Los hostales latinoamericanos se convirtieron en los nuevos escenarios turísticos para aprender a bailar

El portal internacional HostelBookers destacó que América Latina es la región que lidera y nuclea la mayor cantidad y la mejor calidad de hostales que ofrecen como servicio a sus huéspedes clases de danza para conocer y aprender a bailar los ritmos típicos de cada país
Así, el tango, la salsa o la samba encontraron en esta original iniciativa un canal de difusión en el cuál predomina el aprendizaje de los ritmos que definen a la identidad cultural latinoamericana. El portal realizó un listado de los hostales más reconocidos y recomendados por los turistas de los 5 continentes que han aprendido a bailar durante su estadía en los distintos países de la región.

Uno de los hostales destacados fue el Open House Barra, en Salvador de Bahía, siendo la ciudad de Brasil en dónde la samba ha nacido como ritmo y por lo tanto, el sitio ideal para aprenderla. En el Open House Barra profesores especializados dictan clases de danza. Además el hostal cuenta con una reconocida coreógrafa local que no sólo enseña las bases de este ritmo sino dicta una serie de seminarios intensivos en los que realiza un relato histórico de las distintas danzas brasileñas.

Otro de los escenarios ideales para bailar al compás de la salsa, uno de los ritmos por excelencia de la región , es el Rossco Backpackers Hostel, en San Cristóbal de las Casas en México. Altamente recomendado por los usuarios de HostelBookers, este hostal imparte clases a sus huéspedes sin ningún tipo de costo extra. Sus clases se difundieron rápidamente entre los viajeros de todo el mundo por el nivel de sus profesores pero también por el clima de diversión y entusiasmo que se genera durante el aprendizaje de un ritmo que insta a la alegría en sus letras y en su melodía.

Un imperdible para aprender a bailar salsa en Latinoamérica es el Mistella Salsa Hostel, en la ciudad de Cali, en Colombia. Este sitio no sólo es reconocido por sus clases de danza dictadas a los turistas que allí se hospedan sino también por tener su propia escuela de danza en la cual se enseñan otros bailes como merengue o bachata.

Con precios accesibles, reconocidos maestros y con la alegría como parámetro para el mejor de los aprendizajes, los hostales de América Latina están haciendo bailar al mundo entero.

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Eugenia Plano | www.vidapositiva.com