¿Te gustaría «quemar las naves» e irte a vivir a un crucero de lujo?

Vivir a bordo es, sin duda, el sueño de muchos cruceristas. Según destacaba el periódico USA Today, algunos lo logran.
Lee Wachtstetter vive en el «Crystal Serenity» desde hace 7 años.

La prensa estadounidense se ha hecho eco de la insólita decisión de una señora de 86 años quien, siguiendo el consejo de su hija, al enviudar, vendió la enorme casa que tenía en Fort Lauderdale, en el Estado de Florida. Pensándolo bien, la decisión de la joven anciana no ha sido para nada descabellada y da muestra de gran sentido común. En nuestra experiencia personal, antes de hablar de esta buena señora, viajamos en un barco de carga de la naviera italiana Grimaldi. Salimos de Génova y desembarcamos en Santos. Junto con nosotros viajaban unos 40 pasajeros, algunos argentinos, algunos brasileños, un surtido de europeos y varios italianos.

En la cubierta 11 del gran barco –el Repubblica di Venezia- nos sorprendió la ventana de una de las cabinas detrás de la cual podían verse varias macetas con plantas y -cada tanto- asomar la cabecita lanuda de un caniche totalmente blanco. Le preguntamos al camarero -Gennaro, un napolitano- sobre lo que nos había llamado poderosamente la atención: “¿Quién viaja en esa cabina?” La respuesta fue inmediata: “¡La Señora!” Intrigados, quisimos saber más. La señora era una conocida escritora brasileña que solía escribir sus novelas a bordo de barcos de carga, preferentemente de Grimaldi. Solía embarcar en enero con sus plantitas, el caniche y su fiel “Lettera 22” de Olivetti y desembarcaba en octubre o noviembre con una novela terminada que entregaba a su editor para ser publicada. El próximo año volvía a embarcarse y escribía un nuevo libro.

No era una persona particularmente adinerada, pero alquilando su casa en la Barra da Tijuca y ahorrando los gastos de supermercado se podía permitir el lujo de escribir sus novelas sin que nada ni nadie la molestara, sin tener que hacerse la cama, barrer el piso, lavar la ropa, hacer las compras, cocinar ni lavar los platos y no perder el tiempo en movilizarse en una ciudad grande -y a veces caótica- como Rio de Janeiro.

Pero volvamos al caso que nos ocupa, el de la señora Lee Wachtstetter quien, de acuerdo con el diario USA Today y otros, es una residente permanente a bordo de un lujoso crucero de la naviera de lujo Crystal Cruises. Se trata del Crystal Serenity, donde reside hace ya casi siete años. Para hacerlo, abona a la naviera una suma de 164.000 dólares por año. Según pudimos enterarnos, la buena señora se ha convertido en toda una institución a bordo, donde se la conoce como “Mama Lee”. El tema del crucerismo no es nuevo para ella. Durante los 50 años en que estuvo casada, habían compartido la bagatela de 89 cruceros. A partir del fallecimiento del esposo en 1977, Mama Lee hizo un centenar de cruceros breves por su cuenta, más otros 15 alrededor del mundo. Poco antes de fallecer, el marido le susurró al oído: “No dejes de hacer cruceros…”

La señora Lee se mantiene en contacto con sus familiares y se encuentra con ellos cada vez que el barco amarra en Miami. De lo contrario se mantiene en contacto con sus tres hijos y siete nietos mediante su computadora… Los 164.000 dólares que abona por año por su “casa flotante” cubren todos los servicios de abordo incluyendo su camarote privado en la cubierta número siete, además del libre acceso a todos los restaurantes y actividades especiales, los impuestos, las bebidas y las propinas. Como ya ha conocido la mayoría de los puertos de escala, rara vez baja del barco: prefiere tenerlo todo para si cuando los demás pasajeros están en tierra.

