Los jóvenes argentinos de hoy eligen una alimentación saludable

Saber capitalizar esta decisión de nuestros hijos es un gran desafío para los adultos.

Según un estudio realizado por la consultora alemana GFK, los adolescentes argentinos de entre 15 y 19 años priorizan el consumo de alimentos saludables y además, son más propensos a la media mundial a compartir una comida con amigos y familia. El objetivo del estudio fue evaluar los hábitos y conductas alimenticias de los jóvenes con el fin de abordar la problemática de la nutrición juvenil, que en los últimas décadas ha sido noticia a raíz de diversos desórdenes que afectan de forma directa la salud de los adolescentes.

La obesidad es considerada una epidemia global y así lo ratifica la Organización Mundial de la Salud, que estableció que en los últimos 25 años se duplicó la tasa de prevalencia de esta enfermedad. En la actualidad el 10% de los hombres y el 14% de las mujeres son obesos mientras hace dos décadas atrás los índices eran del 5% y el 8%, respectivamente. Es decir, las nuevas generaciones son las protagonistas en el incremento de las estadísticas. La OMS destaca que la obesidad infantil y adolescentes del siglo XXI se explica a partir de una causa fundamental: el desequilibrio entre la ingesta y el gasto calórico. Es decir, la nutrición a nivel mundial hoy concentra una dieta basada en alimentos híper calóricos, con abundantes grasas saturadas y azúcares, y con escaso porcentaje vitamínico y mineral .

A los malos hábitos alimenticios se suma la disminución de la actividad física a partir de cambio cultural y social que modificó las actividades recreativas de los adolescentes. La revolución tecnológica revirtió sustancialmente el ocio juvenil incrementado el sedentarismo y así, la práctica de un deporte o ejercicio físico depende casi exclusivamente de la currícula escolar. Pero, ¿cuál es la realidad argentina en este sentido? Los datos de una encuesta que señala a los jóvenes argentinos como uno de los grupos más selectivos en la elección de alimentos saludables a nivel mundial, ¿implica un diagnóstico totalmente positivo en torno a su salud nutricional?

Si bien es cierto que la investigación revela que los adolescentes argentinos priorizan sobre la media mundial alimentos considerados saludables como los jugos de frutas, yogurt, agua mineral y bebidas saborizadas, este indicador no necesariamente es un correlato de un óptimo estado de salud nutricional de los jóvenes. En la Argentina 1.700.000 chicos de 10 a 19 años padecen de sobrepeso y la cifra se incrementa en niños menores de 5 años, con un 7,3% del índice de obesidad y siendo el país con mayor índice de prevalencia de América Latina, según la Base de Datos Global sobre Crecimiento Infantil y Malnutrición de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Capitalizar el interés y la actitud de los jóvenes por informarse y luego elegir los alimentos más óptimos para su salud, es un desafío para los adultos que tienen la oportunidad de incentivar a los más chicos en las buenas conductas alimenticias y además, estimularlos en la incorporación del ejercicio físico a sus rutinas.

La investigación de GFK también reveló un aspecto muy positivo y significativo entre las elecciones de los adolescentes argentinos. Ellos prefieren comer en compañía y disfrutan del encuentro en la cena o el almuerzo con amigos y familia. Mientras en varios países del mundo, el hábito adquirido de los jóvenes es comer a deshora y en soledad, en el país todavía la reunión familiar es un valor rescatado y valorado por los más chicos, siendo una oportunidad única para compartir un menú saludable e inculcar desde la práctica cotidiana una alimentación acorde a la buena salud.

Los adolescentes argentinos han demostrado su interés por cuidar su nutrición, ahora el desafío de los adultos es incentivarlos y acompañarlos con el estímulo y el ejemplo.

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