Una mujer de 76 años fue elegida como mejor entrenadora del año de atletismo

La primera semana de agosto de 2020 está marcada con un círculo rojo en el calendario de Ans Botha, la entrenadora de 76 años responsable de la transformación del atleta sudafricano Wayde van Niekerk.

Lejos de ser la fecha para su retiro, Botha tiene en su mente que su pupilo logre en los Juegos Olímpicos de Tokio de ese año una hazaña que hasta hace poco se consideraba imposible en atletismo: bajar la barrera de los 43 segundos en los 400 metros planos planos.

Por lo menos lo fue hasta las Olimpiadas de Río 2016, cuando Van Niekerk pulverizó la marca del estadounidense Michael Johnson con unaexhibición que estuvo cerca de eclipsar el brillo de Usain Bolt.

El atleta sudafricano añadió a su palmarés este año la medalla de oro de los campeonatos mundiales de atletismo de Londres, además de la presea de plata que consiguió tras quedar a dos centésimas de la victoria en los 200 metros planos.

Logros en los que estuvo acompañado por la figura de Botha, quien fue reconocida la semana pasada por la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) como la entrenadora del año 2017.

Botha, quien en su día representó a Namibia como velocista, habló con la BBC sobre su carrera de más de cinco décadas dedicada a las pistas y de la importancia de aquel verano de 2012 cuando conoció a Van Niekerk.

"Supe de él cuando todavía estudiaba en el colegio", contó Botha.

"Pero en ese momento él competía en salto alto y no lo conocía personalmente. Fue en 2012 cuando se acercó y me pidió si podía entrenar conmigo y así fue que comenzó", contó la entrenadora de su época al frente del equipo de atletismo de la Universidad del Estado Libre de Sudáfrica.

Botha explicó que la transformación del velocista sudafricano no fue una tarea fácil.

"Él tenía muchos problemas y le costaba mental y físicamente, sufría muchas lesiones", resaltó.

"Me di cuenta, como él no es muy corpulento, que tenía que fortalecer mucho su cuerpo y eliminar las serie de problemas que sufría en su tendón de la corva".

Fue cuando decidió que no corriera los 100 o los 200 metros planos. "Sentí que la explosión en velocidad de esas competencias no eran buenas para él ya que era demasiado exigentes para sus músculos", explicó.

"Él no estuvo contento con la idea, pero al final aceptó".

Máquinas humanas

Van Niekerk es el único atleta la historia es lograr una triple corona de la velocidad al bajar de los 10 segundos en los 100 metros planos, de los 20 segundos en los 200 y de los 44 segundos en los 400 metros.

Pero fue sin duda la final de Río 2016 la que permanece vigente en la mente de todas las personas, incluida su entrenadora.

"Para mi entrenar consiste en varios componentes y cuando Wayde estaba corriendo esa final recuerdo la imagen que se me vino a la mente", comentó Botha a la BBC.

"Lo que vi fue un manojo de cintas, atadas en la punta y cada una representando una parte del entrenamiento que juntas conforman un todo: la resistencia, la velocidad, tu fortaleza, el balance", contó su entrenadora.

"Cuando Wayde cruzó la línea de meta todas esas cintas se juntaron y al ver el tiempo de 43 segundos y tres centésimas lo que apareció en mi mente fue el nudo en la punta de esas cintas, que fue lo que permitió alcanzar el objetivo por el que estuvimos trabajando durante cuatro años. Así fue que lo viví".

Botha, quien reconoce que para ella no hay una técnica de entrenamiento específica que funcione para todos los atletas, si resaltó que hay una clave que, si bien no garantiza el éxito, permite que todo el sacrificio tenga más sentido.

"La relación personal, la confianza y el respeto son factores cruciales", dijo, "perolo más importante es amar, sentir la pasión y el entusiasmo por lo que estás haciendo cada día".

"Nunca ver a tu atleta como una máquina, sino como un ser humano, con sentimientos y emociones", concluyó.

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Fuente: BBC Mundo