El juego surgió como respuesta a la ballena azul, un siniestro desafío viral de 50 pruebas que incitaba a los jóvenes a suicidarse.
Yokoi Kenji, "el chino del video", desarrolló una inolvidable exposición sobre los mitos y verdades acerca de la cultura japonesa, que "bloquean la mentalidad progresiva del latino".