Visitando Colegiales

Uno de los 48 barrios oficiales “porteños” ubicado en el área Centro Noroeste de la Ciudad de Buenos Aires.

Hoy en un nuevo recorrido por la ciudad recorreremos el barrio de Colegiales. Es uno de los 48 barrios oficiales “porteños”, ubicado en el área Centro Noroeste de la ciudad, limitando con los barrios de Palermo, Belgrano, Villa Ortúzar y Chacarita. Con estos dos últimos guarda historias en común.

Las tierras donde se asienta el barrio fueron adjudicadas en el siglo XVII a la Compañía de Jesús; cuando los jesuitas son expulsados en 1767, las tierras vuelven a propiedad de la corona española. Los jesuitas regresan a la joven Argentina en 1836 y las tierras que conformaban una estancia de 2700 hectáreas les son restituidas. A dicha estancia se la conocía como “La Chacarita”. Esto se debió a una deformación del vocablo quechua o aimará “chácara” que significa “huerta” y que luego derivó en chacra. A ese lugar comenzaron a concurrir los alumnos del antiguo Colegio Real de San Carlos, hoy Nacional Buenos Aires, a pasar sus vacaciones, tanto es así que Miguel Cané hace referencia a ella en su célebre “Juvenilia”. Para llegar hasta allí, generalmente a caballo, se debía circular por el Camino Real (hoy Av. Cabildo) y luego tomar un camino secundario hacia la izquierda que se lo comenzó a llamar “de los Colegiales”, siendo hoy la Av. Federico Lacroze.

Colegiales estuvo bajo la jurisdicción de Belgrano hasta que ésta fue integrada al territorio de la Ciudad de Buenos Aires por la ley de Capitalización. Años antes habían comenzado las obras del ferrocarril de Buenos Aires a Campana, el cual dio origen a la Estación que se inaugura en 1898 con el nombre de Colegiales, ubicándose además allí grandes playas de maniobras. Diversas empresas se sienten atraídas por ello y comienzan a instalarse en el barrio: el Molino Harinero Minetti al que se le adicionan, años después, los silos, la compañía textil “La Algodonera”, a la cual arribaban los vagones cargados de algodón chaqueño o la fábrica de fideos “Letizia” y algunas fraccionadoras de vino, en épocas en que el vino llegaba a granel y luego se embotellaba aquí.

A principios del siglo XX el señor Bartolomé Churruca compra terrenos y los dona para la construcción de la capilla Santísimo Corpus Christi junto al Monasterio San Juan de la Cruz de la orden de clausura “Carmelitas Descalzas de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo”; ésta es una orden “mendicante”, es decir que subsiste únicamente por donaciones y la venta de su trabajo. La iglesia es de estilo neoclásico y posee buena parte de su frente cubierta por una frondosa enredadera. Se destaca por poseer varios vitrales de calidad.

Pocos años después se instala en el barrio el Patronato Español. La Sociedad Española de la Virgen del Pilar decide ayudar a muchas jóvenes españolas que llegaban al país como inmigrantes sin tener trabajo o lugar donde quedarse y así establece algunas sedes siendo ésta la mayor. El edificio copia el modelo arquitectónico de las construcciones escolares de la época.

Otro de los templos religiosos de importancia en el barrio fue construido por el arquitecto Carlos Massa, que fue el constructor preferido de Monseñor Copello. Se trata de la Iglesia San Pablo Apóstol, en cuyo exterior en ladrillo a la vista combinado con paños blancos destaca el esbelto campanario adosado y el rosetón sobre el portal principal. El interior es sencillo con uso de los mismos materiales, tres naves, con columnas y arcos de medio punto.

En el Boulevard de los Incas y Zapiola, en el paseo República de Filipinas, hay un mástil con un grupo escultórico que representa a La Navegación. Esta escultura fue parte del Pabellón Argentino de la Exposición de París de 1889, que luego se montó en el barrio de Retiro y finalmente desarmado. Las diversas esculturas fueron ubicadas en distintos lugares de la ciudad. La que se ubica aquí posee una “hermana melliza” que está en la Plaza Sudamérica del barrio Villa Riachuelo.

Dos mercados existieron aquí. El Mercado de Frutos se encontraba en la calle Conde entre Concepción Arenal y Dorrego. El edificio de carácter industrial fue reciclado en 1994 para convertirse en la sede de Canal 9. En Dorrego y la Av. Álvarez Thomas funcionó un sector del mercado de verduras y desde 1988 el Mercado de las Pulgas, en el que se comercian antigüedades.

