La ciencia reafirma los beneficios del vino en la salud

La "Paradoja Francesa" tendría su explicación en el consumo del vino y sus propiedades antioxidantes, permitiendo que los franceses mantengan una dieta con alto porcentaje de grasas saturadas, con menor incidencia en la salud cardiovascular que el resto de los países.

Por Martín Leonetti
:: Argentina ::

El pasado 22 de junio, se realizó en el Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, el coloquio internacional "Paradoja Francesa 2018", presentando la investigación liderada por el Prof. Dr. Raúl Pastor, representante científico por América ante la Organización Internacional de la Viña y el Vino, con sede en París; y Jefe de la Unidad Polifenoles, Vino y Salud de la Cuarta Cátedra de Medicina, dirigida por el Dr. Roberto H. Iérmoli. Estuvo presenta además, el Prof. Dr. José Anibal Manfredi, Profesor adjunto de Cardiología, Medicina Interna y Ecocardiografía en Montevideo, Uruguay, quien presentó resultados de estudios científicos sobre los beneficios de esta "súper molécula" antioxidante en la salud cardiovascular.

Luego de la presentación, los Dres, Iérmoli, Pastor y Manfredi, presidieron el brindis con vinos seleccionados, de la Bodega Dante Robino

En su presentación "Cinco hábitos de vida saludables que aumentan más de 10 años la longevidad", el Dr. Raúl Pastor destacó como un punto esencial, el "consumo moderado de alcohol, de hasta 30 gramos al día para el hombre (2 copas) o hasta 15 gramos al día para la mujer (1 copa) de vino tinto".

Según el estudio, el vino tinto es "la más beneficiosa de las bebidas alcohólicas". Para el investigador, el vino "resulta ser una matriz hidroalcohólica mágica, por su alto contenido en polifenoles, que reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas".

Según el Dr. Pastor, "la nutrición a través de la participación activa de estos polifenoles pueden modificar el metabolismo y prevenir precisamente las enfermedades crónicas no transmisibles", como por ejemplo la diabetes.

¿La fórmula de la juventud?

La ponencia del Dr. Pastor hizo énfasis en el ciclo del envejecimiento y cómo los polifenoles podrían ayudar a ralentizar el mismo; y en algunos casos, hasta revertir enfermedades, además de prevenirlas.

El deterioro del envejecimiento hoy por hoy, está definido como la acumulación de daños oxidativos en los órganos, células y moléculas del cuerpo, que ocurre como el efecto colateral intrínseco del normal funcionamiento del organismo a lo largo de la vida.

Los cromosomas de nuestras células tienen unos extremos llamados telómeros, "como si fueran los cordones de los zapatos", según explicó. A medida que las células van dividiéndose, van perdiendo una parte del extremo de los cromosomas hasta que finalmente, en el último ciclo de división celular, pierden por completo el telómero. Los cromosomas se "deshilachan" y esa célula muere porque no puede replicarse más. Eso es lo que determina un ciclo vital.

Ante la pregunta de si esto puede modificarse, el Dr. Pastor afirma que "en realidad, el número de divisiones celulares no puede modificarse, pero sí se puede modificar el tiempo que existe entre cada una de las divisiones celulares".

¿Qué pasa entonces con el envejecimiento?

Es simplemente la acumulación de daños que no son reparados. Y la falta de reparación en la máquina química que es nuestra biología, es lo que va determinando la aparición de las enfermedades. Con lo cual podemos afirmar que el envejecimiento sería la primera de las enfermedades.

¿Por qué envejecemos?

Los seres humanos tenemos un metabolismo oxidativo. Toda la maquinaria química que moviliza la vida se basa en reacciones de oxido reducción, de manera que la producción de radicales libres (sustancias oxidativas) es permanente en el metabolismo. Esto hace que el comportamiento ácido que tienen los radicales libres, tenga que ser de alguna forma atenuado en su poder de daño. Del "efecto de robo" que intentan hacer estos radicales libres para robar un electrón que les está faltando en su composición electrónica química, aparecen los antioxidantes que tratan de atenuar este daño. De este balance depende la salud.

La Paradoja Francesa

El investigador francés Dr. Serge Renaud, descubrió en un estudio epidemiológico realizado en Francia, que aquellas personas que tenían un alto consumo de grasas saturadas y un consumo calórico relativamente alto, tenían muy baja incidencia de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, comparada con todo el resto de los países que fueron analizados.

