Educar las emociones, una misión posible

El ser humano cuenta con todos los recursos para optimizar sus emociones y llevarlo a la práctica es una misión posible.

El ser humano se encuentra atravesado por las emociones. Inclusive, aquellas decisiones o determinaciones a las cuales el individuo le atribuye el más extremo “sentido común” o la más pura racionalidad, son obra de sus sentimientos.

Y así lo demostró la ciencia. El ingeniero e investigador argentino, Federico Fros Campelo, es el autor del libro “Ciencia de las emociones” a través del cuál identificó las áreas cerebrales involucradas en el aprendizaje, la memoria y el razonamiento con el fin de determinar cómo las emociones intervienen en los procesos de adquisición de conocimiento, análisis de las ideas y registro de las experiencias que luego se convierten en recuerdos.

Inaugurando un nuevo paradigma en las neurociencias, Fros Campelo investigó exhaustivamente cómo las emociones pueden ser funcionales a la evolución, al cambio y al correspondiente bienestar de las personas en el marco de una correcta gestión emocional.

Saber manejar y controlar las emociones con sabiduría es absolutamente posible y el autor explica esta afirmación en el marco de su teoría científica. Fros Campelo advierte en su obra que en la actualidad la visión de las emociones es totalmente distinta a la que el ser humano advertía hace por ejemplo, tres décadas atrás.

Las emociones son recursos internos, basados en circuitos cerebrales, que han ido progresando con la evolución de la especie. Es decir cada emoción se ha desarrollado y optimizado a medida que el hombre fue evolucionado de mamífero, a primate y luego de homínido a humano. En el marco de este proceso el individuo mejoró la gestión de sus emociones.

La ciencia ha demostrado entonces que el cerebro funciona en red y por lo tanto, se define en torno a un sistema estructural que se caracteriza por estar en continuo movimiento y es absolutamente permeable al cambio y al aprendizaje.

El cerebro está preparado para aprender de forma constante y por lo tanto, puede procesar información de manera tal que es capaz de gestionar emociones y generar conductas tendientes a la adaptación y al bienestar.

¿Pero como manejar eficazmente las emociones? Fros Campelo plantea que el ser humano es capaz de detectar una emoción. A raíz de este registro la posibilidad de dominar este proceso y prevenir una sensación o conducta negativa es absolutamente posible.

Es decir, el ser humano cuenta con todos los recursos cerebrales y químicos para aprender y reinterpretar las emociones y los hechos y así educar sus sentimientos. El autor cita por ejemplo el caso del rechazo. Cuando una persona se siente rechazada, la emociones más frecuentes son la angustia, la ansiedad o el enojo. En este sentido, Fros Campelo establece que la conversión de estos factores puede realizarse a través de la empatía. Es decir, poniéndose en el lugar del otro y entender acabadamente por qué actúa como actúa es una forma de comprender y alivianar las emociones negativas.

Por Eugenia Plano

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