En Colegiales, al igual que en otros barrios de la ciudad existen “pasajes”, esas pequeñas calles de poca extensión y que, generalmente, poseen una arquitectura que los caracteriza y les da un encanto particular. Uno de ellos es el Pasaje Corregidores de tan solo una cuadra uniendo las Av. De los Incas y Elcano, muy cerca del límite barrial con Belgrano. Su nombre recuerda a los funcionarios hispánicos que administraban ciudades y además tenían una función judicial ya que actuaban como jueces de los alcaldes ordinarios. En este pasaje destaca su arquitectura residencial ecléctica conformando una unidad pese a la diversidad de estilos.

Otro pasaje del barrio es el General Paz. Es de carácter privado y se extiende entre Ciudad de la Paz y Zapata a poca distancia de Olleros. Su historia comienza hace casi un siglo, en 1925, cuando el ingeniero Pedro Vinent, que era propietario de un terreno de 25 metros de ancho que atraviesa toda la cuadra, proyecta una vivienda colectiva “de renta” con 57 departamentos en dos tiras de tres pisos balconeando hacia un espacio central. En el 2º y 3º nivel existen puentes que cruzan sobre este espacio uniendo ambas tiras; en el 4º, el puente se convierte en techo con tragaluz. Los ingresos sobre las calles paralelas están enmarcados por una gran arcada en cada uno de ellos, que permiten visualizar el interior pero no todo el recorrido, reforzando la privacidad del mismo. Allí, en medio de las viviendas hay un espacio semipúblico, con vegetación y bancos que invitan a la sociabilización de sus habitantes. El ingeniero Vinent con sus socios Maupas y Jáuregui, diseño otros edificios de renta en la ciudad y también el denominado “barrio inglés” de Caballito.

En tanto, Gorostiaga si bien es una calle, sólo posee una cuadra en este barrio entre Av. Cabildo y Zapata; el resto de la misma pertenece al barrio de Belgrano. Una arquitectura singular la caracteriza: importantes residencias familiares de estilos diferentes pero con armonía entre sí se alinean en ambos frentes dándole la característica de un pasaje.

En los años 80, el molino MInetti deja de funcionar como tal iniciándose una nueva urbanización en el sector, llamado “Nuevo Colegiales”. En 1992 los silos fueron reciclados por Casa FOA para su muestra anual transformándolos en viviendas estilo loft junto al molino aledaño siendo el primer diseño de este tipo en Sudamérica.

El edificio Los Eucaliptus en la calle Virrey del Pino, a tan solo media cuadra de Av. Cabildo, es un hito arquitectónico de la arquitectura moderna. Fue diseñado en 1941 por los arquitectos Jorge Ferrari Hardoy y Juan Kurchan con un concepto revolucionario para la época. El edificio se sitúa al fondo del terreno, dejando un gran jardín por delante en el que se encuentra un local gastronómico; planteaba una nueva forma de habitar y relacionarse con el entorno. Los grandes eucaliptus existentes en el terreno previo a la construcción fueron mantenidos y le dieron nombre a la misma.

Colegiales posee otros atractivos para conocer que resultaría demasiado extenso desarrollar aquí, entre los que merecen citarse: la Parroquia del Señor del Milagro de Salta, tal vez la más nueva del barrio ya que aún no llegó al medio siglo de vida; el Instituto Hans Christian Andersen con su arquitectura pintoresquista normanda; la Iglesia El Buen Pastor, del culto metodista; la Casa Maxera que fue una fábrica de sombreros que menciona Homero Manzi en Milonga del 900.

El cine Argos en la esquina de Av. F. Lacroze y Av. Álvarez Thomas fue un hito barrial ya que constituía uno de los lugares de encuentro social entre los 40 y los 60 del siglo pasado. En los 80, debido a la crisis que sufren los cines por el advenimiento del VHS, el cine cierra sus puertas aunque el café, que era Bar Notable de la Ciudad, siguió funcionando hasta el 2007 cuando sus dueños, “los gallegos”, decidieron bajar la cortina en forma permanente.

El Bar Conde, uno de los bodegones porteños, es, probablemente, el más antiguo del barrio pues abrió sus puertas en 1902. En la esquina de Conde y Av. Lacroze destaca por los colores terracota invitando a tomarse un café o una cerveza tirada, acompañada de algún tentempié.

Así finalizamos el recorrido por este barrio dejando una última anécdota. La zona que se ubica entre las Avenidas F. Lacroze, Elcano, Álvarez Thomas y las vías del Ferrocarril ex Central Argentino, fue llamada “La Calabria· ya que allí se asentaron muchos inmigrantes provenientes de esa región meridional italiana.

Por Tito Gastaldi

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