Ni flores ni abrazos: lo que nadie te dice sobre la salud mental materna en mayo

La salud mental materna es un tema urgente que merece más atención que un solo día de homenaje. La prevención puede salvar vidas.

Previous Next
Depresión posparto: lo que toda madre necesita que entiendas

Mayo suele estar teñido de flores, desayunos en la cama y palabras emotivas dedicadas a las madres. Pero más allá del cariño y la gratitud, este mes también debe ser una oportunidad para poner en el centro un tema invisibilizado y urgente: la salud mental materna.

Hablar del bienestar emocional de las madres —sin filtros, tabúes ni idealizaciones— es esencial para reconocer los desafíos psicológicos, físicos y sociales que muchas mujeres atraviesan durante el embarazo, el posparto y en la rutina cotidiana de criar.

Esta es una realidad poco visibilizada, pero cada vez más urgente. Y los datos lo confirman: la depresión posparto es una de las complicaciones más frecuentes tras el parto y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la depresión es ya la segunda causa principal de discapacidad en el mundo.

Por qué hablar de salud mental materna no puede seguir esperando

Convertirse en madre no es solo una experiencia física: es también una transformación emocional profunda. Desde la gestación hasta el primer año del bebé, muchas mujeres atraviesan una montaña rusa de emociones que pueden ir desde el entusiasmo hasta la angustia, pasando por la culpa, la ansiedad o el agotamiento.

Según la psiquiatra Leena Mittal, jefa de la División de Salud Mental de la Mujer en Brigham and Women’s Hospital, no se trata solo de depresión posparto: el período perinatal —que abarca desde el embarazo hasta los 12 meses posteriores al parto— puede incluir una variedad de trastornos del estado de ánimo y de ansiedad.

Hablar de esto no es exponer debilidades: es romper el silencio que muchas madres enfrentan en soledad.

Distinguir entre baby blues y depresión posparto

El baby blues es un cuadro frecuente que afecta a cerca del 80% de quienes acaban de dar a luz. Se presenta como un desequilibrio emocional leve: llanto fácil, irritabilidad, ansiedad, insomnio o sensibilidad extrema. Suele iniciarse entre el segundo y tercer día después del parto y desaparece en una o dos semanas sin necesidad de tratamiento clínico.

En cambio, la depresión posparto (DPP) es más persistente y severa. Puede aparecer en cualquier momento dentro del primer año del bebé y afectar de forma significativa el día a día de la madre.

Síntomas comunes de la depresión posparto

Reconocer la DPP puede ser difícil, especialmente porque muchas mujeres sienten que no deberían "quejarse" en un momento que se supone debe ser de felicidad. Por eso, el entorno cercano es clave para detectar señales que muchas veces pasan inadvertidas para la propia madre.

Los síntomas más comunes incluyen:

  • Cansancio extremo y falta de energía
  • Tristeza persistente, desesperanza o ansiedad intensa
  • Problemas para dormir o alimentarse, incluso cuando el bebé lo permite
  • Culpa constante o sentimientos de inutilidad
  • Pérdida de interés por actividades que antes disfrutaba
  • Distanciamiento emocional de amigos, pareja o familiares
  • Poco o nulo vínculo afectivo con el bebé
  • Pensamientos de hacerse daño a sí misma o al bebé

Estos signos no deben ignorarse ni minimizarse. La depresión posparto no se cura sola y puede impactar seriamente en la salud física, emocional y mental tanto de la madre como del bebé.

Factores de riesgo de la depresión posparto

Aunque la DPP puede afectar a cualquier mujer, existen factores que aumentan el riesgo de padecerla. Algunos de los más frecuentes son:

  • Antecedentes personales o familiares de depresión o ansiedad
  • Síntomas emocionales intensos durante el embarazo o en ciclos menstruales anteriores
  • Situaciones de estrés agudo, como dificultades económicas o problemas de pareja
  • Partos complicados o problemas de salud en el recién nacido
  • Falta de apoyo social y aislamiento

Conocer estos factores ayuda a anticiparse y brindar contención preventiva antes de que la situación se agrave.

Opciones de tratamiento y apoyo

La buena noticia es que la DPP se puede tratar con eficacia si se detecta a tiempo. Las estrategias recomendadas incluyen:

  • Psicoterapia: el acompañamiento profesional individual o en grupo ayuda a elaborar emociones y diseñar herramientas para recuperar el equilibrio.
  • Medicación: existen antidepresivos compatibles con la lactancia, bajo supervisión médica.
  • Redes de apoyo: la contención de la pareja, amistades, familiares o grupos de otras madres marca una gran diferencia.
  • Acompañamiento integral: en muchos casos, lo más efectivo es una combinación de tratamientos, ajustados a cada mujer según sus necesidades.

Buscar ayuda no es signo de debilidad. Al contrario: es una decisión consciente de cuidar la salud propia y la del entorno cercano.

La importancia de escuchar sin juzgar

Una madre que atraviesa depresión posparto no necesita consejos como “deberías estar feliz” o “ya se te va a pasar”. Necesita ser escuchada, validada y acompañada. El primer paso para mejorar la salud mental materna es crear un entorno libre de juicios, donde las emociones no se censuren ni se ridiculicen.

Más allá de mayo: el cuidado debe ser todo el año

Si bien mayo es el mes en que el homenaje a las madres se hace más visible, el bienestar emocional no puede limitarse a una fecha en el calendario. Cuidar a quien cuida es una responsabilidad colectiva: familias, sistemas de salud, medios de comunicación y políticas públicas deben comprometerse activamente con la salud mental materna.

Una madre emocionalmente contenida no solo se siente mejor: también cría hijos más seguros y se integra mejor a su entorno social y profesional. Invertir en su bienestar es invertir en el bienestar de toda la sociedad.

 Síguenos en Facebook
 Síguenos en Twitter
 Síguenos en Instagram

Fuente: Mass General Brigham, Massachusetts, USA