Música, memoria y Enfermedad de Alzheimer

21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer

En el Día Mundial del Alzheimer, la Lic. Agustina Santos y la Lic. Jorgelina Benavidez del Departamento de Terapias basadas en las Artes de INECO explican cómo la música puede ser usada de manera adecuada y significativa para ayudar a disminuir los síntomas psicológicos y conductuales de esta afección, y brindar a las personas con esta enfermedad, a sus seres queridos y cuidadores, una vía para mantener las relaciones y compartir experiencias, entre otros beneficios.

La memoria es la función que nos permite retener, recuperar, almacenar y eliminar información. Junto con la atención, es la función cognitiva más susceptible de alteración tras una lesión cerebral, ambas están relacionadas ya que para memorizar necesitamos atender. Existen distintos tipos de memoria que involucran circuitos neurales diferenciados. Por ejemplo, la memoria musical funciona en forma independiente de las áreas relacionadas con el recuerdo de cosas que aprendimos de niños o detalles de eventos que sucedieron en nuestras vidas.

Los problemas de memoria más comunes consisten en dificultades en el aprendizaje, es decir, problemas para retener nueva información y recordarla luego. La música y sus elementos pueden jugar un rol especial en la rehabilitación y la estimulación de la memoria. El profesional musicoterapeuta los utiliza y manipula para atender a las distintas necesidades según el tipo de memoria afectada.

Escuchar o cantar música significativa, bailar al ritmo de la misma o acompañarla tocando un instrumento, activa de forma natural la atención auditiva, el lenguaje comprensivo y expresivo, la afectividad vinculada a dichas canciones y la memoria.

Una de las técnicas más utilizadas en rehabilitación son las reglas mnemotécnicas musicales, sistemas que nos permiten recordar con mayor facilidad las cosas. En musicoterapia se combina el ritmo y/o la melodía placentera-emotiva-funcional para organizar la información significativa o necesaria para la persona (nombres de familiares, objetos de la vida cotidiana, secuencias o procedimientos, etc.), brindando pistas auditivas que faciliten el aprendizaje y la evocación de la misma.

En el caso de las demencias las intervenciones a través de la música pueden facilitar la activación de recuerdos y asociaciones, favorecer la orientación, habilitar un canal de comunicación para recordar y repasar eventos de sus vidas, regular el estado anímico y ser un agente socializador a través del cual la persona interactúe con el medio.

En la demencia tipo Alzheimer, particularmente, la memoria musical usualmente se encuentra conservada; puede que no recuerden su nombre, pero sí puedan cantar una canción, ejecutarla —si antes lo hacían— e, incluso, recordar la emoción vinculada a ese recuerdo. Se cree que este beneficio se debería a que las regiones del cerebro propuestas para ser responsables de la memoria musical están relativamente preservadas (sin daño).

En esta población, se ha demostrado que acceder a momentos significativos de sus vidas a través de la música puede ayudar a disminuir los síntomas psicológicos y conductuales, aún en estadios avanzados de la enfermedad.

La música también puede beneficiar a los familiares y cuidadores, al contribuir a reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y proporcionar una forma de conectarse con su ser querido, en especial aquellos que tienen dificultades para comunicarse verbalmente.

La investigación en ésta área se encuentra en continuo desarrollo, demostrando efectivamente la amplia gama de beneficios que la música puede proveer a las personas con demencia cuando se usa de manera adecuada y significativa.

Para tener en cuenta:

Fundación INECO

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