Sobre emociones destructivas: Un diálogo científico con el Dalai Lama

En esta obra, Daniel Goleman nos habla de cómo oriente y occidente han desarrollado formas muy distintas para controlar las emociones negativas o destructivas.

En occidente la tecnología, la medicina, los laboratorios y los fármacos como el Valium o el Prozac: “Hasta el momento, la ciencia moderna se ha centrado en la elaboración de ingeniosos compuestos químicos para ayudarnos a superar las emociones tóxicas.” (Goleman, D. 27).

En oriente (hablando específicamente del budismo) encontramos otros caminos, igual o más efectivos, pero que representa mucho más trabajo y sacrificio pues se basan en el entrenamiento mental. “Pero el budismo, por su parte, ha seguido un camino muy distinto –aunque más laborioso y arduo—desarrollando métodos de adiestramiento de la mente, en particular, la meditación En realidad, el budismo afirma explícitamente que la formación…es el mejor de los antídotos para contrarrestar la vulnerabilidad de la mente a las emociones tóxicas” (Goleman, D. 27). “La base de todo poder se asienta en la capacidad de controlar las emociones” Robert Greene.

Tal parece que la forma más efectiva de acercarnos a controlar nuestras emociones la encontramos en la constante práctica, en el entrenamiento mental y en la meditación. Para demostrar lo anterior un grupo de científicos de talla mundial y el Dalai Lama se reunieron en marzo del año 2000 para intercambiar investigaciones y reflexiones sobre el tema.

El libro empieza con la narración de diferentes pruebas científicas (Como la resonancia magnética nuclear funcional o el EGG un instrumento empleado para medir las ondas cerebrales) aplicadas a un monje tibetano y los resultados fueron sorprendentes: “Esos resultados evidenciaban claramente que Oser poseía una capacidad muy superior a la media para controlar de forma voluntaria su actividad cerebral mediante procesos estrictamente mentales. (Goleman, D 37). Uno de los científicos que participaron en este diálogo científico fue Paul Ekman, uno de los más reconocidos expertos del mundo en el campo de la ciencia de la emoción.

Ekman sometió a Oser, el monje tibetano, a diferentes pruebas y los resultados no fueron menos espectaculares que los ya mencionados. “Los resultados de los experimentos dirigidos por Ekman fueron los siguientes: La capacidad de reconocimiento de las señales ultrarrápidas de la emoción evidenciadas por Oser y otro meditador avanzado occidental…se hallaba dos desviaciones estándar por encima de la media…su puntuación es muy superior a la de los policías, los abogados, los psiquiatras, los aduaneros, los jueces y hasta los agentes del servicios secreto” (Goleman, D 41).

La comunicación no verbal (CNV) y el reconocimiento de las expresiones faciales nos ofrece oportunidades para crear y mejorar nuestra empatía con los diferentes individuos que se cruzan en nuestra vida. Muchas veces nuestra CNV ante un desconocido o una persona que nos entrevista para un trabajo está enviando mensajes negativos sin que nosotros o ellos los percaten, pero el inconsciente de ambas partes si lo hace o simplemente confundimos tristeza con apatía cuando platicamos con alguien y esto nos termina enfureciendo ya que no entendemos lo que siente esta persona. “El reconocimiento de las expresiones faciales fugaces es un indicador inusual de empatía”. (Goleman, D 40). En este blog he hablado repetidamente del concepto de empatía y de cómo este nos permite preocuparnos por nuestro entorno. La meditación es una práctica que nos permite mejorar esta característica, nuestra inteligencia emocional y social.

Impactar positivamente nuestro entorno tiene grandes benéficos: “Era como si el mismo acto de preocuparse por el bienestar de los demás hubiera aumentado su propio bienestar interno. Este descubrimiento parece corroborar científicamente la frecuente afirmación del Dalai Lama de que quien cultiva la compasión hacia todos los seres es el primero en beneficiarse de ella” (Goleman, D 39)


Por José Manuel Guevara S.

Fuentes: Daniel Goleman: La inteligencia Emocional, cuando lo inteligente es tonto. Goleman Daniel: Emociones destructivas. Un dialogo científico con el Dalai Lama. Ed. Vergara. Mayo 2003 Goleman, Daniel. La Inteligencia Social. Editorial Planeta 2006.

Fuente: http://enbuscadeantares.com/

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