El secreto del haiku

Los haikus son la forma poética tradicional de Japón, lo más despojado que existe en la literatura.

¿Les pasó alguna vez notar que un cuento, una poesía, incluso una novela entera, podría haberse escrito en sólo dos líneas? ¿Qué el resto eran palabras innecesarias?

Últimamente, me está pasando muy seguido. Tal vez encuentro una, dos o tres frases que me impactan en un libro y me pregunto para qué se ha escrito todo lo demás. Parecen palabras vacías, repetidas, más de lo mismo, para llenar páginas y justificar que la obra merecía ser publicada.

No sé si me estoy volviendo exigente o si estoy siendo víctima de una infoxicación causada por la hiperconectividad, la sobredosis de información, las páginas internet, la cantidad de libros que me llegan para que los comente en esta sección, blogs y la proliferación interminable del "refrito" (expresión que usamos en periodismo para referirnos a esos textos reescritos sobre textos que fueron publicados y que los disfrazamos un poco para que no se note demasiado la falta de originalidad).

En general - al menos es lo que creí hasta ahora - soy cero sencilla. Me gusta lo barroco, lo cargado, lo abundante. La mesa bien servida, los discursos largos y floridos, el pensamiento desordenado, saltar de un tema a otro en una conversación, el colorido.

Pero por alguna razón estoy necesitando simpleza. Una mañana de febrero, durante las vacaciones, me levanté escuchando unas palabras en mi cabeza y fui directo a anotarlas. No había sido un sueño ni nada similar, simplemente las pensé, como si fuera un dictado -y juro que no creo ni en las canalizaciones, ni en eso de la inspiración, ni en los genios, pero esto ocurrió así- y las escribí. "queremos mucho, permanecemos menos, perdemos todo".

Si me preguntan a qué venía el tema, la verdad no sé. Estaba de vacaciones, bastante relajada, no del todo porque me había llevado algo de teletrabajo pero del que me gusta, por ejemplo, este espacio, así que el brote de un pensamiento existencialista en plena mañana playera, me sorprendió y por supuesto quedó sin pena ni gloria anotado en mi libretita del momento.

Hasta hoy, que me surge repentinamente esta necesidad de despojo. De decir lo mínimo necesario, sólo lo esencial, lo importante.

Así, llegamos a los haikus. La forma poética tradicional de Japón, lo más despojado que existe en la literatura. En el Oro de los Tigres, Borges escribió 17 haikus pero fue Octavio Paz el que lo tradujo y comenzó a difundirlo en Occidente.

El Haiku de la rana de Matsuo Bashô es el más conocido. Según la traducción de Octavio Paz y Hayashiya Eikichi es así:

Un viejo estanque (Furu ike ya)

salta una rana ¡zas! (kawazu tobikomu)

chapaleteo (mizu no oto)

Suena sencillo, casi como una canción para prescolares: el sapito pito pito el sapito del jardín, salta y come los bichitos entre flores de alelí.

Pero no. Es otra cosa.

Se dice que el haiku es capaz de expresar casi todo lo que encierra la existencia humana, el paso por la vida. Es una sabiduría zen. Concepto difícil de explicar, si los hay. Quizá porque no es un concepto, sino una práctica y las prácticas no se explican, se practican.

Por eso hablé del tema -¿o lo practiqué?- durante una entrevista larga, relajada, supongo que zen, porque no fue el clásico diálogo pregunta-respuesta, sino una conversación plena, de alma a alma, con Ayako Kishimoto.

Me recibió en el salón de lectura del Jardín Japonés, donde funciona la Fundación Cultural Argentino Japonesa, donde Ayako es miembro del consejo administrativo y promotora de las distintas actividades que la organización lleva a cabo durante el año.

Ayako que es filósofa y docente, organiza cada tanto, encuentros y talleres de haiku en el Jardín, el espacio privilegiado para inspirarlos.

-Tengo la impresión de que los haikus son lo más concentrado de la escritura, lo que más pega en los lectores. Pero no sé cómo explicarlos, creo que son lo más difícil de describir y de entender.

-Entender lo que es el pensamiento japonés es difícil porque es antes que pensamiento es algo vivencial, es sentido. No hay tantas definiciones de cada uno de los elementos de la disciplina. El y lo japonés se empieza a entender haciendo. Es una situación extraña porque en Occidente siempre se busca la teoría de las cosas pero no hay teoría de las disciplinas japonesas.

-¿Estamos en un problema de entendimiento?

-Algo así. Por supuesto, el contacto con Occidente hizo que los japoneses tuvieran que dar respuestas a las preguntas occidentales y se esforzaran por comunicar sus costumbres.

-Entonces ¿qué es el haiku?

-Como definición decimos que es un poema breve; poema porque no es lo mismo que en la literatura occidental, la poesía. Es otra cosa; entonces hasta que nos damos cuenta de qué es esa otra cosa tiene que pasar un tiempo. En algún momento te hace clik y decís "¡Ah!", como suele suceder con todo lo japonés. Volviendo a la definición podemos acordar en definirlo por su estructura: es un poema breve, de tres versos divididos en 5,7 y 5 sílabas, que en total suman 17 sílabas.

-¿Y qué es lo diferente de, por ejemplo, un aforismo o un microrrelato o, incluso, un tuit?

