¿Para qué nos sirve la Inteligencia emocional?

Nos impulsa a optimizar nuestra propia información dentro de las emociones y nos ayuda a tomar mejores decisiones. Según especialistas, debemos prestarle atención a las sensaciones de nuestro cuerpo.

Por Matías Russo
@matiasfederusso

:: Argentina ::

En los últimos años, escuchar hablar del concepto “inteligencia emocional” se tornó habitual en nuestra sociedad, principalmente por sus beneficios en todos los ámbitos de la vida. Se define como la cualidad que nos capacita para relacionarnos con nosotros mismos y con los demás, y nos ayuda a sacar mejor partido de nuestra propia información emocional y de la de las personas que nos rodean. Además, nos integra en la forma de pensar y usa esta valiosa información para tomar decisiones que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos.

Hacia 1920, el psicólogo Edward Thorndike estableció las bases para comprender y dirigir a las personas y actuar sabiamente en las relaciones humanas, bajo el criterio de inteligencia social. Siguiendo la línea de conceptos referidos al pensamiento el, también psicólogo, Daniel Goleman publicó en 1995 el libro Emotional Intelligence, donde asegura que la inteligencia emocional influye cuando debemos tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo y acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo.

La responsabilidad de «ser»
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La responsabilidad de «ser»

Cuando reconocemos nuestras emociones, le estamos prestando atención a los que nos pasa por dentro, es decir, las cosas que nos suceden por fuera repercuten directamente en nuestro cuerpo. Julio Manau, coach de Espai Coaching, parecer tener una respuesta para autoreconocerse efectivamente: “El secreto es sencillo. Solo hay que prestarle atención a las sensaciones que tienes en tu cuerpo. Empezando a prestarle atención a nuestro cuerpo, estamos empezando a prestar atención a nuestras emociones”.

Por otro lado, Julio sostiene que gestionar nuestras emociones tiene que ver con la capacidad de elegir nuestra respuesta ante ellas y señala: “Muchas veces nuestra reacción ante una emoción determinada es automática. Y la respuesta que damos cuando reaccionamos automáticamente no siempre es la mas adecuada. Por lo tanto la inteligencia emocional tiene que ver con responder en lugar de reaccionar”. Además, el coach hace hincapié en la certividad, que es la habilidad de defender nuestros propios intereses sin atacar a la otra persona, y agrega: “La asertividad tiene tres pasos. El primero es explicar de la manera más objetiva posible aquello que ha sucedido. El segundo es expresar cómo nos hemos sentido ante lo que ha sucedido. Y el tercero tiene que ver con explicar cómo queremos que se solucione esta situación”.

Para la coach Sylvia Ramirez, la inteligencia emocional consiste en la administración de las emociones y establecer qué tan útil es sentirse de una manera frente a cada circunstancia. Y coincidiendo con Julio Manau, expresa: “La inteligencia emocional también ayuda a tomar mejores decisiones fundamentalmente, para ganar poder personal y para evitar que pequeños desafíos se vuelvan problemas fuera de control”.

Por último, Timothy Gallwey, escritor y autor de “The Inner Game”, manifiesta que el rendimiento de nuestras vidas puede representarse mediante una ecuación simple: R=P-I, es decir, Rendimiento=Potencial-Interferencias. Esto se refiere a que cada uno de nosotros tiene en sí mismo el potencial de mejorar nuestras vidas, pero que son las circunstancias propias de nuestra realidad las que interfieren en la consecución de nuestros objetivos.

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