El cáncer no es por mala suerte

Un estudio científico publicado en la revista Science concluyó que la mayoría de los tipos de cáncer se producirían debido a la “mala suerte genética”. Jorge Dotto, autor de esta columna, cuestiona la afirmación.

Hace unos días salió publicado un estudio científico en la prestigiosa revista Science que concluyó que la mayoría de los tipos de cáncer serían por “mala suerte genética”.

En realidad, un grupo de investigadores determinó mediante un modelo matemático que el 65% de los tipos de cáncer son el resultado de mutaciones genéticas aleatorias, a las que denominaron como “mala suerte”. Claramente, no estoy para nada de acuerdo con esta conclusión.

Una mutación genética es un cambio en la secuencia de un gen (ADN), en cual participan factores ambientales como pueden ser el sol o el tabaco, y los mecanismos moleculares genéticos. En realidad, aunque se han hecho grandes avances en la ciencia, y seguiremos teniendo novedades muy positivas en el futuro, todavía no sabemos cómo una célula normal se convierte en maligna, o sea, cáncer. El equipo de investigadores que lo demuestre claramente ganará el Premio Nobel de Medicina y será una gran contribución para la humanidad.

Hay que aclarar algo sumamente importante, este estudio y sus autores están dando un mal mensaje a la sociedad mundial porque millones de personas podrían interpretar de una manera entendible que no vale la pena hacer nada para prevenir el cáncer mediante la realización de controles periódicos con el médico, estudios de imágenes complementarios o realizar una dieta balanceada y nutritiva.

Hay un concepto muy importante llamado “epigénetica”, en la cual demuestra como los factores externos o ambientales influyen en la expresión del genoma humano (totalidad de 20.000-25.000 genes). Está comprobado que las fibras como las frutas, verduras y cereales, entre otras, “prenden” ciertos genes como si fueran luces con un impacto positivo y protector del cáncer de colon (intestino grueso). Mientras que las grasas de la dieta “apagan” ciertas áreas del genoma con un efecto negativo, y aumentan el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer como el colon, mamario y uterino (endometrial, la capa interna del útero).

Por lo tanto, es fundamental destacar que las acciones y decisiones que las personas toman todos los días tienen un impacto positivo con algo tan simple como la alimentación. A su vez, en el cáncer de colon se realizan colonoscopías (endoscopias) a partir de los 50 años de edad que se ha demostrado como método de “screening” (tamizaje) que disminuyen la mortalidad al identificar lesiones premalignas llamadas pólipos o cáncer en un estadio temprano.

No es la intención mencionar en esta columna todos los tipos de cáncer y las medidas preventivas, pero para más información se puede consultar este documento de la Organización Mundial de la Salud.

El estudio mencionado analizó las divisiones celulares de 31 tejidos del cuerpo humano y demostró que a mayor cantidad de divisiones celulares, mayor cantidad de posibilidades de errores en esas divisiones celulares. Cuando las células comenten errores, el organismo se encarga de reparar esos errores en el ADN. Si no se corrigen esos errores se inicia un “suicidio celular” o “autodestrucción” (conocido como muerte celular programada) o eventualmente la célula puede tener una transformación maligna (cáncer). Este es un concepto que se conoce hace varias décadas, pero igualmente este estudio lo demuestra de una manera concluyente. Pero a su vez, este estudio tiene varias críticas, inclusive que no incluyó en su análisis a los tipos de cáncer más frecuentes como la mama y próstata.

Claramente, este estudio conmocionó al mundo entero. Aunque algunas mutaciones (alteraciones) genéticas ocurren de manera aleatoria, en realidad, las definimos así porque realmente todavía no hemos desciframos el acertijo del cáncer, hay medidas preventivas muy efectivas para prevenir ciertos tipos de cáncer.

Las recomendaciones son simples: investigar y conocer la historia familiar propia, información muy valiosa para informarse de posibles antecedentes; y consultar al médico sobre las medidas preventivas, una nutrición adecuada y los diferentes factores de riesgo. En conclusión, el mensaje es muy importante, no hay que asustarse porque la “mala suerte” no es responsable de causar cáncer.

Referencia

Tomasetti C et al. Cancer etiology. Variation in cancer risk among tissues can be explained by the number of stem cell divisions. Science. 2015 Jan 2;347(6217):78-81. doi: 10.1126/science.1260825.
http://www.sciencemag.org/content/347/6217/78

(*) Jorge Dotto es médico (UBA). Especializado en anatomía patológica (Yale University School of Medicine), patologia ginecologica y mamaria (Yale University School of Medicine) y patología molecular & genética (Harvard Medical School). Obtuvo el Premio al Joven Líder 2005 del College of American Pathologists (CAP) Foundation.

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Médico (UBA). Especializado en anatomía patológica (Yale University School of Medicine), patologia ginecologica y mamaria (Yale University School of Medicine) y patología molecular & genética (Harvard Medical School). Obtuvo el Premio al Joven Líder 2005 del College of American Pathologists (CAP) Foundation. #MisCromosomas

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(*) Por Jorge Dotto | Fuente: http://rouge.perfil.com