¿Qué es el stress?

Un síntoma de los tiempos modernos que no debemos desatender, por el bien de nuestra calidad de vida.

El biólogo canadiense Hans Selye definió al estrés ("stress" en inglés) como una respuesta adaptativa del organismo ante un estimulo real o imaginario.

Otra forma de llamar al estrés es: tensión. El mismo miedo que nos hizo salir huyendo de la cueva perseguidos por un oso hambriento; el mismo que nos permite levantar un auto si nuestro hijo ha quedado prensado abajo, pero también puede ser ese miedo a triunfar y a ser mejores cada día hasta alcanzar el éxito en todos los proyectos que tengamos en mente.

El problema se presenta cuando esta reacción orgánica es provocada por diversos factores como:

  • Factores físicos: enfermedades, tratamientos de larga duración.
  • Ambientales: como el ruido, campos electromagnéticos positivos, la contaminación.
  • Emocionales: enojos, frustraciones, depresión, pena.
  • Sociales: violencia intra-familiar, violencia y presión laboral.
  • Cognitivos: creencias o formas de pensar destructivas y enfermizas.
  • De personalidad: actitudes o vicios (alcohol, tabaco, drogas).
  • Económicos: deudas, desempleo, sueldo insuficiente.
  • De carácter: como excesiva rigidez, nerviosismo e hiperactividad.

Cuando nuestro estilo de vida alberga algunos o la mayoría de estos factores, el organismo responde con lo que se conoce como el Síndrome de Adaptación, en sus tres etapas, según la intensidad del agente de estrés.

Está científicamente comprobado que el stress es un fenómeno fisiológico y psico-biológico, así como una respuesta neuro-endocrina y psicológica.

Para construir un concepto de estrés, recordemos que desde los estudios pioneros de Seyle, entendemos por estrés un conjunto de condiciones que se producen en el organismo, tanto en la esfera física como psicológica, como consecuencia de exigencias originadas en el trabajo y en la vida diaria, que superan las capacidades de respuesta y de adaptación del sujeto.

El NIOSH (National Institute of Occupational Health and Safety) tiene una aproximación que reconoce que los factores del trabajo pueden generar estrés; y que los factores personales y situacionales intervienen para fortalecer o debilitar ese efecto.

Respecto de los efectos tardíos del estrés, aunque no está tan claramente demostrada la asociación, también se sospecha que el estrés puede causar problemas de largo plazo, ayudando en la aparición de enfermedades crónicas.

Algunas investigaciones han planteado las siguientes consecuencias potenciales:

  • Enfermedad Cardiovascular: Existen estudios que plantean que trabajos psicológicamente muy demandantes, con escaso control del trabajador sobre el proceso productivo, se asocian a riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular; específicamente se menciona hipertensión arterial, infarto al miocardio y accidente vascular cerebral.
  • Respecto de las Enfermedades Músculo esqueléticas, existe una opinión ampliamente extendida en especialistas de salud ocupacional acerca de que el estrés laboral aumenta el riesgo de sufrir lumbago y lesión de extremidades superiores (tendinitis), cervicobraquialgia y fibromialgia..
  • En las enfermedades Psicológicas, se ha observado que hay diferencias en la frecuencia de diversos cuadros de salud mental, como depresión y el síndrome de desgaste profesional (burn-out) asociado a ocupaciones diferentes en cuanto a su nivel de estrés.
  • El cáncer, la accidentabilidad, el suicidio y otros cuadros también han sido relacionados con el estrés, aunque aún es necesario contar con mayores estudios para certificar dicha relación.
  • Para mas abundar, se ha asociado estrés y enfermedad coronaria pues se ha demostrado que el estrés actúa elevando el colesterol sanguíneo, induciendo hipertensión arterial, con lo que contribuye al daño coronario; si se añade la agregación plaquetaria y la descarga de adrenalina y noradrenalina tenemos una explosiva combinación.
  • En cuanto a enfermedad gastrointestinal, se ha observado que en una tarea de alto estrés, como es la de los controladores de vuelo, estos trabajadores tienen el doble de úlcera duodenal que otros trabajadores aeronáuticos comparables (Cobb et al. JAMA 1973)
  • La enfermedad neuropsiquiátrica se ha estudiado en largos seguimientos, por mas de 20 años (Kornhauser), que muestran aumento de problemas de salud mental en estrecha relación con factores primariamente laborales (satisfacción, remuneraciones, control, rol, rutina).
  • Alcohol, drogas y suicidio Los estudios muestran una prevalencía creciente de uso de alcohol y drogas en el entorno laboral. Hay múltiples estudios y la evidencia clínica, proveniente de la práctica médica y de psicólogos. Se puede citar el caso del suicidio en EE.UU., que ha sido históricamente mayor en hombres blancos, tendencia que no parece justificado suponerla ligada al sexo o raza, puesto que esta tendencia cambia al incorporarse progresivamente estos grupos a la fuerza de trabajo. En la misma línea está el hecho que las mujeres doctoras y químicos tienen una tasa de suicidio mayor que la que muestran las mujeres en general. Además, la tasa de suicidio en hombres de color aumenta al incorporarse a tareas que antes eran sólo realizadas por hombres blancos.

Algunos de los síntomas que se presentan cuando existe un exceso de estrés son:

Depresión, inseguridad, falta de autoestima, conflictos intra familiares o conyugales, insomnio, miedo, ansiedad, mal humor, falta de creatividad, problemas laborales, palpitaciones, transpiración excesiva, presión en el estómago, náuseas, músculos tensos, ritmo cardíaco acelerado, deficiencia respiratoria, rechinar los dientes, incapacidad para concentrarse o mantenerse quieto, poco control sobre las reacciones, escalofrío, sonrojo o rubor, aturdimiento o desmayo, cambios en el ritmo de la respiración, toma de malas decisiones, somnolencia diurna, pesadillas, sueño no reparador, sudoración en las manos, temblor en las manos, boca reseca, manos y/o pies fríos, indecisión, desesperación, bochorno, calambres, debilidad y fatiga.

Muchas enfermedades cardiorrespiratorias, auto inmunes, neuroendocrinas y otros desequilibrios psico-fisiológicos tienen un elemento común en su origen, que predispone, acelera y empeora el desarrollo de estos padecimientos el estrés.

Vivir así demanda más energía de la que el cuerpo puede producir; desgasta y deteriora los tejidos y las células, disminuyendo nuestra capacidad de respuesta, productividad, creatividad y sobre todo, nuestra oportunidad de disfrutar la vida y tomar conciencia de nuestra experiencia humana y expandirla.

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Gentileza, Dra.Silvana G. Woroski