Fin de año, ¿cómo sobrevivir?

Cuando ya estamos exhaustos y las actividades no cesan, lo mejor que podemos hacer es seguir adelante con una buena actitud ya que especialmente, en el ámbito laboral muchas decisiones se toman en estos últimos meses del año

Si hay un mes que podríamos decir que la hiper actividad es la norma, es diciembre. Quizá cuando todo debería ceder terreno al descanso la rutina se intensifica: cierres de trabajo, exámenes de los hijos, finales en la facultad, reuniones laborales, concreción de proyectos para el año próximo y a toda esta catarata de obligaciones hay que sumarle las fiestas de fin de año, las familiares y las laborales.

Cuando ya estamos exhaustos y las actividades no cesan, lo mejor que podemos hacer es seguir adelante con una buena actitud, ya que especialmente, en el ámbito laboral muchas decisiones se toman en estos últimos meses del año.

En este marco, existe un momento clave en el final de año. Uno de los eventos importantes que se presentan entre el mes de noviembre y diciembre es la fiesta de fin de año. Además de celebrar por los logros y proyectar hacia futuro, es el momento en el cual toda la organización se reúne en un espacio en común.

Algunas preguntas surgen en ese instante, ¿la regla es la espontaneidad? O ¿aunque se trate de una celebración distendida hay que mantener cierto perfil?

La Lic. Laura Malpeli de Jordaan, Asesora de imagen, nos brinda algunas soluciones en este sentido: "Si bien es un clima festivo, nunca debemos olvidar que estamos con colegas, compañeros de trabajo y jefes de la empresa", sostiene. En este sentido, advierte que la distensión es recomendable pero no es lo mismo una celebración laboral que una vinculada la familia o los amigos. "Cualquier conducta no adecuada que manifestemos, puede actuar en detrimento de nuestra imagen", recomienda. Es decir, en estas circunstancias no debemos olvidar de dónde estamos y con quiénes estamos, ya que muchas veces las fiestas de cierre de año son momentos claves para socializar y generar tanto buenos contactos como afianzar lazos laborales, y olvidarnos de ello podría traer consecuencias perjudiciales. En buen romance, no hay que "meter la pata" y ubicarse.

No, el mundo no se acaba

Esta época del año parece el preludio del Apocalipsis. Todo tiene que ser terminado en estos días so pena de que se "acaba el mundo". No es así. El tema es que estamos con la "mochila" del año que se va a cuestas y parecería que todo tiene que "tener un cierre". Después nos damos cuenta que la vida sigue su curso normalmente. Pero a veces el cansancio físico y mental parece no dar tregua. Entonces ¿cómo afrontar esta situación sin desesperarse?

La Lic. Alicia López Blanco identifica los síntomas del stress que nos invade a fin de año. Depresión o ansiedad, dolores de cabeza, alteraciones del sueño, trastornos gastrointestinales, problemas en la piel, uñas o cabello, nerviosismo, palpitaciones y contracturas musculares son todos signos de distrés o estrés negativo, muy frecuentes al final de año.

Entonces, si las actividades nos abruman. ¿cómo podemos ocuparnos sin desesperarnos? La Lic. López Blanco brinda una alternativa tan útil cómo eficaz: "Establecer una lista de prioridades. Tenemos que aprender a reconocer y atender nuestras necesidades y deseos para ubicarlos en una escala de relevancia". Seguramente, no todo lo que cargamos en el hombro, durante fin de año, requiere extrema urgencia, algunas cuestiones revisten más importancia que otras. Establecer la diferencia es esencial.

La especialista recomienda un ejercicio para poder cumplir con esta meta. Escribir cada una de las obligaciones que tenemos ayuda a visualizar qué es importante y qué no, colaborará a establecer las prioridades más fácilmente que sí lo hacemos mentalmente.

"Escribir es siempre una forma de descarga que nos permite visualizar el panorama general y nos ayuda a organizarnos mejor", advierte.

Es muy frecuente que los meses de noviembre y diciembre sean quizás el período más agotador del año, pero sí lo tomamos con calma y ordenamos nuestras prioridades, podremos pasar "las fiestas en paz" y prepararnos con fé y esperanza para el nuevo año y sus nuevos desafíos y oportunidades.

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