Innovación emocional: cómo aplicarla en las empresas

¿Te gustaría que todos los días hubiese una convención de super héroes dispuestos a ayudarte a alcanzar las metas en tu negocio y empresa? Esto sólo es posible si asumes el reto de la verdadera innovación de estos tiempos: la innovación emocional.

Entrando en un nuevo tiempo de la productividad a nivel global, el eje ha dejado de pasar por la tecnología, o los mecanismos para hacer funcionar las cosas, o para vender, o para estudiar los costos. Es la era de las emociones, con todo su matiz y profundidad.

Todos tenemos un cerebro que ayuda a hacer que las cosas sucedan. O no. Si las compañías invierten tiempo, esfuerzo y recursos en interpretar sus señales, en estimularlo, cuidarlo y acompañar el equilibrio que se necesita para que crezca sano y fuerte, su neuroplasticidad se convierte en la clave para el desarrollo.

El principal órgano del cuerpo humano rige, también, el cerebro emocional. Se trata de esta parte tan necesaria para dar significado, propósito, entendimiento, y para sobrevivir en condiciones ambientales tan cambiantes y turbulentas como las que se presentan diariamente.

Por eso, la Era de la Innovación está regida por el cerebro emocional; el universo de las personas no se centra ya en lo mental y puramente técnico, sino que, si las compañías logran encauzar positivamente los aportes individuales, tienen más chances de transformarse y transformar.

Qué es la innovación emocional

En cualquier toma de decisiones ya sea en el plano personal, y dentro del Alma que tienen todas las empresas (por más “desalmadas” que parezcan), las emociones juegan un papel preponderante.

Se puede tener toda la tecnología del mundo, los recursos de dinero infinitos, la llegada a todo el universo. Sin embargo, si no se tiene la voluntad de cada colaborador alineado con el espíritu creador y hacedor, el camino será corto e irremediablemente, escaso de proyección.

La toma de decisiones en todos los niveles de una empresa no se basa sólo en los parámetros lógicos que eran dominantes hasta hace pocos años. Se sabe que más del 80% de las decisiones en las empresas se mueven alrededor del universo emocional de los líderes, sus equipos, y, en cascada, todos los colaboradores.

La ausencia de decisiones es, en sí misma, una política empresaria, porque la “no decisión” es una elección, aunque no lo parezca. Así, las empresas que demoran en transformarse pierden valiosas oportunidades e inevitablemente, estarán rezagadas en el mundo global del que forman parte.

Por increíble que parezca, el principal motor del cambio y combustible para la transformación que evite la muerte empresarial está arriba de todo, en cada integrante de esas empresas que han perdido su Alma, su Propósito, su Ser. Se llama cerebro, y pesa menos de un kilo y medio.

El costo de tomar decisiones con modelos anticuados

¿Para qué engañarse? Como afirman los neurocientíficos, sólo el 2% de los procesos cerebrales son conscientes, y éstos fueron constituidos en períodos muy antiguos de la evolución humana.

Hablando claramente: la mayoría de los procesos de las empresas en estado de pura supervivencia se basan en estos esquemas muy anticuados. Observando las cosas en esa perspectiva, es prácticamente imposible que se permitan afrontar los procesos complejos en extremo, como los que afrontan hoy.

Hoy, más que antes, tomar decisiones con moldes de siglos pasados, o de tan sólo una década atrás, atrasa -en el mejor de los casos- y arruina cualquier buena intención.

Es esencial la Innovación Emocional, como valor central. Nosotros no somos seres puramente analíticos y racionales (funciones asociadas primariamente al hemisferio izquierdo del cerebro), sino que integramos y tendemos puentes con las habilidades blandas, como la comunicación, la empatía, el entendimiento, la cooperación y la visión humanística (propias del hemisferio derecho).

Cómo implementar la innovación emocional

La Innovación Emocional requiere del abordaje en simultáneo de 10 planos: cuerpo, mente, cerebro, espíritu, creencias, paradigmas, resiliencia, entornos, evolución y propósito. De su correcto articulado resultará la transformación y trascendencia, capaz de atravesar cualquier desafío externo.

¿Qué más hacer?

Hay que hacerse preguntas, tomar tiempo de reflexión, evaluar el costo/beneficio de jornadas de trabajo extensas, crear nuevas condiciones de fertilidad para que las compañías sigan creciendo, y trasladar esos valores diseminándolos -como semillas- hacia todos los niveles, incluidos los consumidores, las sociedades y países donde se desenvuelven. Es necesario transformar a cada colaborador en un líder, fuera de los moldes de los ’90 del liderazgo estándar. Estamos en la era del liderazgo emocional, sin tanto empoderamiento del ego, y con más énfasis en el Ser.

Finalmente, valores como la escucha atenta, la asertividad, empatía, bondad, sentido de pertenencia genuino, comunicación abierta y receptiva y el entendimiento, son esenciales para articular esta Innovación Emocional que viene a contribuir con la evolución de todo lo conocido para situarnos en un nuevo estadío de las cosas: ni mejor ni peor que antes. Simplemente, distinto.

Daniel Colombo
Master Coach especializado en CEO, alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; autor de 21 libro, comunicador profesional.

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Por Daniel Colombo | @danielcolombopr

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