La ofensa es una trampa

Cuando nos ofendemos caemos en la trampa

La raíz griega de la palabra “ofensa” es “trampa”. Cuando nos ofendemos caemos en la trampa. Cual es la trampa? Automáticamente se nos bloquean los pensamientos, se nos obnubila la mente y no encontramos el camino para avanzar. Y todo comienza generalmente con una estupidez! Por ello declaremos una y otra vez que “no debemos ofendernos”.

Sinónimos de ofensa es injuria, agravio, molestar, hacer daño, insultar, deshonrar. Es decir: la trampa en la que caemos es en ofendernos y si estamos ofendidos nos sentiremos lastimados, gobernados. Siempre la mayor acción catalizadora que querrá gobernarnos llegará de las personas más cercanas, más calificadas las que se levantarán para atacarnos, herirnos y la trampa es que quedemos paralizados. Cuando nos ofendemos, generalmente asumimos un espíritu de víctima y así caemos y caemos más, y nos costará trabajo salir de ese momento difícil.

Las víctimas nunca lideran, siempre son liderados. Están diciendo: no puedo hacer nada, estoy condenado a vivir así, no tengo esperanza, y muestra sus heridas buscando la compasión de sus pares.

Autoliderazgo

Hay algunas cosas necesarias que debemos conocer de nosotros antes de poder liderar sobre las circunstancias.

- Debemos valorarnos. Somos valiosos, nosotros valemos! Esta verdad es el fundamento. Valor no es precio. Precio es lo que dice la gente que uno vale, es un juicio emitido por otros, solamente es un punto de vista. El precio sube y baja mientras que el valor es constante. Valoricemos nuestras vidas!!!

- Aceptar consejos de personas de impacto. Esquivemos a la soledad que siempre es mala consejera y a las personas que seguramente no aportan nada nuevo. No nos dejemos influenciar por cualquiera, correremos altos riesgos de equivocarnos. Un consejo de alguien preparado nos inspirará y disparará en nosotros nuevas ideas para resolver las crisis.

- Fluir y soltar. No retengamos nada, soltemos todo rencor, todo recuerdo que nos estorbe, toda venganza. Fluyamos con las dos acciones más poderosas de todo el universo: el amor y el perdón sobre quienes quieran paralizar nuestro liderazgo. Ya sabemos que si somos personas ofendidas nunca podremos fluir, ni soltar, ni liderar. Todo lo que conseguimos se nos cae, lo perdemos, por eso decimos que “ofenderse” es caer en la “trampa” y desde la trampa nadie puede resolver los problemas.

- Las ofensas. Debemos considerarlas como si procediesen de un niño. No nos enrolemos con ellas, son solamente juicios y sabemos que los juicios son solamente miradas que emite el otro, y no tienen porqué ser nuestras verdades. Nunca aceptemos ser confrontados en estas áreas. Todos tenemos verdades, todos emitimos juicios, no olvidemos que todos somos distintos.

Interesante es que los animales nunca se ofenden pero siempre defienden su territorio. Lideremos sobre las estupideces, sobre las circunstancias!

Cuando hablamos de auto liderazgo estamos diciendo que debemos generar un cambio de actitud y estas pequeñas acciones cambiarán nuestras vidas de relación. Ya no importa tanto lo que el otro piense de nosotros, lo importante es lo que nosotros pensamos de nosotros mismos; no nos encerremos ni en la soledad ni en malos consejeros que pueden destruir las oportunidades; perdonemos, soltemos, fluyamos! Desde una actitud ligada con el amor se consiguen mayores beneficios.

- Nunca abandonemos el problema, nunca huyamos. Enfrentémoslo y venzamos! El abandonar el problema es como barrer y esconder la basura debajo de la alfombra. Tomemos la actitud contraria y saquemos fuera todo lo escondido (mas atrás escribimos algunas ideas para poderlo realizar). El liderar sobre las ofensas nos permite dialogar desde otro ángulo y como ya no nos ofendemos, podemos conversar de cualquier tema por más ríspido que sea. Esta actitud nos permite ejercer el necesario liderazgo frente a las circunstancias creadas y poder estar mejor preparado para restaurar las relaciones heridas.”

Extraído del libro: “Auxilio, me atacó la estupidez!” escrito por Elías Bajer.

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Autor: Elías Bajer