Filtros de cerámica y piedras: ¿Son realmente efectivos para purificar el agua?
Los filtros de cerámica y piedras prometen purificar el agua de forma natural, pero la realidad detrás de su funcionamiento te hará pensarlo dos veces.
Durante años, los filtros de agua con piedras y minerales han sido vistos como una solución “natural” y económica para tener agua limpia en casa. Pero, ¿realmente purifican el agua? ¿Son seguros para tu salud y la de tu familia? La respuesta corta es no del todo, y aquí te explicamos por qué.
¿Cómo funcionan estos filtros?
Los filtros de cerámica con piedras se han popularizado por su apariencia artesanal y promesas de “purificación natural”. Generalmente están compuestos por varias capas que actúan de forma pasiva al dejar que el agua fluya por gravedad:
- Una vela de cerámica porosa: Esta pieza es el primer filtro físico. Atrapa partículas grandes como tierra, óxido, sedimentos o insectos. Sin embargo, su porosidad suele ser de 0.5 a 1 micra, lo cual no es suficiente para detener virus ni algunas bacterias.
- Carbón activado y minerales: Algunas versiones contienen carbón activado que ayuda a mejorar el olor y el sabor del agua al absorber cloro y compuestos orgánicos volátiles. También pueden incluir minerales como cuarzo, zeolita o piedras bio-cerámicas, que supuestamente “ionizan”, “restructuran” o “revitalizan” el agua, aunque estas afirmaciones no están respaldadas por evidencia científica sólida.
- Piedras minerales grandes al fondo del recipiente: Estas piedras decorativas —como turmalina o jade— se colocan bajo la promesa de “energizar” el agua o equilibrar su pH. Sin embargo, no cumplen ninguna función comprobada de purificación ni eliminación de contaminantes.
El proceso es completamente pasivo y lento: el agua desciende por gravedad, sin presión ni tecnología que garantice una desinfección real. Aunque este sistema puede mejorar el aspecto, el sabor o el olor del agua, no asegura que esté libre de riesgos invisibles para la salud.
¿Qué no eliminan estos filtros?
- Bacterias y virus: La mayoría de estos filtros no eliminan patógenos microscópicos como E. coli, salmonella o virus intestinales, que pueden estar presentes en el agua de red o de pozo.
- Metales pesados y contaminantes químicos: No retienen arsénico, plomo, nitratos, pesticidas o microplásticos, cada vez más presentes en el agua potable.
- Microorganismos que crecen dentro del filtro: Si no se limpian frecuentemente (y correctamente), la cerámica y las piedras pueden acumular moho, bacterias y hongos, y convertirse en un foco de contaminación.
¿Por qué no son una opción confiable?
Aunque visualmente parecen naturales y seguros, muchos de estos filtros no cuentan con estudios científicos independientes ni certificaciones (como NSF o ANSI) que garanticen su efectividad real.
Además, su mantenimiento es complicado: si no se lavan y reemplazan adecuadamente, pueden hacer más daño que beneficio.
Entonces, ¿qué opción sí es segura?
Un purificador de agua certificado es la mejor alternativa para tener agua para beber sin contaminantes. Existen opciones accesibles que filtran bacterias, virus, químicos, metales pesados y microplásticos, y que están avaladas por organismos internacionales.
Entre las tecnologías más efectivas están:
- Ultrafiltración (UF): elimina bacterias y sedimentos.
- Equipo de osmosis inversa: remueve hasta el 99% de contaminantes, incluidos metales pesados y químicos.
- Luz ultravioleta (UV): desactiva virus y bacterias.
- Filtros multicapa con carbón activado de calidad: retienen cloro, pesticidas, compuestos orgánicos y mejoran el sabor.
Además, son fáciles de mantener, algunos incluso te avisan cuando debes cambiar el cartucho.
Además, al elegir un purificador eficiente y duradero, también estás reduciendo el uso de garrafones o botellas de plástico, que generan toneladas de residuos y huella de carbono.
Por lo tanto y como conclusión, es importante saber que los filtros de cerámica y piedras no garantizan agua realmente purificada. En su lugar, los purificadores de agua certificados sí lo hacen, protegen tu salud y la de tu familia, y de paso, al tenerlos ayudas al planeta, ya que puedes beber agua en todo momento sin tener que generar residuos de botellas de plástico o garrafones, que terminan contaminando.
No te conformes con “agua clara”. El agua realmente limpia no solo se ve bien, también está libre de riesgos invisibles.
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