-Lo diferente es entender que esta poesía breve es una síntesis. Todos los japoneses y todo el mundo pueden escribir haiku. No es que lo hagan, pero podrían escribirlo porque un haiku es simplemente una oración. Es lo mismo a cuando en el colegio te dicen composición tema: escriba siete oraciones sobre el árbol. Eso quiere decir que todos los pueden hacer.

- El dilema está en qué es lo que tiene que conservar el haiku para ser original.

-Sí, esa es la pregunta que muchos se hacen. Hay quienes dicen que no se puede escribir haikus fuera de Japón, pero yo no estoy de acuerdo. Algunos prefieren aceptar que se llame a todo lo que no es japonés como poema estilo haiku, porque tiene su misma métrica. Para simplificar, creo que podemos llamar haiku a lo que además de la métrica -que puede no ser exacta- ronda en la temática de la naturaleza y el ambiente. Acá podemos preguntarnos: ¿Cuál es la naturaleza y el ambiente de Japón? Porque el japonés se siente uno con la naturaleza, su casa es la naturaleza. El haiku surge de esa percepción zen del sí y del entorno. Por eso siempre los haikus se refieren a las estaciones, a un elemento de la naturaleza. Eso provoca una visión, es un flash que uno percibe, que capta en algún instante, porque lo busca o porque se le da.

-Podemos preguntar si es que el autor lo descubre o lo crea.

-Claro. ¿Quién es el que escribe el haiku? Se dice que es la naturaleza que te da el estímulo y vos lo captás porque tenés la disposición necesaria. En la cultura japonesa esto es algo muy común. Los japoneses viven mirando el ambiente, los árboles, las plantas, si una planta floreció o si una rama se movió. Entones percibiendo la realidad de esa manera se escriben los haikus. Es la naturaleza la que da el haiku, el hombre tiene que darse cuenta, captarlo, sentirlo, emocionarse. ¿Y qué tiene que hacer con palabras? Tiene que transmitir esa emoción que en algún momento sintió para dejarlo ahí, congelado, para que se reinterprete, porque la sugerencia es lo más interesante de ese haiku, queda abierto y el que lo escribió puede volver a reescribirlo y el que lo lee tiene su propia interpretación.

-¿Hay algún contexto en el que se interpreta?

-A veces tenemos la explicación del propio autor que narra de donde salió ese texto. Se escribe y se llama la explicación que acompaña al haiku. Entonces quizá entendemos un poco más, pero también está suelto. Y lo disfrutamos. En otras ocasiones se presenta junto con un dibujo y se le da mucha relevancia a la caligrafía. Puede estar escrito por un shodoka, un artista del shodo que es el arte de la caligrafía. Y también se ilustra con pintura al agua con la imagen. En principio esa es la descripción del haiku. No me explayo como en la poesía occidental que manifiestas tu intimidad, queda neutral es lo que pasó ahí. Fuera de uno, pero por supuesto que el que lo captó es uno.

-No importa el autor.

-No, en principio. Porque el autor está despojado de su yo. El haiku es simplemente lo que pasó. Pero lo que sí puede ocurrir es que el autor se hace maestro cuando sus discípulos reciben y van transmitiendo sus haikus y sus enseñanzas. Lo que lo hace permanente a través del tiempo es el grupo.

Selección de haikus

Dos del maestro Kobaya Issa

"¡Flores de cerezo en la noche!

Cómo ángeles

Descendiendo del cielo."

"No tengo nada,

¡Más que esta tranquilidad!

¡Este frescor!"

Dos del maestro Matsuo Basho

Al plantar el arroz cantan

primer encuentro

con la poesía.

"Este camino

ya nadie lo recorre

salvo el crepúsculo."

Dos de Jorge Luis Borges:

"Algo me han dicho

la tarde y la montaña.

Ya lo he perdido."

"La vasta noche

no es ahora otra cosa

que una fragancia."

También los hay futboleros, como éstos publicados en el libro Haikus Bilardo, de Fernando Figueras y José María Marcos, que son un aporte de mi marido Rubén:

"Celestes,

verdes, delirio,

gritos."

"Azteca,

cancha jamás

nunca."

Dónde aprender

Ayako me pasó un listado de los lugares donde se enseña y se practica el haiku. Se los dejo acá y les recomiendo visitar el Jardín Japonés un día de semana cuando hay poca gente, es un sueño

Asociación Japonesa en la Argentina

Av. Independencia 732 Tel: 4300-1182/1149

Prof: Taller de Haiku Liria Miyakawa

Asociación Japonesa Seibu

Mendoza 270. Morón Pcia de Buenos Aires Tel: 4489-1610. Prof: Taller de Haiku Liria Miyakawa

Instituto Tozai

Lavalle 774 6°Piso Dto D

. Tel: 4328-6484/4165/5286 Prof de Taller de Haiku: Neri Mendiara

Indepedendientes:

Lía Miersch Tel 4650-3210

Takayoshi Makino Tel 15-4084-6434

Sandra Pérez Tel 4521-8191 Cel 15-5806-3879

Roberto Cignoni

Concurso anual escolar de Haiku

Fundación Internacional Jorge Luis Borges Tel 4822-8340

Anchorena 1660 CABA

borges.internacional@fibertel.com.ar

Y les recuerdo nuestro mail de contacto clubdelectura@gmail.com

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Por Daniela Chueke / www.revistaohlala.com