Proceso

Diccionario emocional. Es la suma de etapas particulares, sucesivas, necesarias e inevitables.
Por Eduardo Chaktoura

¿Qué pasaría si quitáramos un bizcochuelo del horno antes de tiempo?

Seguramente estaría crudo, no habría levado lo suficiente, no sería esponjoso, gustoso, ni siquiera sería agradable a la vista. Ni que hablar si pretendiésemos alterar la naturaleza de la receta.

¿Qué pasaría si nos obstináramos en que las cosas ocurran de una forma o en un tiempo ajeno a lo esperable, lógico, posible?

Seguramente, con las particularidades del caso, pasaría lo mismo que con el bizcochuelo. Todo es paso a paso. En los procesos siempre todo es una suma de etapas particulares, sucesivas, necesarias (e inevitables). Todo lo que pasa y lo que nos pasa, tal como dice la definición técnica, "es un conjunto de actividades mutuamente relacionadas o que interactúan, y transforman elementos de entrada en resultados".

Lo que somos hoy es producto de lo que ocurrió o fuimos hasta hace un instante y de lo que estamos dispuestos a ser o que ocurra a partir de este preciso momento. Si no, preguntémosle a Darwin (y a tantos más). Habrá partos prematuros, habrá quienes se resistan a nacer, pero lo cierto es que un bebe necesita un promedio de nueve meses de gestación.

Y así como un día nacemos, no podemos tener 30 sin antes haber tenido 29, 20, 15; aunque podríamos pecar de tener costumbres de 30, teniendo 15. O tener hábitos de 15 habiendo pasado los 30, y parecer casi tan infantes como al nacer.

Sobran los ejemplos para reflexionar acerca del proceso que, aunque nos invita a pensar en evolución, no siempre guarda relación con progreso.


El tiempo parece ser el gran debate de estos tiempos. Es la ansiedad, apuro, exigencia, el creer que cuanto más y antes, siempre es mejor.Vístanme despacio, que estoy apurado, habría dicho Bonaparte. Ni que hablar de todo lo que podemos llegar a perdernos por llegar tarde o mucho antes de tiempo.

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Fuente: http://www.lanacion.com.ar/