¿Los verdaderos amigos se hacen sólo en la infancia?

De cara al festejo, muchos debaten en qué momento de la vida se forjan los lazos más fuertes y derriban mitos.

Por Soledad Vallejos | LA NACION

La frase es conocida y se escucha con frecuencia: "Somos amigos de toda la vida". Pero cuál es la etapa donde las personas forjan los lazos de amistad más fuerte es una pregunta que abre el debate y dispara diversas respuestas. ¿Sólo a los amigos de la infancia se les puede reservar el mote de mejores amigos? ¿Es difícil construir este tipo de relaciones después de los 30? ¿O, por el contrario, es en la adultez donde florecen las uniones más fuertes?

Mañana se celebra el Día del Amigo, y según una encuesta de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) los argentinos le decimos sí a la celebración, con casi un 80% de adeptos. En relación a cuántas personas uno puede considerar verdaderos amigos, casi el 45% de los encuestados dijo tener sólo dos, o tres. Ahora bien, de ese puñado de amigos cercanos, ¿cuántos son de la infancia, de la adolescencia o de la adultez? Ante la pregunta, el 42% de los 1368 casos de la muestra se inclinó por la última opción.

El porcentaje, además, crece conforme aumenta la edad (a partir de los 35 años) y según el sexo, ya que son las mujeres las que parecen cultivar más amistades en esta última etapa. Fernando Adrover, decano de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la UAI, reflexiona: "Con excepción de los más jóvenes, donde predominan las amistades de la niñez u adolescencia, cada grupo etáreo considera que los amigos más cercanos son los propios del período en el que el sujeto está viviendo. Y si bien la diferencia entre sexos no es muy grande, son las mujeres las que tienen mayor flexibilidad para continuar creando vínculos de amistad en la edad adulta, sobre todo en ámbitos como el colegio de sus hijos, el trabajo o el club".

A partir de los 30, dicen los expertos, las personas se vuelven más selectivas en cuanto a las amistades. "No soportás al que siempre quiere llamar la atención ni al que te cuenta penas todo el tiempo. También tu escala de valores está mucho más sólida y sabés las cosas que te gustan y las que no. Cuando pasás los 30, elegís a un amigo por afinidad, tiempo compartido y una misma visión de la vida", opina María Ospina, que entre sus mejores amigas cuenta a tres mujeres madres que conoció en el colegio de sus hijas.

Algo similar le sucedió a Ariel Vittori, que conoció a algunos de sus mejores amigos a los 26 años, cuando decidió formar parte de la ONG Rotaract. "Muchas veces conservamos amigos de la niñez por cariño, por costumbre, y a medida que uno crece te acercás a otra gente que comparte los mismos intereses. En mi caso, del grupo de la infancia que éramos siete, actualmente mantengo contacto con dos, o tres. Al resto sólo los veo en ocasiones especiales. Hoy, comparto mucho más tiempo con mis amigos de la ONG que con los de «toda la vida». El hecho de tener deseos y gustos similares hace que los planes sean compartidos por todos. Y nos juntamos porque queremos, no por compromiso."

Aquí la cuestión: ¿es posible entonces que alguien que no nos acompañó durante un largo período de la vida pueda ser considerado mejor amigo? En una nota publicada en The New York Times, de la que se hizo eco la edición española de The Huffington Post, planteaba las dificultades que atraviesan muchas personas para hacer amigos de verdad después de los 30 años, cuando las obligaciones laborales y familiares (con hijos de por medio) dejan pocos momentos para los compinches de siempre. "El mejor amigo suele ser una persona que te acompaña desde la adolescencia o la universidad, creo que es muy difícil que nazca a los 30, de repente. Es alguien que debe haberte acompañado a lo largo de un período de la vida y, sobre todo, en los malos momentos. Para que alguien demuestre todo eso, básicamente, se necesita tiempo", señaló, con referencia a ese artículo, la psicóloga y bloguera del portal español Patricia Ramírez.

Florencia Bauzá (31) atesora entre sus mejores amigas a sus compañeras de colegio, que saben todo y conocen cada paso de su vida. Después los 30, sólo conquistó dos amistades excepcionales, "y está bueno poder innovar, que valga tu carta del presente y no el peso de la historia". Aporta otra mirada Pilar Torres Melo (40), especialista en Recursos Humanos, que considera que "al igual que es muy raro que uno termine casándose con el primer novio de su vida, algo parecido sucede con esos primeros amigos de la infancia. Muchos no duran para siempre y es lógico que así sea, forma parte de una evolución".

INCONDICIONALES

¿Qué se valora en una amistad? Confianza e incondicionalidad. Ésas fueron las respuestas más elegidas por los encuestados. "Son diferencias sutiles -dice Adrover-, pero parecen captar qué rasgos son más decisivos para los sujetos y qué se espera de los amigos. A mi juicio, la incondicionalidad, que fue preferida sobre todo por los adultos, implica el reconocimiento implícito de cierta vulnerabilidad: que el otro esté ahí aun cuando los tiempos y las obligaciones apremian y no se vaya a tener ocasión de actuar en consecuencia. Las relaciones interpersonales de filiación se basan globalmente en la reciprocidad, pero de los amigos se espera apoyo, incluso cuando no haya reciprocidad de nuestra parte." Mientras que la confianza mutua es un valor destacado por los más jóvenes y por las mujeres. En la verdadera amistad, dicen, no hay secretos..

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Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1711149-los-verdaderos-amigos-se-hacen-solo-en-la-infancia