El concepto “cliente interno – proveedor interno”

Un concepto fundamental dentro de la gestión por procesos para éste que se lleve a cabo con la máxima eficiencia es el concepto “cliente interno – proveedor interno”.

Cada persona dentro de la organización tiene unas funciones y responsabilidades definidas dentro del proceso al que pertenece. Al destinatario de este “trabajo” le denominaremos “cliente interno”. De igual manera, a “todo lo que provoca” que esa persona tenga que desarrollar un trabajo le denominaremos “proveedor interno”. Una vez todas las personas integrantes de la organización estén orientadas a sus clientes y proveedores internos, la empresa estará en disposición de orientarse al cliente externo; dicho de otro modo, si cada uno de nosotros no estamos orientados a los clientes-proveedores que tenemos más cercanos, con los que trabajamos en todo momento, a nuestros compañeros de trabajo, difícilmente podrá estar la empresa orientada en su conjunto al cliente externo.

Requisitos previos al concepto “cliente interno – proveedor interno”


Características que ha de cumplir el proveedor interno


Características que ha de cumplir el cliente interno


Si lo analizamos detenidamente, no es más que lo que la empresa pretende exigir a sus proveedores y proporcionar a sus cliente. Una clara conclusión que podemos extraer tanto para los clientes internos como externos es que es fundamental comprender sus procesos para poder satisfacerle. Si no se cómo trabaja mi cliente, difícilmente podré cumplir sus requisitos. En este punto alguno pensaréis, muy bien Pedro, la teoría es perfecta, pero ¿como llevamos esto a la práctica del día a día? Vamos a ver un ejemplo extraído de un curso que estoy realizando actualmente sobre gestión por procesos:

Situación


En una estructura tradicional, departamental, la función de RRHH ha concluido. En una organización con un sistema de gestión por procesos implantado, la función de RRHH no ha hecho más que comenzar. La colaboración entre el proceso de compras y el proceso de personal continua el tiempo necesario hasta que el nuevo trabajador está completamente integrado en su puesto de trabajo y sea eficiente. Se puede dar el caso de que se haya necesitado una formación complementaria, que el trabajador no se adapte, etc.

Hasta que el proceso de compras (cliente interno) no esté satisfecho, es decir, se hayan cumplido todos sus requisitos, la colaboración continuará. Recordemos que el proceso de compras no necesita un nuevo comprador a secas, necesita un nuevo comprador integrado y a pleno funcionamiento. En el primer caso estamos hablando de cumplimiento; en el segundo caso se da por supuesto el cumplimiento, claro que RRHH va a contratar a una persona, lo que buscamos es la satisfacción.

La eficiencia del proceso de RRHH la medirá su cliente interno.

Por Pedro Muro | Fuente: http://arpcalidad.com/

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