Según afirma Hubert Buelacher, Director de Hotelería del Crystal Serenity, tres mujeres más son residentes estables de barcos de la naviera, aunque ninguna de ellas ha vivido más a bordo que Mama Lee. Ella no es para nada solitaria: siempre almuerza y cena en una mesa para ocho huéspedes para conocer a gente nueva e interesante. Es notable que con sus siete años a bordo, ella tiene más “antigüedad” que la gran mayoría de los miembros de la tripulación. Al día de hoy ha conocido más de 100 países, o casi todos los que tienen un puerto, según afirma. Los que le han impactado más han sido los asiáticos, probablemente por su gran diferencia con los EE.UU. Si bien ella no desembarca casi nunca, hay un puerto que considera irresistible. Se trata de Estambul, porque le encanta pasear y hacer compras en el emblemático Gran Bazar…

Crystal Cruises es una naviera de lujo japonesa repetidamente votada como la mejor línea de cruceros del mundo. No es una naviera grande: de hecho, sólo cuenta con dos barcos de lujo, el “Serenity” y el “Symphony”. Uno de los factores que los distingue es que mantienen el programa de “dance hosts” (algo así como “anfitriones de baile”) para los pasajeros que viajan solos y desean bailar. El baile es muy importante para Mama Lee, que suele bailar unas dos horas todas las noches. Esta dinámica y original ex enfermera diplomada goza de espléndida salud y se jacta de no haber estado nunca enferma en los siete años que ha pasado a bordo del “Serenity”.

Su única queja es que, en estos años, ha subido algo de peso. Pero se apresura a agregar que ha hecho grandes esfuerzos por controlarse y que ahora sólo tiene que bajar 10 libras, algo así como unos 5 kilos.

En esta temporada uno de los barcos de Crystal Cruises, el Symphony, visitará Buenos Aires y ofrecerá a los cruceristas locales itinerarios que incluyen Montevideo, las Islas Malvinas, Puerto Madryn, la Antártida, Ushuaia, Punta Arenas, los fiordos chilenos, Puerto Montt y Valaparaíso, ¡De pronto, se podrá tener la oportunidad de conocer a una de las “pasajeras anuales”! Sin la necesidad de vivir a bordo como ellas, desde Buenos Aires, con la salida prevista para el 27 de enero, se podrá recorrer también toda la costa del Pacífico, cruzar el Canal de Panamá y desembarcar en Miami.

Extreme Makeover

En noviembre de 2013 el Crystal Serenity recibió un “Extreme Makeover”, donde la naviera filmó este novedoso documental.


Dos naves para la excelencia

El Crystal Symphony fue construido en Masa-Yards Finland (hoy STX Finland) en Marzo de 1995, su costo fue de US$ 300 millones y sus medidas son:

  • Tonelaje de Registro Bruto: 51.044 ton.
  • Eslora: 237,10 m.
  • Manga: 30,20 m.
  • Cubiertas para pasajeros: 8
  • Capacidad: 960 huéspedes y 545 tripulantes
  • Índice de Espacio: 53,1 m³/pax.
  • Índice de Servicio: 1,7 pax/trip.

El Crystal Serenity fue construido en Chantiers de l´Atlantique (hoy STX France) en Junio de 2003, su costo fue de US$ 350 millones y sus medidas son:

  • Tonelaje de Registro Bruto: 68.870 ton.
  • Eslora: 250 m.
  • Manga: 34 m.
  • Cubiertas para pasajeros: 9
  • Capacidad: 1.100 huéspedes y 650 tripulantes
  • Índice de Espacio: 62,6 m³/pax.
  • Índice de Servicio: 1,7 pax/trip.

Si desea ver imágenes del interior del Crystal Serenity (antes del “makeover”), visite el FACEBOOK de Noticias de Cruceros

Más info sobre los cruceros de Crystal Cruises: Roca Transport System o tel. +54 (11) 4313-5726

Por Ricardo Marengo. Fuentes: USA Today / Crystal Cruieses / Noticias de Cruceros

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Gentileza, www.noticiasdecruceros.com.ar