Carta a mi hijo por sus 15 años

Parece que fue ayer que me colmé de alegría cuando te ví nacer, y ya transcurrieron quince años de aquel dichoso momento...

Querido Hijo:

Te escribo estas líneas para saludarte por tu cumpleaños, rogándole a Dios que siempre te conserve sano. Hoy me pongo a pensar en el tiempo transcurrido. ¡Cómo han pasado los años!, ¿verdad?. Parece que fue ayer que me colmé de alegría cuando te ví nacer, y ya transcurrieron quince años de aquel dichoso momento. Eres ya todo un hombrecito. Adolescente aún, con todo un mundo por delante.

Pero debes saber que la adolescencia es la etapa más hermosa de la vida. Tu cuerpo cambia, tus actitudes cambian, tu mente cambia, tu manera de pensar y de ver las cosas cambian todos los días. Y ello me obliga a recordarte que tienes que ser responsable en todos tus actos, para que el mañana te encuentre preparado y te conviertas en hombre de bien, como profesional al servicio de tu país y de ésta tu tierra incomparablemente bella.

Los adolescentes son en general rebeldes, pero esa rebeldía cultívala para hacer frente a las injusticias, a los abusos y a las arbitrariedades, que todos los días verás a la vuelta de la esquina, en cada niño que pide limosna, en cada madre que no tiene el pan para sus hijos, en cada padre que no tiene trabajo, en los pueblos olvidados de la ribera de nuestros ríos.

Sé siempre un implacable defensor de tus derechos y también de los derechos de los demás. Tu generación es testigo de diez años de dictadura que destruyó no sólo la economía del país, sino también la moral de nuestro pueblo y los valores de las gentes. Para cambiar esto, organiza tu rebeldía y tu ira, porque tal situación algún día tiene que acabar.

Pero esto se podrá lograr cuando haya gente que tome verdadera conciencia del daño que produce. Y para ésta toma de conciencia, tienes que prepararte, estudiar con ahínco, ser perseverante, superarte y llegar a ser el profesional que aspiras, manteniendo la humildad como un valor importante que te acompañe en cada acto de tu vida.

No permitas nunca que te avasallen y te maltraten, y si eso sucede, protesta, defiéndete, grita a los cuatro vientos en nombre de la libertad, clama con firmeza en nombre de la justicia. Pero sé tolerante a la vez, porque no eres el dueño de la verdad absoluta. Saber escuchar es una virtud. Saber comprender las actitudes de los demás es también importante. De lo contrario te convertirías en impertinente, intolerante y antipático.

¿Te acuerdas de Superman cuando aparecía como el salvador de todos?

¿Recuerdas cuando raudamente en un vuelo supersónico, se hacía presente en el momento que más le necesitaban y luego desaparecía, sin esperar su recompensa?

Aquella historieta que solías leer con avidez cuando tenías menos edad, nos presentaba a un Superhéroe cuyos valores eran la libertad y la justicia. Entonces yo te pregunto ¿Qué valores quieres cultivar?.

Quizá aún no tengas la respuesta. Entonces, es el momento de empezar a marcar tu camino con verdaderos valores que te van a servir de guía en tu vida futura. La responsabilidad, la puntualidad, la justicia y equidad, el culto a la verdad, etc.

Todo esto que ya te hablé en alguna ocasión, espero que lo recuerdes siempre. Estoy seguro que harás todo lo posible para que siga sintiéndome orgulloso de ti, como el primer día, cuando tus pulmones se llenaron de aire y exhalaste el primer llanto que me hizo vibrar de emoción.

Se despide tu padre que te quiere mucho, con un fuerte abrazo y un beso.

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Gentileza, Wagner Terrones Vásquez (Perú)