Mitos y verdades sobre la alimentación

La sacarina genera cáncer, tomar café es perjudicial para la salud, el pan engorda y la fruta hace subir de peso si se come como postre ¿Cuál es el denominador común de todas estas frases populares? Su carácter de mito.

Popularmente, se han construido ciertos lugares comunes que bajo ningún parámetro científico se han convertido en normas de la alimentación. Algunos más inocentes, y otros más peligrosos estos presupuestos circulan desde antaño y todavía hoy son difundidos socialmente.

Con el fin de desmitificar estos pre conceptos, el Dr. Fernando Cardini, Presidente del Instituto Argentino para la Calidad (IAPC) y coordinador de Comité de Bioseguridad y Análisis de Riesgo, desmitifica algunos de estos preconceptos.

Uno de los mitos populares más frecuente es el que hace referencia a lo nocivo que sería el café para la salud. Cardini destaca que esta discusión lleva más de 400 años y todavía -a pesar de las aclaraciones médicas- no ha cesado de propagarse de boca en boca. “Una de cada tres personas toma al menos dos tazas de café al día. Una dosis considerada tóxica estaría en los 10 gramos que, para tener una idea, sería tomar cien tazas de café en una sola ingesta. Así que de cancerígeno, nada“, aclara el Presidente del Instituto Argentino para la Calidad.

¿La sacarina genera cáncer? Otra de las grandes preguntas que rondan desde hace décadas a nivel social. Pero, es un ¿mito o una realidad? Es absolutamente falso. Diversos estudios en poblaciones humanas ratificaron que no comporta ningún tipo de riesgo de cáncer la ingesta de ciclamato y sacarina durante años. “La intoxicación se produce con aproximadamente 20 kilos o litros de alimentos con ciclamato en una sola ingesta“, advierte Cardini. Por su parte, la Administración para Alimentos y Medicamentos (FDA) en el año 2000 -tras una serie de investigaciones científicas- desestimó que la sacarina pueda poseer efectos cancerígenos y recomendó una ingesta segura de 2.5 mg/kg de peso corporal. Algunos de los mitos relacionados con la alimentación nacieron a partir de la propagación de dietas para adelgazar que ganaron popularidad por su supuesta inmediatez a la hora de bajar algunos kilos. Algunos de los supuestos más extendidos son: “Combinar hidratos con proteínas engorda” o “las frutas engordan más si se comen como postre, es mejor ingerirlas antes de la cena o el almuerzo”. Ambos falsos.

“El supuesto que indica que combinar hidratos de carbono con proteínas engorda más, es erróneo ya que de por sí, casi todos los alimentos son una mezcla de hidratos de carbono, proteínas y grasas”, explica el Dr. Cardini. Con respecto a la fruta, aclara que aportan idénticas calorías antes, durante o después de la comida. Pero, más allá de los mitos, ¿cuáles son los verdaderos riesgos de la alimentación? Para el Consejo para la Información sobre la Seguridad de los Alimentos y Nutrición (CISAN), el foco debería estar puesto en la evaluación de los aditivos alimentarios, los contaminantes, químicos o los agentes biológicos que pueden tener ciertos alimentos. Aunque este control no depende de los consumidores, Cardini sostiene que estas pruebas deberían depender de las autoridades correspondientes y por ello “se hace necesario un plan de seguridad para evitar incidentes”, recomienda.

Con el fin de informar y prevenir CISAN tiene en su sitio web una sección de consultas, para que el consumidor esté al tanto sobre la peligrosidad que comportan ciertos alimentos y que debe hacerse a la hora de manipularlos, cocinarlos o consumirlos. El Presidente del Instituto Argentino para la Calidad advierte que hay cancerígenos y mutágenos en alimentos naturales, como las nitrosaminas y sus precursores (nitratos) en verduras como remolacha, apio, lechuga espinaca, rabanitos. También se han encontrado aflatoxinas en maní, soja, cebada, trigo y otros granos y benzopirenos en lechuga, germen de trigo y espinacas. Cardini aclara que no hay forma que el consumidor testee la calidad de los alimentos pero sí pueden hacerlo las autoridades a cargo del área. “En Argentina todavía no se cumplen normas como para que la inocuidad en los alimentos sea de 0 riesgo”, afirma.

Entonces, ¿cuáles son las medidas que sí pueden tomar los consumidores con respecto a su alimentación? Aunque es imposible el control absoluto de los alimentos totalmente libres de peligros, las personas pueden mantener una dieta saludable. “Una buena nutrición con una dieta balanceada, que aporte los micronutrientes necesarios (minerales y vitaminas en su justa medida), baja en grasas, buena en fibras, con la ayuda de probióticos y alimentos funcionales de diseño inteligente podemos, comunicando adecuadamente, lograr que cada persona acceda a una vida mejor y más satisfactoria”, asegura Cardini.

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