llegamos a perder el balón, perderemos el juego. Nos apoya una línea de honestidad, lealtad, respeto a nosotros mismos, honor y autoaprendizaje en la derrota. Las batallas de la vida no siempre las gana el más fuerte, el más inteligente o el más veloz, sino que aquel que se convence que es él quien puede triunfar.

Vince Lombardi creó una dinastía de ganadores, esto lo ha convertido en una leyenda de Futbol Americano que le ubica como símbolo mundial de la victoria. Su filosofía y sus principios deportivos y humanos son un legado para todas aquellas personas que se pregunten qué es lo que lleva a un equipo o a una persona a destacar en el deporte, en los negocios o en la vida misma. El trofeo Vince Lombardi, fue llamado así desde 1970 para conmemorar la trayectoria y las victorias de este legendario coach y se entrega cada año al equipo ganador del juego por el campeonato de la NFL conocido como Súper Tazón o Súper Bowl.

Por eso es tan importante para los niños, jóvenes y aún para las personas mayores, la práctica de algún deporte, sobre todo de conjunto; ya que el deporte es un microcosmos de la vida y muchas de las ideas, principios, valores, conocimientos, actitudes y habilidades desarrolladas y aplicadas al deporte, son también parte de la vida. Así, es frecuente encontrar en las universidades y en sus egresados a personas que como Lombardi, han trascendido en una o varias áreas de la vida y practicado deporte de forma constante y consistente desde su infancia o juventud, ya que todo lo que hacemos determina nuestros resultados futuros. Al igual que el agricultor que se ve inmerso en la actividad de arar el terreno en preparación para la siembra, tenemos que trabajar en el desarrollo de una base de competencias sólida. Al igual que el granjero que cuida y abona su siembra para destruir las hierbas nocivas y alimentar la semilla, tenemos que esforzarnos para desarrollar nuestras actitudes y aptitudes. Finalmente, al igual que el agricultor que atiende su cultivo desde la madrugada hasta la puesta del sol, anticipando la cosecha en el futuro, tenemos que dedicarnos al trabajo efectivo de forma disciplinada para obtener los resultados que deseamos.

Sobre el autor

Es Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad Politécnica de Valencia, España, Maestro en Ciencias (Siderurgia) por el Tecnológico de Morelia y Licenciado Químico Metalúrgico por la Universidad Autónoma de Querétaro. Actualmente es Profesor Investigador del Campus Querétaro del Tec de Monterrey.


Gentileza del lector, Evaristo A. Cardenas – Mexico DF

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Por Dr. José Luis Ortiz Rosales | Fuente: http://www.itesm.mx/