A este hallazgo se lo denominó la "Paradoja Francesa", un concepto en sí mismo contradictorio. Un absurdo, como la paradoja del oxigeno, que es el primer tóxico medioambiental. A nadie se le ocurriría pensar que el oxigeno es un tóxico, porque es a la vez es esencial para la vida. No podemos prescindir del oxigeno. Lo que sucede con el concepto de la "Paradoja Francesa" es casi lo mismo.

En 1992, el Dr Renaud comunicó que era el alcohol el que realmente beneficiaba enormemente a la salud, porque aumentaba el colesterol bueno (HDL) de la sangre y prolongaba el tiempo de coagulación, evitando así que se formen trombos.

El Dr. Pastor enfatizó "Hoy podemos decir que la reedición de ese concepto original de la Paradoja Francesa, la tenemos que hacer pensando principalmente en los polifenoles, que son verdaderas herramientas de reparación del metabolismo".

El resveratrol, "la molécula mágica"

En el año 2003, el Dr. David Sinclair de la Universidad de Harvard, descubrió el aumento de la longevidad en la Saccharomyces cerevisiae, una levadura que fermenta el trigo, la cebada y la uva. Esta levadura nos da el pan, el vino y la cerveza. Esta levadura contiene la molécula resveratrol, que está presente en el vino y nosotros la consumimos a diario. Al día de hoy se han descubierto más de 78 beneficios descriptos. Con lo cual el resveratrol presente en el vino, resulta ser una molécula altamente preventiva para los problemas que van surgiendo en la vida a través del desgaste del envejecimiento.

El Dr. Pastor destaca: "El resveratrol es la molécula estrella del vino tinto. Repara los daños que produce el stress oxidativo dentro de las células y aumenta las defensas antioxidantes. A partir de allí todas las funciones celulares mejoran".

Los investigadores de Harvard definieron 5 hábitos saludables que aumentan la longevidad.

  1. Mantener una dieta saludable.
  2. Realizar ejercicio de manera regular, de moderado a vigoroso.
  3. Mantener un peso corporal normal, medido por el índice de masa corporal (entre 18.5 – 24.9 kg/m2).
  4. Mantener un consumo moderado de alcohol, de hasta 30 gramos al día para el hombre (2 copas) o hasta 15 gramos al día para la mujer (1 copa) de vino tinto.
  5. No fumar.

"El consumo regular y moderado de vino tinto ofrece una oferta diaria permanente y protectora". Dr. Raúl Pastor

El beneficio que ejercen los polifenoles en la longevidad y en la reparación de los daños en el metabolismo.

Distintas composiciones o matrices para aumentar la ingesta de polifenoles, pueden ser el té verde, el vino, el chocolate, los frutos secos -que tienen también una cantidad de polifenoles muy amplia-, los jugos de frutas o los vegetales. Estos compuestos que vienen del mundo vegetal, hoy merecen la máxima atención. El resveratrol contenido en los vinos tintos, es uno de los polifenoles de mayor importancia para la prevención de las enfermedades.

El Prof. Dr. José Aníbal Manfredi destacó que "el resveratrol se ha destacado por el beneficio en la prolongación de vida de algunas especies animales y esto disparó un montón de trabajos, que han demostrado que este polifenol, contenido fundamentalmente en el vino, es por ahora la estrella de los polifenoles".

El investigador uruguayo también señalo que "En Uruguay, el Ministerio de Salud Pública lo marca como una sustancia funcional, un bioactivo con efectos saludables. A su vez, destacó un estudio de la revista Oncotarget, en el cual "se muestra que el resveratrol fue capaz de controlar la proliferación de células de cáncer de mama en cultivos celulares".

¿Cuánto falta para que tengamos un "vino medicinal"?

El Dr. Roberto Iérmoli respondió a esta inquietud: "En el procedimiento habitual de vinificación se utiliza para frenar la fermentación al vino, ahnídrido sulfuroso, que se va a transformar en sulfitos. Esos son los que pueden darnos el dolor de cabeza o alergias. La cosa es tratar de hacer vinos que en el proceso de vinificación se les coloque el agregado de una molécula saludable como es el resveratrol. Se logró un vino al que no se le cambia el sabor, enriquecido con 200 a 300 mg/L de resveratrol, cuando un vino normal tiene entre 2,5 a 5 mg/L".

Vida Positiva estuvo presente en la presentación de la investigación en el Hospital de Clínicas. Aquí la entrevista con sus protagonistas.

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