En el Día Internacional de la Mujer la ONU rinde un homenaje a las heroínas por la paz y la igualdad en América Latina

En el Día Internacional de la Mujer, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió rendir un homenaje a las heroínas anónimas que día a día luchan por la paz, la igualdad y la inclusión en su tierra, América Latina.
No suelen llegar a las primeras planas de los medios que dominan la agenda mediática, pero sus familias, vecinos, ciudades y países las reconocen como las mujeres que les cambiaron la vida.

En el Día Internacional de la Mujer, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió rendir un homenaje a las heroínas anónimas que día a día luchan por la paz, la igualdad y la inclusión en su tierra, América Latina.

Entre la gran multiplicidad de historias que brindan testimonio de los grandes esfuerzos realizados por las mujeres latinoamericanas, se encuentra la biografía de Fatima Leonor Gamboa. Esta joven de 28 años, pertenece a la comunidad indígena y es abogada defensora de las víctimas de la violencia de género en las comunidades Mayas de Yucatán, México.

La ONU decidió no hablar por ella, sino transmitir la fidelidad de sus palabras y especialmente de sus acciones. “Además de ser mujer, soy descendiente, heredera e integrante del pueblo indígena Maya, algo que en un mundo en donde todas y todos somos minorías, tan diversas y plurales, tampoco debería cobrar relevancia“, destaca Fatima quien no sólo reivindica su origen sino que además insta con sus palabras al mundo entero a sumar esfuerzos para construir escenarios en los cuales la discriminación y la estigmatización de culturas diferentes sea un tema absolutamente superado.

“Llamamos a un mundo más humano e incluyente donde ninguna persona valga más que la otra, porque todas y todos tenemos un mismo corazón”, convoca Fátima.

La joven destaca los grandes esfuerzos que realiza la comunidad maya por la aceptación de las mayorías. “Al igual que muchas juventudes indígenas que crecen en las ciudades, somos víctimas de los estereotipos negativos que la sociedad ha asignado a los nuestros, tales como indígena igual a ignorante, indígena igual a una vida sin “progreso”, igual a retraso social”, describe.

Pero Fatima, no se instaló en la victimización o en la queja permanente, sino que puso manos a la obra por la igualdad. Ella trabaja día a día por la equidad de derechos y garantías y por ello, se convirtió en abogada. Su misión es asistir y ayudar a los más débiles de su comunidad como las mujeres que viven la violencia de género y no cuentan con los recursos necesarios para recibir defensa y asesoría jurídica.

Fatima actualmente se encuentra construyendo una ruta de atención integral a las violencias en las cuales involucra tanto a las autoridades indígenas como no indígenas, con el fin de trabajar en conjunto y así atender de manera integral la problemática de la violencia de género.

“Así, estamos creando estrategias desde nuestro contexto, desde nuestra realidad, no sólo para erradicar la violencia de género, si no para comenzar a entablar diálogos interculturales entre autoridades indígenas mayas y autoridades estatales en busca de un buen vivir, de un vivir con identidad y libre de violencias”, concluye Fatima, quien con su llamado a la paz, a la tolerancia y a la igualdad está cambiando el mundo.

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Por Eugenia Plano