León Gieco, un artista solidario de Ushuaia a la Quiaca

“Sentimiento de unidad basado en metas o intereses comunes. Son los lazos sociales que unen a los miembros de una sociedad entre sí”, en pocas palabras, la definición de solidaridad
  28 de abril 2013.

La solidaridad no existe sin el prójimo y viceversa. Trascender los intereses propios es la misión de los seres solidarios. El foco de la acción está en el prójimo y quizá quien ejerce la ayuda mutua no le alcance su vida para ver los resultados, pero las huellas solidarias son el legado para las nuevas generaciones. León Gieco, es el hombre, el artista y el cantautor que encarna la figura del testimonio solidario, sin estridencias, ni micrófonos o cámaras que reflejen su ruta solidaria. Él es quien por ejemplo, se ha encontrado en el medio de una gira por el interior del país, y ante un paisaje inhóspito y signado por las necesidades básicas de su comunidad, ha desenfundado su armónica y su guitarra y entre canciones y mates ha sido el puente entre quienes pueden tenderles una mano y mejorar sus condiciones de vida. León no recuerda ninguna etapa de su vida en la cual la música no haya sido su pasión. Nació el 20 de noviembre de 1951 en una chacra al norte de la provincia de Santa Fé y al poco tiempo, su familia se muda a su lugar en el mundo, Cañada Rosquín.

Con tan sólo 8 años, ejercía la infancia sabiendo que su futuro había llegado, la música es su vocación de ayer, hoy y mañana. Nacido en una familia humilde y trabajadora, su padre no podía comprarle una guitarra, pero él no tenía por que esperar a que la realidad cambiara, él podía cambiarla. Comenzó a realizar trabajos para los vecinos del barrio, y en tan sólo algunos meses reunió el dinero para comprar su primera guitarra, a tan sólo 8 años de su nacimiento. El folklore fue su amor eterno. Aquellas melodías y letras que reflejaban con exactitud poética a los pueblos y regiones del interior del país en los cuáles el alma estaba siempre por delante, fueron su mayor motivación para escribir, componer y hacer de aquellas canciones un himno y un mensaje para mejorar la realidad. Y así aquel niño que sentado en el umbral de su casa, soñó a lo grande finalmente logró que sus canciones sean un estandarte de libertad, paz y solidaridad mutua. En 1978, en su hogar de la infancia en Cañada Rosquín compuso “Sólo le pido a Dios”. No la escribió en soledad, las estrofas nacían junto a su padre quien le aseguró en ese instante que estaban creando un himno a favor de la paz y que tendría repercusión mundial.

Incrédulo su hijo, le aseguró que él todavía no tenía popularidad ni una trayectoria que le permitiera trascender con sus canciones. Pero, su padre no tuvo dudas, y sus palabras fueron hechos. Sólo le pido a Dios no sólo se convirtió en la canción símbolo a favor de la democracia, la libertad y la pacificación de la República Argentina, fue una canción que cruzó todas las fronteras y llegó con su mensaje a los 5 continentes. Sólo le pido a Dios fue traducida a casi todos los idiomas del mundo e interpretada por los artistas más relevantes de la escena musical mundial como U2, Pete Seeger, Emma Shaplin, Shakira y Joan Manuel Serrat, entre otros. Comprometido con su tiempo y enseñando la cultura de la paz y la igualdad como la mejor forma de combatir la inequidad, León imprime su mensaje a fuerza de virtuosidad y solidaridad de Usuhuia a la Quiaca

Mundo Alas

Si bien, León ha encabezado innumerables proyectos solidarios durante su trayectoria, la iniciativa que hoy lo encuentra como fundador es única y pionera en el trabajo por la igualdad de oportunidades y la potencialidad del talento como la principal motivación para salir adelante. Mundo Alas se encuentra formado por un grupo de artistas con capacidades diferentes cuyo denominador común es el amor por la música, la danza, el teatro y el arte en su máxima expresión. Son jóvenes no videntes, con síndrome de Down, con discapacidades motoras, parálisis cerebral o hidrocefalia que están mejorando el mundo, convirtiéndolo en un lugar en el cual la diferencia es sinónimo de capacidad y modelo de enseñanza para una sociedad que suele temer o excluir al diferente. Cada uno de estos artistas han vencido sus propias barreras físicas y sociales, y su mayor convicción para lograrlo fue la conexión con su vocación, talento o habilidad que les permitió trascender cada una de las piedras en el camino.

Hoy son ellos quienes nos reflejan con su esfuerzo, virtud e inconmensurable fuerza de voluntad como los seres humanos suelen resignarse en un mundo de excusas cuando la vida día a día los convoca a la superación y a la materialización de los sueños. León Gieco fue el creador de Mundo Alas, fue el músico y el hombre que unificó el talento de todos los jóvenes de distintas provincias del país para que juntos conformaran una banda de rock, una orquesta, un grupo de danza o simplemente, se unieran para seguir creciendo en la misión de la igualdad y la inclusión. Los jóvenes de Mundo Alas junto a León Gieco se subieron a los escenarios argentinos y latinoamericanos y como resultado y reflejo de estas presentaciones se filmó un documental que fue traducido al inglés, al italiano y al japonés.

Mundo Alas es una experiencia de amor, que potencia las capacidades ante quienes se proponen mejorar a niveles individuales y colectivos. Sus artistas son en realidad, quienes hoy están le enseñando a una sociedad que necesita de un modelo de valores, esperanza y solidaridad.

 Síguenos en Facebook
 Síguenos en Instagram

Eugenia Plano | www.vidapositiva.com